El Príncipe Robot || Taegi.

Capítulo Uno

Aquí me encuentro finalmente dentro de cuatro paredes, una camisa de fuerza, arrinconado, pensando en lo que hice y cómo es que llegué aquí. Me dejé llevar por mis sentimientos y acabé con todo, pero no puedo arrepentirme. Quería tan solo volver a verle, ese divertido andar, esa voz tan dulce que me encantaba escuchar, su encanto que rápidamente se me fue arrebatado. Cometí un insulto hacia la creación, pasé a llevar la ciencia aunque para mí fue algo máximo y sé que mi invento ha llevado a una nueva investigación, he avanzado en la ciencia... Pero no puedo sentirme orgulloso.

Todo comenzó cuando yo era pequeño y acompañaba a mi padre a su taller, él tenía su propio servicio técnico donde reparaba computadores, celulares y todo lo que implicara un "cerebro propio" o algo por el estilo. Me gustaba estar con él y ayudarle a unir cables, reemplazar objetos y hacer lo posible para que las cosas volvieran a tener vida. Y mi pasión, mi fanatismo fue tanto que hasta con repuestos armaba mis propias cosas las cuales convertía en robots. Amaba cuando mi padre tenía tiempo libre, pues siempre comprábamos robots para armar juntos o inventábamos. El único que tengo actualmente está encima de mi repisa como si fuera un trofeo, fue el primero que armé con mi papá y que funcionó hasta que la batería acabó. Curiosamente se acabó justo cuando lo perdí. Fue mi primer día oscuro, el más oscuro de todos. Era Semana Santa, ese día me iba a quedar con mamá para estar junto a ella y compartir con la familia, papá fue a dejarme. Pero no teníamos en cuenta lo peligroso que era viajar en estas fechas. Íbamos los dos escuchando November Rain, cantando a todo pulmón cuando de pronto de la carretera se desvía un camión, pasándonos a llevar con tanta fuerza que volcó nuestro auto y nos tiró bastante lejos, sacándonos de la carretera. Perdí la conciencia y lo único que recuerdo es que desperté en una camilla, conectado a una máquina y con oxígeno. ¿Cuánto tiempo había pasado? Me dijeron que por lo menos pasé inconsciente una semana y luego de esa semana me dijeron sobre papá. "Fue milagro de Semana Santa el hecho de que sobreviviera", "fue lo que Dios quiso", decía mi familia intentando ocultarme la verdad, y se entendía pues tenía once años cuando todo pasó, pero odié que me trataran como un pequeño idiota sabiendo que no lo era... Siempre supe lo que intentaron decirme, pero más fácil hubiera sido si me hubieran dicho "Yoon, tu padre está muerto. Prepara tus cosas que te iremos a dejar donde tu madre". Resignado hice caso y pasé a vivir con mi madre durante toda mi adolescencia.

Durante el período que pasé junto a ella, me dediqué en mis estudios y en seguir confeccionando robots, usando repuestos de lavadoras, computadores e incluso de autos que compraba donde un vecino. Nunca tuve problemas con las notas, ni con mi madre pero siempre había problemas con mis vecinos. Solían decir que mi madre dejaba que hiciera lo que quisiera, y en parte era verdad, pero agregaban que era un descuidado o que construir robots no me llevaría a nada (ironía). Siempre he tenido un promedio sobresaliente sobre todo en el área de ciencias, lo que es matemáticas, lo que es física y lo que es biología.

En fin, llegó mi período universitario y escogí una ingeniería que me llevaría a centrarme en confeccionar estas especies, participé en grandes proyectos, exposiciones y un día recibí la carta que cambiaría completamente mi vida. Una carta de la Nasa, necesitaban a personas que ayudaran en una investigación sobre robótica. No me iba a perder esa oportunidad, y me inscribí sin pensar y todos mis ahorros fueron gastados en un viaje a Estados Unidos desde Corea del Sur. Obviamente fue una dura despedida, despedirme de mi madre y el que ahora sería su pareja, nunca estuve en contra pues era tiempo de recrear su vida, y el hijo de éste con quien teníamos una excelente relación de hermanos. Dejar mi confort para llegar a un lugar que no era un hotel de cinco estrellas, pero tenía algo de comodidad. El haber tenido que abandonar mi cama, mi habitación para llegar a un lugar completamente lejano, desconocido para mí fue extraño, pero me ayudó a madurar.

Mis días en la Nasa no fueron muchos, ya que necesitaba más entrenamiento y más estudios, por lo que recibí beca en una prestigiada universidad y comencé con lo que hoy en día sería mi perdición, mi caos, lo que acabaría con mi vida.