" Eran pasadas las ocho y treinta en el instituto. Me encontraba sentada en uno de los pupitres del fondo, dando a una de las ventanas que daba vista al naranja atardecer de verano.
Me la pasaba haciendo y rehaciendo el mismo ejercicio de matemáticas sin tener éxito alguno.Cansada de renegar, decidí guardar mis cosas en mi mochila, llevando mis libros en la mano, y salir del salón rumbo a los casilleros.
Caminé con la cabeza gacha, envuelta en mis pensamientos, cuando inpacté con algo o, más bien dicho, alguien en el pasillo.
Debido al duro choque, caí de trasero al suelo, golpeándome muy fuerte y haciendo que mis libros volaran.
-¡Oh no! ¿Estas bien? -una voz masculina llamó mi atención y yo, con una mueca de dolor en mi rostro, levanté la vista para encontrarme con él.
Un chico moreno, de tez color caramelo. Con el cabello castaño y unos ojos azul zafiro.
Mis mejillas se pusieron de un rojo carmesí al notar el hermoso chico que tenía en frente.
-Lo siento mucho. No quise lastimarte -dijo apenado ofreciéndo su mano- Ven, déjame ayudarte.
En ese momento en el que nuestras manos se estrecharon, pude sentir una extraña conex-"
-¡Aburridoo! -gritó Antonela, apoyando su cara en sus manos.
-Es cierto, Sofi -comentó Oriana- Te tomaste muy en serio lo de cliché.
-¡Ay, bueno! -resongó la mensionada, tirando el cuaderno sobre el escritorio- ¡Se quejan por todo!
-Ey, cálmate viejo -reprochó la de trenza- Fuiste vos la que tuvo la idea.
-¡Eso ya lo sé!...pero no entiendo, ¿qué es lo que le falta? -preguntó la pecosa algo pensativa.
-Hmm...¡Tengo una idea! -gritó emocionada la de rulos- Déjenmelo a mí.
Estuvieron un par de minutos observando cómo la chica hacía mil y un gestos mientras el lápiz se movía sobre el papel, hasta que ensanchó su sonrisa de manera victoriosa.
-Tomá, Anto -le dijo a la trigueña mientras le extendía el cuaderno- Leélo vos.-Ok... -asintió algo desconfiada antes de comenzar a leer.
"El chico apuesto me levantó bruscamente del suelo y, con un su dedo índice sobre mis labios, me hizo callar.
-Alguien nos persigue -informó, mirando a todos lados.
-¿Quién? -pregunté nerviosa.
-El FBI -terminó con el suspenso, mirándome seriamente.
En ese momento una sombra se vio por las ventanas y un segundo después unos soldados uniformados entraron por ellas, rompiendo los vidrios en mil pedazos y haciendo un gran estruendo.
El chico tomó mi mano más fuerte y me llevó a rastras por las escaleras, rumbo a la azotea.
De una patada rompió la puerta que daba al techo del establecimiento y una luz cegante junto con un fuerte viento apareció de la nada.
Levanté mi vista para encontrarme algo que me dejó con la boca abierta-¡¿Un helicóptero?! -grité"
-¿Qué es esto? -preguntó Sofía mientras reía.
-Pero si está genial, ¿Qué decís? -reprochó la peli-plateado- Mirá, a Anto le gustó tanto que se quedó con esa cara de boludita.
La pecosa empezó a carcajearse por la cara de asombro, llegando a ser cómica, de su amiga.
-¡Está muy piola! -gritó por fin, saliendo del trance.
-¡¿Viste?! -comentó Oriana, gritando igual de fuerte que Anto.
-¡Este es el giro de 360 grados que quería! -decía mientras se le denotaba mucha emoción- Ahora, déjame agregarle algo más.
-Como quieras -concluyó la de bucles.
-Chicas, ¿Es en serio? -preguntó Sofi, intentando creérselo.La de trenza tomó el cuaderno y, en tiempo récord, terminó su parte.-Listo -informó- Sofi, hazme el honor de leerlo, por favor.
La pecosa río por lo bajo.Cuando su rostro se tornó a uno más serio y concentro, comenzó a leer.
"Subimos de un salto cuando la gran nave aterrizó. Al sentir mis pies tocar el suelo del helicóptero me sentí algo más segura. El lindo chico se dirigió a la parte del conductor.
-¡Muy bien hecho, Matt! -felicitó,palmeándole la espalda- Por poco y nos alcanzan.
El hombre misterioso volteó hacia nosotros, mostrándo su pálida y demacrada cara. Con los ojos de un color blanquecino y la mirada perdida, salpicando sangre sobre su ropa y suelo, siendo está proveniente de su boca abierta.
Ambos gritamos por la sorpresa de que ese ser, en esas deplorables condiciones, intentara levantarse y desgarrarle el cuello a el moreno. Y aunque no pudo ni acercarse a su objetivo, porque había un problema mayor. Ya que como nadie estaba conduciendo la nave, está empezó a venirse abajo.
El chico tomó el botón del lado del asiento y lo presionó, haciendo que la rígida cinta deslizara por el pecho del monstruo. Cuando este intentó manotear al ojiazul este lo esquivó, metiéndole una patada en la espalda haciendo que este saliera expulsado del helicóptero.
En el mismo segundo en el que el cuerpo del tipo cayó, el chico se posicionó en el asiento del piloto y, con ambas manos, tomó el volante intentando mantenerlo en el aire.-¡¿Qué hago?! -pregunté desesperada.
El helicóptero se mantenía, como aún podía, en el cielo aunque serpenteaba y se sacudía fuertemente.
-¡La mochila! -gritó- ¡Debajo del asiento!
Localicé el paracaídas y, con toda mi valentia, me levanté tambaleando y corrí hasta él.
-¡Ya lo tengo! -informé con la mochila en mis hombros- ¡Saltemos!
El chico obedeció y, en un movimiento rápido, se lanzó sobre mí y ambos caímos aferrados el uno del otro.
Abrí el paracaídas y, detrás nuestro, se oyó un fuerte explosión junto con un intenso viento,que nos llevó lejos del accidente.
Miré el rostro del chico y algo aturdida le pregunté.-¿Cómo te llamas?
-Me llamo-"
-Ricardo Milos -interrumpió Oriana.
-¡Noo! -gritó Anto, antes de empezar a carcajearse con la de rizos- ¡Es muy clavee!
-¡Chicas, así no se puede! -reprochó la pecosa mientras se tocaba el puente de su nariz con sus dedos.
-Si, mal. Tenés razón -concluyó Anto- Aunque está piola, no tiene sentido.
-Ey, no lo tires -ordenó la ruluda.
-No, obvio que no -negó- Sólo necesito pensar en cómo utilizarlo, mañana vemos que hacer.
-¡Okay! -respondió Sofi y Ori al mismo tiempo.
-Bueno...ya me vinieron a buscar-Informó Anto, cuando el preceptor la nombró- Ya me voy.
Cuando guardó todas sus cosas, salió del aula. Saludándo con la mano.
Minutos después el salón quedó completamente solo, porque las demás ya se habían ido.
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Cuestión De Percepción
RandomTres amigas, completamente distintas la una de la otra, con un mismo objetivo. Crear la historia más cliché y asquerosamente romántica que te puedes imaginar. ¿Qué podría salir mal?