Prólogo

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Era la hora del almuerzo, me encontraba tumbado en mi escritorio esperando la hora de la salida del instituto, había comido unas papas fritas y me sentía muy lleno. Solo quería irme a casa y jugar un poco como siempre lo hacía luego del instituto. Una voz femenina se escuchó atrás de mi.

-¿Quieres un poco?

Ignoré las palabras de la chica, pero ésta insiste

-¿Realmente no quieres?

-No, no hace falta. Me levanté sin ver hacia atrás y salí del salón de clases, me tumbé en el suelo al lado de la puerta, nadie salió, no le di importancia y me quedé esperando el sonido de la campana para irme a casa.

Un profesor se acerca a mi lugar y me pide que le ayude a llevar unos libros a la bodega la cual está del otro lado del instituto. No tenía mas nada que hacer así que le ayudé.

Mientras el profesor hablaba por teléfono con alguien acerca de una fiesta y una mudanza a Europa. "Oh.. Europa" Un leve recuerdo pasó por mi cabeza el que siempre he querido conocer la nieve, cuando era pequeño lo más cercano a la nieve era que en el refrigerador había una parte de éste que hacía una escarcha de hielo, eso era lo más cercano a la nieve que he podido estar. - Arthur, deja los libros aquí, ya puedes irte. Gracias.

El llamado del profesor me hizo dejar de fantasear con la nieve y sin saber lo que él me dijo dejé los libros en una mesita, me despedí y fui por mi bicicleta en el estacionamiento del instituto, antes de entrar al lugar donde había dejado mi bicicleta, a pocos metros de la entrada/salida del instituto habían dos chicas cerca, una me llamó. -Arthur ven, ayúdame. Simplemente le ignoré ya que su voz se me hizo familiar. Pasé al lado de ellas con mi bici viendo de reojo la reacción de enojo de la chica. Ella gritó. -ERES DE LO PEOR.

Estando ya lejos de ellas, justo en la salida del instituto,volteo a verlas y algo detrás de ellas llama mi atención. Detrás de ellas una silueta caía del edificio cercano, un alumno cayó del sexto piso del edificio a pocos metros de ellas. Me bajé de mi bici y corrí a socorrer al joven, su cara estaba hecha mierda, fue lo primero en tocar el suelo. -Si hubiese saltado unos metros más arriba, se parte su cráneo en dos.

La chica que hace unos minutos me gritaba con cara de enojo ahora me miraba aterrada, su hermana está aferrada a ella llorando de miedo, está en shock. Saqué mi teléfono y llamé a la policía, luego de una corta espera en el maldito servicio al cliente responden mi llamada.

-¿Sí, cuál es su emergencia? la voz de una joven mujer se escuchó al otro lado de la línea.

-Señorita, por favor venga al instituto Johana Bermudez lo más rápido posible, un joven se lanzó del sexto piso del e... -Ya vamos para allá- me interrumpió la señorita haciendo que no diga lo sucedido y cuelga la llamada.

Al cabo de cinco minutos las sirenas de los autos de los policías se escucharon cerca. Poco después ya estaban en frente del instituto, se bajaron rápido a inspeccionar el lugar del cual el joven había saltado hacia su muerte. Un oficial se me acerca y dice, -Ya pueden irse, gracias por llamar, la ambulancia viene en camino-

Les hice señales a las dos chicas que se fueran a casa pero no son capaces de caminar están en shock por lo sucedido, tienen mucho miedo y es así que la hermana de la chica que es compañera de clases.

Tuve que decirles que les haría acompañamiento hasta su casa, eso les tranquilizó, la chica que había vomitado se limpió la boca y caminamos en silencio hasta que llegamos a su casa, se fueron sin decir nada y yo tomé camino hacia mi casa.

"G"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora