Héroe

Biblioteca

Los Gryffindors me emboscaron.

Aparentemente habían decidido que yo no estaba bien y como los grandes "héroes" que son decidieron arreglarlo.

Idiotas

Les dije que se metieran en sus propios asuntos y huí, corrí a la biblioteca a una sección a la que ni siquiera Hermione se acercaría: Las numerosas revoluciones de los duendes.

Me senté en una esquina reuniendo varios tomos a mi alrededor para que pudiera pensar sin ser molestado, otra vez me equivoque.

-¿Qué haces cara rajada?

El rubio me había tratado de provocar un par de veces desde que me agradeció haberlo salvado de Azcaban, pero me sentía tan cansado de pelear, sabiendo que no me dejaría en paz hasta que contestara me pregunté -¿Qué quieres Malfoy?

No respondió, en su lugar se sentó frente mío y tomó un libro -¿La revolución de los duendes? No creo que realmente te interese el tema.

-¿Qué haces aquí Malfoy?- le dije mientras buscaba mi varita pensando en hechizarlo hasta hacerlo arrepentirse si venía pelear.

-No lo hagas Potter no soy una amenaza, no ahora al menos.

-¿A qué te refieres Malfoy?

-No saques la varita, no voy a hacer nada. Me salvaste la vida ¿recuerdas? Tengo una deuda contigo, no puedo a hacerte daño.- me dijo lentamente mirando hacia donde yo sostenía mi varita.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunté sospechoso

-Siendo sincero, tengo curiosidad

-¿Sobre qué?- le pregunté realmente extrañado

-¿Por qué el hombre más querido del mundo mágico esta escondido en la biblioteca rodeado de historia sobre la revolución de los duendes?- me pregunto en cambio, mi mano de vuelta a mi varita, mi mente repasando maldiciones para lanzarle.

Le dediqué una mirada furibunda -¿Por qué te interesa?

-Curiosidad ya te la había dicho.
Curiosidad sobre el "Elegido" salvando a una familia de mortifagos.

Le mire extrañado nuevamente, mi repentina rabia olvidada con esa respuesta -Estas loco.

—Tal vez, después de todo tengo sangre Black y dicen que la locura es hereditaria.

Lo extrañamente exacto de esa declaración logró que hiciera algo que no había hecho desde la batalla final, le sonreí