¡¿Un discípulo?!, y la gran misión clase fuera de la aldea

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Hoy Naruto se levantaba en su nuevo hogar, que resulta ser la vieja casa de sus padres, a pesar de que esta estaba solitaria ante la falta de personas sin nadie más que el, se sentía un aire muy cómodo para el rubio, el estar rodeado por cosas de sus padres lo hacían sentir verdaderamente en casa, aparte que sentía un aura de felicidad a través de las paredes, lo que sea que hubieran hecho sus padres a la casa realmente le dejo una huella, porque Naruto sentía que se adecuaba perfectamente a el.

Sin más que hacer este se levanto de la cama y fue hacia afuera para desayunar, imagina pasar de un solitario comedor de poco más de dos metros cuadrados, que aparte estaba conectado sin paredes a una cama deprimente y una cocina bastante desgastada (realmente el propietario del edificio quería que se fuera de allí, tanto así que dejo de mandar la mantención estipulada en el contrato del apartamento a pesar de la advertencia de Hiruzen), a una terraza que daba al patio trasero con aire fresco y una vista que daba tranquilidad, si se los contara a sus amigos seguro se volverían loc-...¡cierto! sus amigos.

Naruto: ¡diablos! lo había olvidado, tendré que esconderles el hecho de que pase a vivir al otro lado de la aldea...aunque...- dijo hablando solo para pasar a pensar en un pequeño detalle - como se lo ocultaré a Hinata, ella ahora es mi vecina - dijo replanteándose la decisión de ocultar su reciente mudanza.

Pero, en eso ve la hora que era, y recordó que ahora que era ninja oficial tiene que ir a sacarse la foto para el registro de la aldea y pongan su estatus actual como ninja en servicio. Terminando de desayunar, se apresuró fuera del complejo Uzumaki y comenzó su travesía hacia su academia para llegar a tomarse la foto en uno de los salones, pero en su camino llego frente al complejo Hyuga, llenando su mente otra vez en la duda.

Naruto: (¿debería decirle a Hinata-chan sobre esto, o a otros de mis amigos?) - lo pensó de nuevo y llegó a una respuesta bastante sencilla - (le preguntaré a Jiji hoy, total de todas formas hoy debo ir a obtener mi licencia y el estará ahí) - así continuo con su camino por un rato y llegó a la academia, camino por los pasillos, encontrando y luego entrando al salón, para encontrar a el sandaime y al fotógrafo dentro de este sentados en una mesa.

Hiruzen: vaya Naruto llegaste, pensé que llegarías más tarde - dijo un poco sorprendido, ya que según el último informe que le dio Kakashi, el chico estaba bastante anonadado con todo lo que había pasado en las últimas horas.

Naruto: tranquilo Jiji, tengo varios días para llegar tarde, pero hoy creo que tengo ganas de hacer las cosas deprisa e igualmente debía venir aquí - dijo para sentarse en la silla - (aparte que debo preguntarte algo) - y así procedieron a tomarle la foto.

El rato que pasó entre lo que tomaban la foto, la imprimían, y lo colocaban en el informe sellado fue bastante tranquilo. Fue una foto normal pero al verla con detenimiento y pensar un poco se le había ocurrido una idea divertida.

Naruto: (jeje, si hubiera sido el yo de antes, quizá hubiera hecho una broma de pintarme la cara como un buda o algo así) - pensó mientras sonreía de manera divertida.

En lo que terminaban de hacer el informe y la licencia completa de Naruto, se escucha que la puerta se abre en un sonido sordo, para ser apartada fuertemente y causar sorpresa e intriga en los presentes, para mirar a ver la puerta, encontrándose a un niños castaño, con una mirada desafiante hacia el Hokage.

???: ahora si viejo te derrotaré, y seré hokage...¡yiaaaaaaaa! - en eso iba a lanzar un shuriken, mientras gritaba, para finalmente tropezarse, y caer de cara contra el suelo de forma bastante cómica a decir verdad.

Naruto: (¿Quién es este niño?) - se preguntó un poco descolocado de la situación que tenía frente a el.

El niño se levanta, sobándose la frente por el golpe, y luego se percata que su abuelo no estaba exactamente solo, por lo cual se dirige hacia Naruto con una mirada que reflejaba vergüenza y "enojo" contra el, para apuntarlo con un dedo acusador y decir.

Mi Camino Hacia La GrandezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora