Entonces un Jason Compson nihilista e irascible me da empujones, y al otro lado unos labios carnosos hablan de conquistar Marie Byrd. El futuro y su suerte son un tipo rubicundo que ríe en un trono de plástico, a contrarreloj puedes apagar la sangre hirviendo. Un corazón al oeste del Pecos, una cabeza anestesiada y autómata como esas personas del paseo Karl Johann. Pero puedo ser primera, segunda y tercera persona, rodear la escena como un detective de mirada felina.
Existen personas que algún día se dan cuenta de que son bastante mayores, y se dan cuenta de que su humor esta pasado de moda (si es que alguna vez provocó carcajadas). Pasa cuando ve que los valores éticos que le enseñaron entre colores son un chiste en números rojos, yo también me puse esa chaqueta ¿y quién no alguna vez? El frio de la realidad. Otros se abrigan con una chaqueta de grosor considerable que calienta a 40 º, entonces parece que hay sonrisas que dan bola y apretones de mano, pero casi siempre están solos. No es mi destino destilado ni amargado, sí mi sonrisa sigue enseñando los colmillos.
Si Goldmundo se dio cuenta de que la muerte era lo natural, solo quiero que me acorrale cuando sea lento para seguir corriendo. Alguna sonrisa femenina me mantendrá joven, ahora que soy joven. Y si la sonrisa que electrocuta el gesto sigue dulce parasiempre, cualquier tipo se haría poeta, cualquier tipo se haría artista. Pero las estadísticas de un pasado intenso juegan en contra tuya perla. No se vislumbra el ojo del huracán, no se está en paz con el mundo. ¿Quizás esperar al fuego de San Telmo?, solo quizás, ya que la brújula sigue marcando hacia el mismo norte.