...y solo veo una caída, es enorme - dijo el paciente que creía estar ciego.
-Es un precipicio? un crater talvez - le preguntó el psiquiatra.
-No, creo... creo que es el futuro. - silencio
Si, en ese momento fue silencio lo que respondió el doctor, y ese silencio se extendía por las incontables ramificaciones de su cerebro, una quietud que el paciente supo, y lo sabia desde hacía mucho tiempo, seria eterna.
-Pienso que son extraterrestres, sabe? - continuó el superviviente, ahora mas relajado.
-Es como un ataque de pulso electromagnético, pero solo para los cerebros... sin embargo aun sigo vivo. Bueno, eso ya no importa. - la voz continuaba en medio de su eterna oscuridad, ahora mas oscura que nunca.
El cuerpo del doctor ahora yacía en el suelo, a un costado de su silla, en su mano derecha aun apresaba su bolígrafo, un regalo de una colega.
-La doctora... como se llamaba... su amiga, la de la voz congestionada. Me dijo, me susurro, si, que estrictamente hablando no podía estar ciego, que mi problema eran las visiones, y que si llegaba a comprender lo que significaban entonces conseguiría la paz que anhelaba, creo que tenía razón. - dijo finalmente el paciente que creía ser humano.
Y solo el silencio quedó, un silencio humano adornado por el zumbido de incontables computadoras y máquinas que ahora podrán descansar sin temor a esas terribles bombas electromagnéticas.
