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Sus músculos se tensionan cada vez que realiza el mínimo movimiento, haciendo que la línea de su espalda se marque entre sus dos omoplatos, por lo que casi una imperceptible rigidez se forma entre ambos cada vez que los mismos se juntan con sensualidad, todo gracias a su oscilación al probarse la ropa.

Ladeo mi rostro mientras que literalmente toda su tersa y preciosa piel tostada brilla contra la luz del sol, paseándose además sobre su hermoso cabello azabache, el cual baila de un lado a otro presumiendo un descarado mullet que hacía juego con su bonito y simétrico rostro, digno de un rey visual, aún cuando su ceño fruncido y disconforme fue lo primero que pude apreciar antes de obligarlo a vestirse.

— Vamos, no es tan difícil vestirse...— susurro un poco sonrojada, tratando de no mirar mucho, sin embargo él sólo vuelve a arrugar su nariz, haciendo que mis hormonas locas vuelvan a flote— Adorable...— mascullo para mí antes de que el aludido paseara su lengua por su labio inferior— Y muy sexy— jadeo, cayendo en cuenta que mi nueva adquisición desparramaba testosterona que me traían como una jodida gata en celo. Aunque simplemente me debía mantener en mis cabales.

Piensa en la deuda, Aerin. Piensa en la deuda— susurro por lo bajo antes de respirar hondo, debía calmar mi apetito sexual. Sin embargo, a pesar de lo caro que es, no puedo evitar morder el interior de mi mejilla con una extraña sensación de regocijo. Al final ni siquiera eso me detuvo.

¡He comprado una bella y hermosa obra de arte!

Relamo mis labios mientras intento no mirar su ancha y bien formada espalda, sin embargo mis propios ojos me traicionan cuando ya me encuentro descendiendo por la línea de la misma, dando con aquellos hoyuelos en la parte final hasta que le siguen unas preciosas y morenas nalgas, firmes y definidas, literalmente un culo de infarto.

Un suspiro se queda atorado en mi garganta, el cual hago pasar como una pequeña tos mientras mi nuevo acompañante se inclina un poco, abriendo sus piernas para comenzar con su trabajo.

— Santa madre de Dios...— jadeo nuevamente cuando una de sus piernas se adentra en el bóxer mientras que con la otra se mantiene en equilibrio, dejando ver sus testículos guindando entre sus piernas. Muerdo mi labio inferior tratando de resistir el horrible cosquilleo en mis partes bajas, sin embargo no me doy cuenta cuando un casi imperceptible gemido se escapa de mi garganta, llamando de inmediato la atención del contrario.

¡Oh mierda, corre perra, corre!

Por supuesto que deseo correr en dirección opuesta a la suya, pero mi cuerpo no se mueve, sólo me quedo como una idiota petrificada cuando el moreno clava sus oscuros y penetrantes orbes en mi rostro.

Penetrame otra cosa, vuelvo a pensar con indecencia. Pero de inmediato sacudo mi cabeza para no parecer una desesperada que se quiere follar al pobre robot.

Se supone que he adquirido este cybort porque necesito compañía íntima, quiero decir, todos necesitamos apoyo moral ¿Cierto? Aunque ahora me siento un poco ingenua, ya que su atractivo sexual está al tope, y ni siquiera lo compré con esa intención. Realmente necesitaba un poco de ayuda, la cual sinceramente no encontraba en nadie, y ahora que lo pienso un gato me habría salido mejor, ¿Por qué soy tan impulsiva?

Últimamente he estado demasiado susceptible, lo único bueno de todo esto ha sido mi trabajo, en el cual pronto tendré un ascenso. ¡Y qué bueno! Porque he gastado casi todo mi fondo monetario en este "amiguito". Así que en conclusión, sólo necesito de su compañía.

Y también de un gran pene gordo, pero eso ya no importa, sólo no quiero incomodar al robot, espera ¿se podía incomodar a una máquina?

Cuando finalmente termino de disociar, hago una mueca sin poder evitarlo, causando una grave pero infantil risa de fondo. Parpadeo incrédula mientras que mi nuevo compañero se acomoda la camiseta que le presté, la cual era de mi hermano mayor, quien había dejado unas cuantas prendas la última vez que vino de visita.

Big Dick Entertainment » Kim TaeHyung » BTS (+18) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora