Tear Drops

Capítulo único.

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-A-adrian, qué harás cuando yo está muerto?- decía el conde en medio de los besos que le daba su amante, Adrian, o como le suelen decir, Undertaker.

-Hihihi, Que curioso~- Respondió. -No me importaría gastar toda mi eternidad encontrando una forma para traerte nuevamente a la vida. Sin ti, mis días no tendrían sentido. Vincent, haría lo imposible para tenerte conmigo por siempre.Estaré contigo hasta el fin de la eternidad, esto es una promesa.- 

-Oh Adrian, tú, un dios de la muerte, conmigo, un simple humano mortal, cuando yo muera seguramente te irás con otro dios de la muerte, o algún ser del más allá, ¿Estás seguro?-

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-Vincent, esas cosas no se preguntan. Mis palabras son reales, yo no miento. Siempre lo supiste Vincent.. Yo no miento.. Y menos a ti, la razón de mi única felicidad real. Aunque esté muerto, tengo derecho a ser feliz, y a amarte.. Por siempre...- Le dijo al viento. 

Y comenzó a llorar.

Eso mismo le había respondido esa noche, la última vez que lo vio.Incluso Vincent le prometió estar junto a él por siempre..No logró cumplirlo. Luego de eso, la mansión fue atacada y luego fue incendiada. Todos creyeron que simplemente fue incendiada.

Si tan solo él hubiera estado ahí para salvarlo, nada de eso hubiera pasado. Hubieran escapado felices, y Vincent podía haber olvidado a su familia, y Undertaker encontrar la forma para que un humano sea inmortal. Pero no sucedió eso. Ahora no queda nada más que imaginarlo, y llorar. Vincent ya no estará con el.

¿O sí?

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Undertaker se encontraba en su laboratorio en el sótano de su funeraria.

Llevaba trabajando en esto desde el 14 de Diciembre de 1885. Para ser exactos, el día donde él, su único amor, había muerto y su mansión incendiada. Había logrado sacar el cuerpo antes de que se hiciera cenizas.

Era un trabajo muy complicado. Imposible.

Pero para Undertaker, nada sería imposible para traer a su hermoso Vincent de nuevo a la vida. Gastaría toda la eternidad intentando encontrar alguna forma de traerlo a la vida. Por que sin él, nada tenía sentido.

Todos los días investigaba e hacía experimentos sobre el mismo tema.

A la vez que investigaba, siempre le surgían preocupaciones; como por ejemplo ¿Y si nunca lo lograba? ¿Y si Vincent no lo amaría luego de traerlo a la vida de nuevo? ¿Y si Vincent no era el mismo?

Ya no había nada que lograra subirlo de animo.

Había creado las Bizarre Dolls, o muñecas bizarras, cuerpos moviéndose sin ningún sentido y sin alma, devorando otros humanos intentando robarles su alma, cosa que nunca conseguirían. Solo necesitaba cortar el Fin del cinematic record, y así quedaría una linea del tiempo sin fin. 

Pero claro. Vincent no podía ser así. Él necesitaba estar vivo y no ser un simple muñeco.

Había conseguido hacer que un cuerpo pudiera moverse con sentido sin buscar ningún alma, necesitaba grandes cantidades de sangre. Pero en este cuerpo, no solo cortó el fin del cinematic record, también agrego partes al cinematic record. El problema era que seguía sin estar vivo realmente. Él quería un Vincent con alma y sentimientos.

Ya que él había recolectado el alma de Vincent, podría devolver el alma al cuerpo, no?

Decidió experimentar con una chica, fue la primera que vio al salir de su funeraria, recolectó su alma y agarró su cuerpo. Lo llevó a su laboratorio.

Quién sabe cuanto tiempo pasó hasta que finalmente lo logró. Repitió cortar el fin al cinematic record.

El corazón latía, cosa que no pasó en los demás experimentos, tenía alma, parecía funcionar.

La chica abrió los ojos. Preguntó que hacía ahí y quien era él.

-Oh querida, que bien que funcionaste, pero que mal que tengas que volver al más allá de nuevo.- 

Y acabó con la vida de la chica, de nuevo.

Ahora, hizo el mismo procedimiento con Vincent...

Y sí, funcionó. 

Vincent revivió.

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Eso estaba leyéndole Undertaker a una tumba, con el deseo y esperanza de que Vincent donde quiera que esté escuche el final que quería tener con él. Digamos que Undertaker ya estaba un poco loco, hablaba diariamente con una tumba. Simplemente estaba loco de amor.

Dudaba mucho que Vincent lo escuchara, por que claro, Vincent estaba muerto.

Las Bizarre Dolls sí logró crearlas, pero... No logró sacar el cuerpo del incendio.. Y de que lo asesinaran tampoco. 

Todos creyeron que solo la casa se incendió, pero antes, fue atacada.

Si tan solo se hubiera quedado con él.. Pero no lo hizo, y no queda nada que hacer, solo queda llorar en silencio.

Claro, los finales felices solo existen en los simples cuentos de hadas..

-Adrian, claro que te escuché, y estoy aquí para cumplir el final feliz que tanto quisimos. Y no es un cuento de hadas. Será muy diferente a uno, esos son muy aburridos y tienen final. Esto será divertido, y no tendrá final. Mírame, he vuelto, para quedarme, estaré a tu lado, por siempre, como te lo prometí esa noche. Gracias por esperar por mi, My love~.- Escuchó decir que algo decía atrás de él.

-Vincent... Eres tú..?- Dijo al darse la vuelta con lagrimas en los ojos.

-Sí, soy yo. Vine a quitarte las lagrimas de los ojos, y hacerte feliz.. Hacerte reír, y escuchar esa risa, la más hermosa que he escuchado. Para que quieres un final feliz, si podemos tener la eternidad feliz? Entiendes? Nuestra eternidad feliz no tendrá fin como esos tontos cuentos de hadas donde sí tienen fin.- 

Y se unieron en un beso, para vivir en una eternidad sin fin.