One-Shot

Ultima oportunidad

Un estruendoso golpe resonó en la habitación, la pequeña chica no podía contener más sus lágrimas las cuales, en tan solo un par de segundos comenzaron a resbalar en su rostro para finalmente caer en el suelo. Ya no podía más, cada palabra del albino se clavaba cual daga en su frágil corazón, las cosas habían cambiado rápidamente, ¿Cuándo el amor se acabó dando paso a la discordia en su relación?, parecía que apenas ayer se despertaba al lado del chico que amaba observándolo sonreír cuando sus miradas se cruzaban por la mañana o cuando se despertaba por el delicioso olor a huevos revueltos y café ya que su chico le preparaba el desayuno como sorpresa para desearle un excelente día, un buen comienzo. Acompañado de su hermosa y dulce sonrisa, esa que tanto amaba ver en la cara de quien consideraba el amor de su vida.

Pero no, ya no recibía eso, ahora el joven se encontraba absorto en su trabajo, ya no le daba sonrisas tiernas, las miradas llenas de dulzura se acabaron, la atención se reducía, simplemente todo había cambiado. Se había convertido en otra persona... ya no lo encontraba al lado de su cama al despertar, solo existía un espacio vacío y frío en la gran cama, apenas lo veía unas horas al día y cuando lo hacía él...Sólo se encerraba en su burbuja...

Lo intentó, intento comprender la razón de su amado, sabía que quería darle lo mejor, la vida que siempre soñó para ellos, olvidándose de que poco a poco su historia se terminaba, se olvidaba de lo más importante, el factor que más necesitaba ella, lo necesitaba a él...Juntos habían podido salir adelante, sin embargo, él seguía autoexigiendose más de los requerido, de lo lo necesitado y acababa lastimandola y dejandola de lado.

-___(T/N) déjame entrar- murmuró esa voz tan conocida para ella detrás de la puerta mientras la golpeaba con delicadeza, no quería empeorar las cosas pero las cosas ya no podían estar peor.

Por un instante, pensó bien las cosas y con detalle miro cada parte de la habitación, sonriendo ante cada recuerdo de amor que tenía con él, sus historias, cada aventura vivida y colocó la mano en su corazón. Los sentimientos por él no habían cambiando en lo absoluto, pero cada herida le hacía dudar de todo, de todos, ¿De verdad valía la pena?, ¿Intentarlo otra vez?, ¿Para qué?, ella no había perdido nada...Él, la perdió a ella, entonces, ¿Por qué dolía tanto?.

Tomo aire y camino hacia la puerta dispuesta a abrirla , para arreglar las cosas, para un último intento, para no quedarse con el arrepentimiento más tarde, ¿Quién sabe?, está vez podía ser la vencida, con solo un poco de suerte, ese frío departamento podría volverse nuevamente un cálido hogar y su relación podría ser más duradera, tal vez, hasta eterna.

El sonido de un nuevo mensaje detuvo su acción principal, observo el teléfono de su esposo en la mesa de noche iluminarse y con extrañeza lo tomó entre sus manos, era el mensaje de un número sin registrar. Desbloqueo el celular y se sentó en el suelo a leer aquel mensaje:

"¿Has pensado en mi oferta cariño?"
"De lo único que podrías arrepentirte es de declinarla. El tiempo corre amor"

Ya esta.

Esa fue la gota que colmó el vaso.

Todo tenía sentido ahora, cada pieza encajaba en su rompecabezas, era una idiota, fue una estupida al creer y confiar en él, en que cambiaría, en que era todo por ellos. Pensaba que él la amaba, pero no era así, la venda en sus ojos fue desatada finalmente, la realidad acababa de golpearla en la cara, ya no soportaría esto más, ya no, ya había pasado noches llorando por ese joven, noches enteras preguntándose que estaba haciendo mal, quién era el que fallaba ya podía extrañarse de esas jornadas tan largas en que ni su telefono contestaba pero seguía cayendo en cada una de sus miles de mentiras. La única culpable fue ella por ser tan ilusa y creer en un imbecil, pero ya no.

Se acabó.

Tomo su maleta y con rapidez guardo todas sus cosas, su ropa, su maquillaje, todo lo que le pertenecía, era momento de terminar con la farsa y seguir adelante con o sin él, sin embargo, al jalar uno de sus abrigos una pequeña caja cayó frente a sus pies. Con lágrimas en los ojos la abrió encontrándose con las fotos de su boda con el "amor de su vida" y la destruyo por dentro...

Tomo las fotos y cerró su maleta, seco sus lágrimas y se colocó su chaqueta de cuero negra favorita, a paso decidido abrió la puerta y observó con desprecio al albino.

-__(T/N)...- Se levantó con su mirada cansada y sus grandes ojeras -Oye...yo lamento mucho lo que- abrió sus ojos como platos al ver la maleta detrás de ella y antes de proseguir fue interrumpido por su contraria

-No hay nada que lamentar Sans, ahora, apártate, estoy harta, llegué a mi límite- empujo las fotos sobre el pecho de su ex-esposo y le dio su teléfono -Aprovecha la oferta ¿Quieres?, Ya no tienes esposa que te lo impida- El sonido de sus zapatos lo saco del shock en el que él estaba y como reflejo tomo la muñeca de la chica.

-E-espera...No puedes dejarme así...T-te prometo...-La miro a los ojos desesperado sin contener sus lágrimas -¡Cambiaré!, ¡Lo haré!, ¡Lo prometo pero no me dejes!...Ya no trabajaré tanto, te dedicaré tiempo, amor sólo escúchame- suplicó antes de jalarla para tenerla más cerca a él, dejando caer las fotos, sujetandola firmemente de su cintura y mirándola directamente a los ojos con lágrimas suplicantes.

-Te di más de una oportunidad Sans- respondió con un nudo en la garganta -¡Te creí no sabes cuánto!, ¡Te lloré y dudé de mí misma por no dudar de...- Tomo aire antes de seguir, luchando contra las lágrimas que amenazaban salir de sus ojos -...Ti!- lo empujo -¡Me lastimaste no sabes cuanto! T-tu...la persona que menos lo esperaba, ¡Vete con esa mierda de persona que te escribió ¡¿Okey?!. Seré una idiota, una ilusa, seré todo lo que quieras pero yo, yo no soy plato de segunda mesa- Limpió sus lágrimas y levantó su mirar -¡Ya no soy tu tonta!- exclamó dándose la vuelta y comenzando a caminar sin mirar atrás.

El albino miró su teléfono y leyó los mensajes, ahora entendía que fue lo que ocurrió y todos sus demás pecados provocaron que la balanza se inclinará hacia el lado que menos le favorecía. Tuvo tiempo, tiempo para cambiar y reparar sus errores pero por creer que tenía tiempo, por pensar que mañana podría hacerlo, la había perdido, el tiempo para él llegó a su límite y el mañana para reparar sus errores llegó pero lo noto tardíamente y se quedó como siempre...

Sin haber hecho algo al respecto

Era hora de cambiar eso

Salió corriendo como nunca en su vida y al llegar al ascensor sujeto las puertas y las abrió mirando fijamente al amor de su vida.

-Esta vez...- Respirando agitadamente observó sus ojos con detalle y entró presionando la última planta y colocándose entre la puerta y ella -Esta vez lo juro, juro que lo haré. Esta persona...- Le mostró su teléfono- No es nada para respondió con determinación-La única luz en mi vida eres tú, eres la razón para levantarme cada mañana y no dejar la alarma sonando, eres la razón por la que trabajo tan duramente y te he descuidado, te descuidé y provoque que te fueras pero...__(T/N)...-susurro su nombre a su oído colocando sus brazos a cada lado de la cabeza de la chica-Eres la persona con la que me casé, que amo, todo lo que veo en ti jamás podría verlo ni encontrarlo en alguien más. Sin ti, no tengo ¡Nada!- una pequeña lágrima escurrió de su pálido rostro y cayó sobre el hombro de su acompañante -Quedate conmigo...solo dame una última oportunidad y te prometo que no te decepcionaré, está vez no...- La abrazo con fuerza -No me dejes solo por favor...Sin ti...No soy nada...-

Reflexionó un poco sus palabras y las lágrimas comenzaron a correr a montón de sus ojos. Correspondió su abrazo sintiéndose encajar perfectamente con él, ella tampoco quería dejarlo, ni soportaría dejarlo pero esta era la última vez, podía arrepentirse o podía ser esta vez ella quien ganaría. Una vez se separaron lo miró directamente a los ojos

-Ultima oportunidad- al ver que asintió una sonrisa se dibujó en sus rostros. Él la besó con necesidad y ella...lo correspondió de la misma forma.

Era cierto que es su relación habían altas y bajas pero siempre existía una forma de solucionarlo mientras encontraran las ganas y el amor, nada podía detenerlos.