Dietas y otros autoengaños

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¡¡Buenas!! Hoy me apetecía, a raíz de una experiencia que he tenido recientemente buscando información por internet y más concretamente por un famoso portal de compra de e-books, entre otros, comentar sobre el tema y el mundo de las dietas en general y lo plagado que está el mercado de literatura digital de este producto. Tenemos títulos para todos los gustos, podemos encontrar la felicidad y la dicha más absoluta entre ellos. Léase algunos ejemplos: “Esta dieta SI funciona”, “Yo sí que como”, “Adelgazar sin Milagros”, “La dieta del metabolismo acelerado” y un largo etcétera.

Pero no nos engañemos. Si estos libros fueran tan fáciles de seguir como de leer no existirían personas con sobrepeso. Y claro que hay. ¿Cuál es entonces el problema?

Personalmente  he querido recientemente deshacerme de cuatro o cinco kilitos que no me gustan y que tengo instaurados ahí tan a gustito en mi cuerpo por haber dedicado demasiado tiempo al estudio y a los quehaceres sedentarios. Y me propuse buscar una alternativa saludable, el tiempo no importaba, para quitármelos de encima. Bueno el tiempo si importaba, claro, si puede ser más antes que después mejor, aunque claro, luego está el efecto yoyo, que dice que si pierdes muy rápido luego lo recuperas exactamente igual de rápido  y claro, no es cuestión.

Y nada, me fui a informarme paciente y ampliamente a internet. Hay todo un mundo y ofertas de servicios. Que si kot, pronokal, dieta Dukan, dieta antidukan, la isodieta, disociadas.

Y todas ellas, con sus combinaciones, recetas, alimentos permitidos, alimentos prohibidos, vida y milagros de cada una.

Pero hay unos rasgos característicos comunes a todas ellas. Y son los que llamamos psicológicos, me explico. Todas ellas te requieren unas características especiales para que las cumplas. Algunas te cuentan una historia muy bonita de superación tipo “yo pesaba 132 kilos y he perdido 70 con mi método para adelgazar”, “pensé que no sería tan fácil pero una vez pasados los días iniciales, lo demás estaba hecho”, “ahora me encuentro mucho mejor, he encontrado sentido a mi vida”…, etc.

Entonces, vuelvo a repetir, si es tan fácil y tan bonito hacer y seguir las dietas, ¿porque a la hora de la verdad nos cuesta tanto? Pues porque no es tan fácil, si no, como ya hemos comentado antes no existiría el sobrepeso en nuestra sociedad.

Y es que nos lo pueden disfrazar con la mejor de las caras y la más atractiva de las campañas de marketing pero para seguir una dieta, cualquiera de las que hemos mencionado antes o del mercado hace falta perseverancia, fuerza de voluntad, capacidad de sacrificio. He leído muchos comentarios a las dietas de gente preocupada por el efecto yoyo, o cuando podían dejar de hacerla porque ya habían perdido x kilos. Y es que no podemos estar a dieta toda la vida. Por mucho que nos digan que sí, no es sano. Ni física ni psicológicamente.

Entonces, ¿Por qué iniciamos una dieta determinada? ¿No es más fácil contar cuantas calorías diarias necesitamos y alimentarnos consciente y saludablemente y hacer deporte continuado? Algunos y algunas dirán que sí pero otros muchos dirán que el autoengaño al que la dieta incita es mucho mejor, no es más ciego que el que no quiere ver, dicen, y aunque sea a golpe de talonario la mayor parte de las veces (consultad lo que vale una caja de tal o tratarse en cual por ejemplo, y sabréis a lo que me refiero), abrimos los ojos, la mayor parte de las veces, demasiado tarde para darnos cuenta que el problema de perder peso está en nuestro interior y no en el método o pasta que paguemos para hacerlo realidad.

Porque si iniciamos una “dieta” sana en casa, y cuando me refiero a esto, no estoy refiriéndome a dieta como tal sino a alimentarnos como merecemos, de verdad, con alimentos naturales y elegidos conscientemente, tratando a nuestro cuerpo como se merece pues solo somos uno (no tenemos uno sino que somos uno), y reducir las calorías diarias con alimentos más ligeros y naturales, menos procesados, practicar deporte habitualmente, reducir el estrés psicológico y aumentar la actividad física en general (caminar, subir escaleras, dejar el coche aparcado).

Ah pero es que esto cuesta demasiado. Y yo no tengo fuerza de voluntad. Dirán muchos. Pues nada, a golpe de talonario, bebiendo sobres de proteínas que no se sabe cómo ni con qué han sido elaborados, pero no nos autoengañemos una vez más, con este método la fuerza de voluntad y de sacrificio también va a ser importante.

Y habrá gente que dirá entonces, si pero es que así es más rápido. Bueno, sí, pero ¿más sano?, ¿duradero y definitivo, o con efecto yoyo? No quiero criticar las dietas puesto que es una opción muy personal y está bien que tengamos al abasto diversas opciones para casos muy concretos, pero sí creo que son para casos muy concretos y que en casos de sobrepeso leve pueden haber alternativas más saludables como las antes mencionadas para perderlo. Y, por supuesto, no esperar a que sea un sobrepeso importante.

En definitiva, lo importante y lo que va a decidir si tenemos éxito en cualquier dieta es nuestro nivel de compromiso, tenacidad y perseverancia. Por eso, seamos sinceros con nosotros mismos y démonos un tiempo para pensar la mejor opción, la que más nos va a satisfacer y beneficiar a largo plazo y por supuesto la que menos efectos secundarios nos haga padecer. Porque la salud es preciosa y cuerpo solo somos uno y hay que cuidarlo y respetarlo toda la vida.

Os dejo con un vídeo muy interesante sobre el tema que ayuda a reflexionar sobre qué es lo verdaderamente importante respecto lo comentado. No os lo perdáis, no tiene desperdicio. Gracias por estar ahí, ¡nos vemos pronto!

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⏰ Última actualización: Sep 14, 2014 ⏰

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