Esa noche no había podido pegar un solo ojo.
Esa mujer me había dado insomnio, simplemente con un beso en la mejilla y un par de palabras.
El timbre de mi departamento comenzó a sonar, e inmediatamente una sonrisa se me dibujo en el rostro, ya sabía quién era.
— Naomí ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en la universidad?
— ¿En serio Max? ¿Universidad? Un sábado — y fue ahí cuando caí en cuestión de que si era sábado. Que idiota fuí.
— Entonces ¿Por que me dijiste eso ayer?
— Porque tú no parecidas querer irte y fué lo primero que se me ocurrió. Simple
— Vale, pero ¿por qué estás aquí?
— Pues te lo debo, piensa que es tu pagó, por lo de ayer. Haré todas tus comidas de hoy.
— oye sobre eso...
— Estoy bien Max, tranquilo
— ¿Segura?
— Totalmente — aún que ella diga que lo este yo no estaba tan seguro de ello, sin embargo confiaría en ella. ¿Por qué dudaría?
— Muy bien, entonces ¿que harás de desayuno? — le pregunté mientras me hacía a un lado para dejarla pasar.
— ¿Te gustan lo waffles? — ella se dió vuelta y me miró. Yo asentí con la cabeza.
Un rato después estábamos comiendo. Y ella vió la guitarra.
—¿Te gusta tocar? — Preguntó
— Si, ayuda a relajarme, y también suelo componer canciones.
De la nada ella sacó otro tema.
— El próximo finde semana, tengo una pelea, compito por el título. ¿Quisieras ir a verme?
— ¿Tú? ¿Peleando? — Estaba sorprendido, es que ella es muy pequeñita o bueno, yo soy muy alto.
— ¿Te gustaría ir? — volvió a preguntar.
— Claro, tengo muchas ganas de verte pelear. — Cuando termine de hablar una bella sonrisa se dibujó en su rostro.
Habíamos terminado de comer y la ayude a lavar lo platos otra vez.
Luego de eso, ella me preguntó, si tenía video juegos y mi respuesta fué un sí.
No me esperaba que ella jugará tan bien, ya que en cada partida me terminaba matando.— Bueno hasta aquí — dije cansado. — ahora seremos un equipo.
— Está bien, ¡Perdedor! — dijo burlándose de mí, "jaja muy graciosa".
Habíamos pasado toda la mañana así. Hasta que llegó la hora del almuerzo.
— Muy bien cocinera, ¿Que vas a cocinar? — ella dejó de jugar y me miró dubitativa mente.
— Pues... — lo pensó bien — un rico Terri de arroz.
— Espera ¿Un qué? — que mierda es un Terri, no entiendo ni un choto!!
— Un guiso, zoquete. — dijo mientras reía.
— Oye que yo no soy ningún zoquete.
— No, no, no lo tomes a mal, no te lo digo como insulto, zoquete lo uso más para decirle a un amigo que le tengo confianza y cariño — ¡Auch! Eso me molestó algo, no se bien que parte, pero me molestó.
— No me gusta el guiso de arroz has otra cosa. — le dije algo molesto.
— Pues que pena, porque igual lo comerás.
ESTÁS LEYENDO
No me olvides
Teen FictionEl amor ¿que es el amor? para algunos es la cosa más maravillosa de todas, pero para otros, los buenos momentos no duran para siempre, y te muestra que la vida está llena de dolor y sufrimiento, que muchas veces es injusta, y que también quita lo po...