Joven del maíz

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 Las cosas pasadas a lo largo de esas horas eran algo nuevo para el joven rubio, pocas veces se había visto en circunstancias parecidas y ahora que por fin obtenía la paz una recompensa por su cabeza venia a perturbarla, los problemas no pararían de llegar y la anciana que amablemente le había ayudado corría peligro, la historia parecía repetirse perturbando aquella expresión seria de su rostro mientras aquellos pensamientos corrían por su cabeza camino donde la mujer anciana, estaba dispuesto a irse de allí y ocultarse de nuevo en algún lugar.

A la par, el moreno maldecía su suerte mientras se preguntaba como podía saltar tan alto sin tener consecuencias graves, era un poco escéptico con la magia, pero parecía que lo que le habían dicho con respeto a ese joven podría tener algo de verdad; como fuese, ahora se había ido y tenia que encontrarle antes de que otro caza recompensas se adelantara para acabar con su vida, por mucho que pudiese volar dudaba que tuviese la inmunidad a las balas de superman; para su suerte sabia exactamente a donde iría el joven y aprovechando que no era él quien huía de los caza recompensas pudo moverse de manera adecuada por el pueblo hasta la casa de aquella anciana a las afueras.

Una pequeña casa con un amplio jardín, lleno de plantas medicinales y una que otra hierba mala, muchas de ellas usadas para los trabajos de "Brujería" en el país, algunas con flores lindas, otras con hojas que parecían peligrosas, todas ellas debajo de un letrero con un maíz en el, indicando uno de los tipos de brujería que se practicaban allí, la lectura del maíz. El joven pidió una lectura, su poca creencia en ese tipo de cosas le había mantenido fuera de lugares donde se hacían ese tipo de cosas, dudaba de la veracidad, pero mas que la curiosidad de saber su futuro estaba el interés sobre el paradero de Alfred, de haber regresado debería verle cuando entrase a la casa por su lectura, tal vez así podría convencerle de seguirle de buena manera antes de que las cosas se complicasen mas.

Para su desgracia, lo único que encontró dentro de la casa de aquella humilde mujer fue a la misma junto con algunos muebles viejos, un alfombra de colores vividos y una bolsa de granos de maíz; ahora que había pedido la predicción y pagado por esta no tenia la opción de irse para buscar por la ciudad a muchacho rubio, sin contar que esperarle allí mientras recibía su predicción era una mejor idea que ir por la vida esperando encontrarse de nuevo con el joven; estaba seguro que volvería con la anciana una vez mas, de menos para despedirse de ella, cosa que por la actitud de la mujer a un no pasaba, lo que le relajaba y daba algo de tiempo.

-Tómalos y haz una línea sobre el tapete, como si dibujaras algo- Pidió la mujer luego de que Juan extendiera las manos recibiendo una granos de maíz hasta que este comenzó a desbordarse de sus manos. Sin mas, el moreno hizo lo que la mujer le pidió siendo observado por la mujer frente a él, quien prestaba especial atención a como lo había hecho y como había quedado el maíz luego de su "obra de arte".

-¿Entonces? ¿Me volveré asquerosamente rico? ¿Me casare con una mujer "buenona"?- Preguntaba el muchacho con una altanera sonrisa colocando sus manos detrás suyo para así recargarse bastante relajado, casi poniéndose cómodo sobre aquella alfombra donde la mujer observaba los maíces. El silencio se apodero de la sala, tanto que comenzó a incomodar al joven haciéndolo regresar a su posición encorvada sobre la línea de maíz, misma que había comenzado a observar algo intrigado por la atención con la que la veía la mujer; el silencio fue roto por la anciana con una suave y casi dulce risa.

-Alfred tiene un destino curioso, pero el tuyo no se queda para nada detrás, muchas cosas pasaran de ahora en adelante, se te pondrá mucho a prueba e incluso puede que algunas sean mas duras de lo que esperabas, pero todas y cada una de ellas podrás pasarlas con honores- Diría la mujer alzando la mirada hacia el joven un poco mas amable que antes, casi como la de una madre observando a su hijo, aunque para el moreno lo que realmente importaba era lo que le había dicho la mujer y la inconformidad con lo dicho.

-Chale... que mal pedo ¿No puede haber una manera de no pasar por eso? Ya soy una chingoneria como para tener que demostrarlo de nuevo, quiero un camino que no me mate en el intento- Reclamaría casi en medio puchero el joven moreno a la bruja, misma que volvió a reír.

-Al final del camino encontraras la respuesta a una pregunta que nunca tuviste, pero que es necesaria para tu destino- Terminaría la predicción la bruja, pero no sus palabras hacia el moreno.

-Alfred... él es un buen muchacho, solo nació bajo una estrella curiosa, casi como si la infelicidad le persiguiese, sin embargo estoy segura que a tu lado eso debería tomar un rumbo diferente... De verdad es un buen muchacho, no tiene la culpa de nada... él... no volverá ¿Verdad?- El moreno retomo la seriedad del asunto, aunque una sonrisa se escapo adornando su rostro mientras encogía los hombros.

-Pos lo andan cazando doña, la neta o dudo, si no ha llegado para esta hora, la neta lo dudo un chingo- respondió con sinceridad, la anciana bajo la mirada cerrando los ojos, casi como aceptara no volver a ver a aquel joven que encontró un día en la calle, hambriento y sin a donde ir, pero con un gran corazón, mismo que le ayudo cuando lo necesitaba.

-Te lo encargo mucho, joven, cuídemelo- el moreno solo asintió.

Las sombras de la ventana comenzaban a moverse, los demás en busca del joven habían dado con ese lugar también, lo que solo significaba una cosa, debía salir de allí antes de que le notasen y pusiese en peligro a la amable anciana; le dio un par de indicaciones, decir que no les había visto así como ocultar todo aquello que pudiese ponerle en peligro su vida o su integridad, él se encargaría de encontrar a Alfred y ponerlo a salvo de alguna manera, eso ultimo hizo a la anciana acceder un poco mas tranquila a las indicaciones recibidas dándole una vía de escape al moreno y mientras la mujer atendía a los recién llegado él se escabullía por la parte de atrás. Sin embargo parecía que no solo él había tenido esa idea.

Casi para llegar a un agujero en la cerca que rodeaba la casa, mismo que le indico la mujer para poder salir de la propiedad, se encontró con Alfred, quien entraba discretamente por aquel agujero con cuidado de no ser visto, estaba apunto de salir de los arbustos que camuflaban el hoyo cuando Juan le tapo la boca y halo hacia él haciendo un gesto de silencio para que observara con mas detenimiento a los hombres frente a la casa de la bruja, eran los mismos que le habían acorralado en aquel callejón momentos atrás.

Con señas logro hacer entender a Alfred que lo mejor era salir de allí y al ver la situación decidió no hacer nada imprudente resignándose a seguir al moreno desconocido por el mismo agujero por el cual había entrado, no sin antes dar una ultima mirada a la casa de la anciana algo angustiado.

Alfred tenia un muy mal presentimiento.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2019 ⏰

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