Gotta be you.

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Advertencias: Oneshot, algo de angst, un poco de fluff.

Min Yoongi estaba locamente enamorado de Jung Hoseok.

No era algo nuevo para él pensar en aquellas cosas, no después de haber pasado tres años en una relación con su mayor, y tiempo atrás, aquel pensamiento le habría sacado una sonrisa antes de abrazar a Hoseok y murmurarle al oído lo mucho que le quería, lo mucho que le amaba.

Pero ahora, pensar en eso, hacía que una estaca invisible se enterrara en su corazón, que algo doliera en lo profundo de su alma y le hiciera sentir vacío, destrozado y sin vida alguna.

Levantó la vista de una de las fotografías que encontró donde estaba junto a Hoseok, limpiando sus ojos llorosos por el sentimiento de dolor que lo sacudió completamente al observar sus rostros sonrientes, y se maldijo por haber estado buscando una prenda de ropa en lo profundo de su armario encontrándose con aquel recuerdo. Estaba seguro de que había guardado todas las cosas de Hoseok para que así la ruptura se hiciera más fácil, pero bueno, al parecer se le habían escapado algunas cosas.

Suspiró, poniéndose de pie y caminando hacia la cama donde se echó con un quejido tratando de ignorar esos desastrosos y asfixiantes sentimientos, incluso se forzó a pensar en cualquier otra cosa pero fracasando estrepitosamente.

Un mes había pasado desde que había terminado con Hoseok. Un mes desde que no lo veía porque sabía que si lo hacía, iba a derrumbarse y llorar como un condenado porque todo era demasiado difícil para él.

Sabía que para Hoseok también lo era, después de todo, ¿No habían terminado entre lágrimas y gritos?

Recordar aquel triste día lo estremeció una vez más.

La relación no había estado bien desde que ambos habían salido de la universidad y empezado a trabajar. A pesar de que vivieran juntos apenas habían tenido tiempo alguno para el otro, los días sin hablar se transformaron en semanas, y de pronto sintieron que ambos estaban viviendo con un extraño.

Y trataron de solucionarlo, se esforzaron en volver a su antigua relación llena de amor, jugueteos y risas, pero algo parecía podrido en el fondo y llegó el momento en el que se tuvieron que sentar para hablar.

Yoongi sólo recordaba haber roto a llorar en un momento mientras la voz de Hoseok se quebraba diciendo que quizás lo mejor sería tomarse un tiempo. Sabía que era lo mejor, por supuesto, pero eso no hacía las cosas más fáciles.

Había pensado, por otro lado, que quizás, ese tiempo serían unos días, no más de dos semanas, pero ya llevaban un mes sin siquiera verse, y seguía doliendo como el primer momento en el que Hoseok había cruzado la puerta para no regresar.

Todo se sentía mal, se sentía gris y no parecía que fuera a cambiar pronto. Namjoon decía que debía poner de su parte también, que si no actuaba entonces no podría mejorar, pero Yoongi no sabía si eso era lo que realmente quería.

Él sólo quería a Hoseok.

Soltó un quejido cuando su móvil sonó.

Y hablando del diablo...

―¿Ya estás listo? ―fue lo primero que dijo Namjoon cuando respondió.

Gotta be you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora