“¿No era lo que querías? Preguntó mi ángel al ver una lágrima rodando por mi mejilla… ¿No se supone que te haría feliz?...”
Las mujeres son seres de fe son capaces de transformar cualquier mundo, cualquier universo conocido o por conocer, sobre todo el mundo de los hombres, las mujeres son capaces de todos los días al despertarse ver al hombre que aman y no al hombre que en realidad somos.
Las mujeres cuando ven una pared lo que realmente están viendo son colores y texturas, los hombres cuando vemos una pared vemos ladrillo sobre ladrillo, las mujeres son capaces de ver el universo en su favor para hacer que incluso el olvido sea una circunstancia difícil en el mundo de los desmemoriados.
Todo esto ocurre porque la fe es alimentada desde que ellas son niñas por elementos de corte extravagante, una vecina incómoda, una hermana mayor rebelde, una profesora hippie, una tía solterona o la mamá.. Que les dice “Hija mía, tú no te preocupes tú estás bendita y tarde o temprano hasta el umbral de tu ventana llegará y se postrará de rodillas ante ti un príncipe azul”. ¿Azul? La verdad es que deben de tener mucha fe porque a mí no me emocionaría conocer al papá pitufo.
Difícil imaginar un príncipe azul pero en un estudio se descubrió que los príncipes azules son a saber por estadística de las mujeres:
-1.85 – 1.95
-Peludos.
-De ojos azules o verdes.
-Cabello castaño claro, claro castaño y si se lo pinta que sea de “rubio de natural” ¿Cómo va a ser natural si se lo pinta?! …
La mayoría del público femenino encuestado coincidió en que los príncipes azules son aquellas personas de una educación impecable, modales intachables y de una cultura alta, los príncipes azules también, por supuesto tienen que ser espigados y delgados.
Los príncipes azules según los indicadores de nuestra encuesta deben ser deportistas, dinámicos pero ¡por favor no futbolistas! El príncipe azul desprecia el futbol porque lo considera una manifestación bárbara de la estupidez humana y no concibe como 22 imbéciles pueden perseguir una pelotita y aparte les pueden pagar millones de dólares por tal hecho, el príncipe azul debe hacer deportes tales como polo, esgrima, deportes de verdad…
El príncipe azul también es una persona que cuando se exhibe una película de un buen libro el probablemente ya leyó el libro porque considera que el cine con toda su magia no puede alcanzar la velocidad imaginativa que tiene la literatura y el príncipe azul por último es alguien que se puede llevar bien con su SUEGRA!
Como comprenderán un hombre así de perfecto no existe, si existiera se amaría a el mismo, no las necesitaría a ustedes…
Llegué a la conclusión de dos cosas:
1.-Los príncipes azules no existen.
2.-Si llegaran a existir yo no soy uno de ellos.
Y a mí aunque no lo crean, me acongojaba porque es muy difícil estar enamorado de una mujer que cree en los cuentos de hadas, es muy difícil estar enamorado de una mujer que aspira y merece un “hombre perfecto” es muy difícil estar enamorado de una mujer que con una mirada cambia cualquier espectro, es muy difícil estar enamorado de una luna lejana, de una estrella cuando te sabes con los pies puestos en la tierra, es muy difícil todos los días levantar los ojos para verla y saber que te va a deslumbrar, es muy difícil mentirle con canciones, que cuando yo veo ladrillos trato con todas mis fuerzas de ver sus colores, que la fe que no tengo y que ella me regala es lo que me da fuerzas para presumirme loco a pesar de estar cuerdo, para saberme acompañado aun cuando estoy solo y para sentirme profundamente enamorado y con ganas de vivir muchísimos años.
Los hombres somos una especie que desciende del mono, las mujeres de las estrellas y la mía más…
Comprendí que muchas veces, por más que trates de ser ese “príncipe azul”, ese “hombre ideal”, ese “héroe” jamás lo podrás lograr, que aunque tú las ames con todo tu corazón ellas no se detendrán, el amor no es como uno espera, a veces te eleva hasta el cielo pero a veces no simplemente te deja caer, si no que hace que te raspes y lastimes, para que duela, para que te duela y entiendas que debes de levantarte, seguir sin mirar atrás, dejarla ser feliz porque tú ya entendiste que en este mundo “solo hay tipos normales”, pero debes dejar que ella siga creyendo que encontrará “un príncipe azul”…
Ella es mi luz, mi paz, mi voz;
mi fé monosilábica y compleja,
que juega a ser y a no querer,
mientras escasean nubes de tormentas
Pero nunca quiere hablar de amor,
por qué le recuerda su tragedia,
y teme que en alguna depresión
mis labios lleguen hasta su dolor.
Ella creyó que el corazón
vivía conectado a la cabeza,
y que al llegar al fin del mar,
un héroe salvaría su primavera,
llevándola en los brazos a dormir
hasta una cama entre las hojas secas,
diciendo estoy muriéndome por ti
descansa mientras yo te hago feliz.
Y yo que intento ser, el héroe que ella espera,
cuando baja la escalera, con sueños
remojados en café,
un héroe de silencios, y de grandes promesas,
que extienda lienzos viejos,
para que ella con sus besos,
dibuje lunas nuevas.
Y yo que intento ser y que no soy,
¿Cómo le explico que en el mundo,
ya no hay héroes,
solo tipos como yo?
-AB EH.