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𝓛𝓲.

Era de día, lunes, 11 de marzo para ser exactos.

Una fémina de pelos cenizos cómo carbón, iba rumbo al colegio en el que había estado atrapada desde sus más tiernos cinco años; este era su primer día de clase, no había nada interesante que decir.

Retomando. Sin ningún apuro, entró al consabido salón.

Sentada en primera fila, habitualmente rascándose sus manos esqueléticas, lejos de aquellos chicos que sólo molestaban & con su mochila cómo única compañía. Lo normal desde que su amiga de la infancia se había cambiado hace 4 años.

En pocos minutos yacía sumida profundo en sus recuerdos, así que pasó por alto la aparición de una de sus nuevas profesoras con alguien más detrás de su espalda.

& es cuando unos ojos color miel, chocaron con los muertos.

No reconoció a la almendrada. Parecía ser nueva, muy bajita para su gusto, pero esos sólo eran detalles. Al salir de su burbuja, ya tenía esos atractivos ojos mirándola fijo; ¿La estaba mirando realmente ó alucinaba meteoros? No había más lugares para variar. Un sentimiento que no supo qué es la abrazó al sacar la mochila del asiento.

Las clases fueron pesadas cómo el diablo para ella; pero fuera de eso, sentía esos luminosos glóbulos oculares mirarle, perforando su maldita alma, & esto sólo alimentaba su distracción. Por otro lado, la portadora de aquellos hermosos vidrios anaranjados, porque tal dicen Lᴏs ᴏᴊᴏs sᴏɴ ʟᴀs ᴠᴇɴᴛᴀɴᴀs ᴅᴇʟ ᴀʟᴍᴀ, se veía muy felíz a su lado.

Ellas no eran lo que se diría Amigas, sin embargo, se pasaban todo el tiempo escolar juntas; todo por la intriga de aquellos ojos que le atraían & advertían algo al mismo tiempo. Para este momento, ya habían pasado casi 3 meses.

Después de pasar aproximadamente 5 meses, se acercaba el cumpleaños de nuestra protagonista. Su compañera la invitó a su casa a dormir ya que sus padres no estarían. Aceptó con extrañas ganas de llorar.

En todos estos meses que habían pasado no podía ni dormir. Sentía la presencia de esos en cada esquina, a veces en su propio ser. Ella había pensado que era una extraña filia & nada más que eso, pero no fue así.

Llegando el no tan esperado día, las dos salieron juntas de la escuela, caminaron hasta la parada de colectivos sin prisa. Nuestra esquelética protagonista sintió alivio por estar rodeada de gente por primera vez en la horripilante vida, pero sin saber en qué momento, la mano de la contraria terminó en su pecho. De la delicadeza en que su mano canela a su seno había llegado, de un manotazo sin pizca de perdón se había marchado.

Adelantando el tiempo, llegaron al departamento donde vivía.

No había nada interesante que decir sobre este.

Todo estaba bien; pero apenas se marcaron las 12, las cosas pusieron raras.

Su extraña obsesión color miel se acomodó sobre ella...

Sorpresivamente empezó a estrangularla.

Ojos aguados & garganta ardiendo, logró apartarla igualmente. & lo único que pudo hacer fue correr cómo alma que lleva el diablo.

Correr hasta olvidar su nombre ó quien era.

Esconderse bajo las cómodas sábanas del silencio.

Para no volver a mirar atrás.

🏱✌💧✌👎⚐📬🖴 #𝟎𝟏.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora