MI PROFESOR

CAPITULO V

Alguien me jalo hacia el armario del conserje y me tapo la boca.

-No hagas bulla - me dijo mi profesor mientras pasaban dos chicas.

Cuando las chicas pasaron

 - tu no entiendes que eres mía - me pego mas a el - te tapaste mi marca para poder estar con el - me empezó a puntear - tu eres mía - beso mi cuello.

-Ah - gemí - lo siento.

-Te haré recordar que eres mía.

-Pero estamos ah - gemí.

Paso su mano por debajo de mi pantalón y por debajo de mi polo y empezó a tocar mi clítoris y mi pecho con intensidad

 - ah - gemí y el me tapo la boca, me giro y me agacho, se bajo el pantalón y puso mi mano encima de su bóxer y empece a masajear su miembro

 - ah gimió el, yo metí mi mano por debajo de su bóxer y saque su erecto miembro y me lo coloque en mi boca, lo empece lamer con cuidado y el cerro sus ojos 

- ah - gimió, su miembro era muy grande, no entraba todo en mi boca, me tomo del cabello y empezó a acelerar, llego al clímax chorreándome de todo su liquido blanco y caliente sobre mi rostro, yo lo empece a lamer y el cerro fuerte sus ojos

 - ah, para - gimió, yo solo termine de limpiarle, también lo que había en la punta, el me paro y se agacho y me bajo mi pantalón, dejándome sin nada abajo, empezó a lamer mi entrada con suavidad, sentí que quería meter su lengua hasta mas afondo, me estaba mojando, estaba apunto de llegar al clímax, pero se levanto 

- porque siempre me haces esto? - le pregunte con excitación en mi voz, el me atrajo a el 

- para q aprendas la lección - me dijo y me beso, metió su erecto miembro dentro de mi 

- ah - gemí el puso su corbata dentro de mi boca,  empezó a moverse, yo me aferre entre su cuello, estábamos sudando, el me sostenía de la cadera y mis pechos revotaban, el empezó a masajearme, llegamos al clímax y nuestros jugos se juntaron, se sentía tan caliente, me quito la corbata y me beso apasionadamente hasta llegar al piso, donde saco su erecto miembro que estaba aun dentro mio

 - ah - gemí cuando lo saco, el me volvió a besar y me mordió mi labio

 - eres mía que no se te olvide - me dijo mientras se levantaba y volvía a vestir, me guiño un ojo y se fue.