Una mañana soleada de marzo, en la Ciudad de Nueva York, desde muy temprano ya se podía observar el tumulto de gente en las calles, el sonido de los claxons en las avenidas principales y las personas corriendo para alcanzar el metro.
Elizabeth Ailén, se encontraba aún durmiendo. Era una adolescente como cualquier otra pero con una vida monótona, lo más emocionante que había sucedido en su vida fue un viaje a una playa en México con sus dos mejores amigas. Siempre fue una chica estudiosa, inocente y un poco torpe. Sus padres eran empresarios y a pesar de su agenda tan apretada, siempre encontraban la manera de pasar tiempo con ella.
Como hija única, vivió rodeada de comodidades y sabiendo poco del mundo exterior.
— ¡Ailén! Es hora de que despiertes, se te hará tarde para ir a la preparatoria — se escucho desde la cocina el grito de su madre.
La joven se retorció en su cama, permaneció unos minutos acostada y al fin decidió levantarse, sabía que su mamá iría hasta su habitación para que se levantará pero prefirió evitarse problemas.
Entró a la regadera, se puso su ropa y comenzó a peinarse.
Mientras se miraba en el espejo, se veía fijamente
— ¿Me pregunto si alguna vez alguien se ha enamorado de mí? No es que sea fea en realidad me gusta como soy, mi piel es aperlada y mis ojos son de color miel claro, esto se lo agradezco a mi mamá ya que es mexicana me ha heredado buen aspecto, mi cuerpo no es muy delgado pero no como para decir que estoy gorda, mi pecho es grande y mi cintura pequeña. Mi cabello es castaño y largo, pero mi estatura es por dejaba del promedio, apenas y alcanzó el 1.50. La verdad es que tengo más rasgos de mi mamá que de mi papá, pero de él tengo la personalidad.
Poco después ya se encontraba en el comedor con sus padres, conversaban y reían como lo hacían siempre. La felicidad que le traía estar con ellos, era algo que no cambiaría por nada, Ailén de verdad amaba a su familia.
—Ailén es hora de irnos, llegaras tarde.- grito su mamá quien ya se encontraba fuera, subiendo al auto.
Elizabeth salió corriendo, con un libro en su mano — Perdón, pero casi se me olvida.
— ¿Es un libro nuevo? — preguntó su padre muy curioso al ver a su hija subir al auto y comenzar a leer.
— Sí, lo compre hace unos días. Realmente es asombroso este escritor — respondió la joven notablemente emocionada de hablar sobre su libro.
— ¡Vaya y pensar que antes odiabas leer! — dijo su mamá en un tomo burlón.
Pero Ailén no le tomo importancia y continuo leyendo.
« El libro se llama "Cuando te conocí". Mamá tiene razón, hasta hace mas de medio año odiaba leer, pero cuando escuche de este escritor de quien todos hablaban ¡Ame la lectura! Es como si me transportara a la historia y fuera yo esa protagonista que vive una historia romántica junto al hombre que amo en secreto durante tanto tiempo. De verdad es asombroso, no soy de las adolescentes románticas y aún así me encantan sus historias»
Ya en la preparatoria, las cosas eran como siempre, hablar con sus amigas, reír, aburrirse en clase y lo único que mas le gustaba era leer su libro favorito.
— ¡Ailén despierta! Es la hora del almuerzo — habló una de sus mejores amigas al ver como su amiga se perdía leyendo.
«Hemos sido mejores amigas desde siempre para ser precisos desde que estábamos en el jardín de niños, Violet y Lucy saben todo sobre mi, desde mi falta de romanticismo y el poco interés que tengo en los noviazgos. Ellas son como las hermanas que nunca tuve»
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CREO QUE ME ENAMORÉ (EN EDICIÓN)
RomantikElizabeth Ailén una estudiante de 18 años, amable, alegre e inocente, algo mimada y dependiente; se ve obligada a vivir con su tío Cedric Blake el hermano adoptivo de su padre, un escritor famoso de 30 años, guapo y elegante, pese a ser un escritor...