Maldita escuela

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Narra ____:

Me levanté a las seis de la mañana, como todos los días, para ir a la escuela.

Después de arrastrarme muerta de sueño hasta el baño, me quité la ropa y giré el interruptor que encendía la ducha. Al meterme, comencé a sentir algo pesado y mojado en mis pies.

¡Había entrado con mis malditos calcetines de dinosaurio!

No, no, no.

Me los saqué lo antes posible, me tropecé con el agua, y me caí. Mierda.

Al levantarme, dolorida, me revisé completamente para encontrar alguna herida visible, pero no había nada. Eso sí, me dolía mucho el culo. Coloqué los calcetines en la tapa del váter, para acordarme luego de dejarlos secando.

Qué gran inicio de día, ____.

Al terminar, fui, con una toalla en el pelo, y otra en el cuerpo, a mi habitación.

Allí me coloque una camiseta gris y una camisa a cuadros abierta por encima. Debajo, me puse unos shorts que tenían dibujados unas cruces negras. Me parecieron muy lindos cuando me los compré.

Para terminar, me puse mis convers negras junto con un collar dorado.

Me quité la toalla que cubría mi cabello, y corrí a secármelo.

Al terminar de prepararme, me dirigí a despertar a mi hermana.

Ella era físicamente igual a mí, pero, nuestra personalidad era completamente distinta. Todo lo contrario.

Su descripción resumida, sería algo así como la típica chica social, alegre y popular. Como las de las películas, sí. Yo, por mi lado, era la típica chica que nadie nota, tímida, y que no ha dado siquiera su primer beso. Lo sé, es bastante penoso.

-¡Tamara Smith! ¡Despiértate! ¡Que vamos tarde el último día de escuela!- dije, hablando lo más fuerte que pude.

-¡Cinco minutitos más, porfa!- gritó ella, envolviéndose con las sábanas. La noche pasada había llegado tarde a casa porque estaba de fiesta. Bueno, culpa suya.

-¡Cinco minutos mis cojones!- agarré el peluche de Bulbasur en su mesita de noche, y se lo tiré en su cara de recién levantada.

-¡Vale, vale! ¡Tú ganas, me levanto!- en ese momento, puso su pie fuera de la cama, y se levantó, para ducharse.

-¡Y la próxima vez que te levantes tarde, ya verás!- grité, mientras hacia un pequeño baile de victoria por haber conseguido despertarla. Brazos arriba, abajo, al lado, al otro, un poco de movimiento de cadera y… ¡Listo! Mucho ejercicio por el momento.

-Lo que tú digas…- oí que decía, desde el baño.

Bajé e hice el desayuno. Leche y tostadas con mantequilla. No era la mejor chef del mundo, pero era lo que había en la cocina. No nací para ser cocinera, ni pienso aprender. Quién sea mi marido se las tendrá que arreglar para cocinar.

Salí de la cocina con la comida en la mano, y vi a Tami esperándome mientras miraba fijamente a la pantalla de su celular. Me senté a su lado. Movió la silla, y, en un pestañeo, estaba en el suelo. Ella corrió y salí a perseguirla. La persigo durante unos cinco minutos alrededor de toda la casa. De pequeña estaba en atletismo, querida, no se puede escapar de mí.

Cuando la alcancé, le pegué una bofetada sin siquiera pensarlo. Las dos acabamos tiradas en el suelo, llorando de risa.

Me levanté y mis ojos se quedaron mirando a las manillas del reloj negro que decoraba la pared. Íbamos tarde. Le estiré la mano a mi hermana para que se levantase. Al final, nos fuimos sin desayuno y con un gran dolor de trasero.

Llegamos al colegio.

Habían chicos gritando de felicidad, chicas llorando de emoción, y otros gastándole bromas a todo ser que se moviese. Todo estaba decorado, con las paredes llenas de colores y carteles, señalándonos la despedida.

Al entrar a clases, me sentaron muy lejos de Tami y Natalia, que era mi única amiga, aparte de mi hermana.

El profesor se pasó un buen rato hablando. Yo, por mi parte, me puse a mirar por la ventana, mostrando una mínima señal de interés. Entonces, él comenzó a preguntar cosas sobre nuestro futuro.

“¿Cómo se proyectan?”
“¿Qué piensan hacer?”

Esas eran algunas de las tantas preguntas. Pero llegó una en la que el profesor nos pidió que respondiésemos en voz alta. “¿De qué quieren trabajar?”

Todos empezaron a responder.

Ingeniería, medicina, teatro y derecho, eran las más repetidas.

La fila de respuestas siguió avanzando hasta llegar a mí.

Puede parecer estúpido, pero me llegó un ataque de nervios. Tengo mucho pánico escénico.

-____, ¿usted, de qué quiere trabajar?

Pensé. Era un poco incómodo decirlo delante de todos porque la mayoría pensaría que era una idea tonta. Miré a Tami, y ella me hizo una seña de confianza.

-____, no tengo todo el día.

Tomé aire para poder hablar correctamente, y dije:

-Yo quiero ser diseñadora gráfica, tal vez, hasta youtuber.- todos me miraron con cara rara. Se oían susurros sobre lo de “Youtuber”. Algunos decían que se lo esperaban, porque yo era la friki del curso. Otros, simplemente, comenzaron a burlarse de mí. Intenté no darle importancia, pero, para ser sincera, me sentí lamentable.

Respiré hondo. No iba a dejar que me arruinasen mi último día. Me habían arruinado toda mi vida en la escuela, pero ese día iba a ser diferente.

Pasó el tiempo y todo fue bastante bien. Clase, clases, despedidas, felicitaciones, diplomas, discursos, y todas esas cosas emotivas. Hasta que llegó la última hora.

Parecía un musical, excepto por la parte del musical.

Me despedí llorando de Nati, porque ella se iba a ir a vivir a Los Angeles.

Siempre había sido muy inteligente, por lo que se había ganado una beca para ir a estudiar allí.

Quería sonreír, y felicitarla, pero no era tan fácil.

-Cuídate, linda. Acuérdate de que siempre estaré aquí para ti, a no ser que esté con un tío, quién sabe.- me dijo, mientras me abrazaba fuerte. La miré ofendida.- Que es broma, tú eres más importante que cualquier chaval que me dé placer.- nos reímos juntas.

Llegué a mi casa después del largo día. Decidí no ir al baile de graduación, y mi hermana tampoco fe porque no quería dejarme sola. A pesar de que le repetí varias veces que fuera.

Bastante apenada por las burlas que había recibido, y por la despedida de Nati, Tami y yo nos metimos a YouTube. Apretamos con cuidado el botón de subscripciones, y vimos que rubius había subido un nuevo vídeo. Nos llenamos de emoción, siempre nos emocionamos cuando nos llega esa notificación.

-Ve a buscar algo para comer.- le pedí a Tami, con una sonrisa.

Al abrir el vídeo, y leer el título, mis ojos se cristalizaron. Empecé a sentir mis mejillas mojadas. Lo único que podía pensar, era que algo así no podía estar pasando, y menos hoy.

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HOLAAAA! Me presento! me llamo Francisca, Fran para ustedes mis amoresh , soy de Chile, me gustan los videojuegos y eso. XD

Espero que les gusté la novela ya que es mi primera novela en wattpad :D bye bye

¿¡Por qué siempre a mí?! (Rubius y tú) [Terminada] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora