El Chico Del Paraguas

"El Chico Del Paraguas"
Creado originalmente por Manzanita

"Calles lluviosas"

Las calles de Colorado estaban vacías, dando un efecto espectral a aquella ciudad tan hermosa y pintoresca. Eran finales de octubre y toda la ciudad estaba lidiando con el comienzo de el frío invierno, en esos momentos el cielo se encontraba nublado por enormes nubes grises. Una brisa tan fría como el hielo y un trueno anunciaban él comienzo de una tormenta.

Los edificios seguían llenos de trabajadores incomodos y cansados, deseosos de volver a sus hogares para poder relajarse. En la compañía de los Smith nadie pensaba en salir a la calle, seria totalmente una desgracia arruinar las costosas y elegantes ropas que traían puestas. Hoy sin duda había sido un mal día para celebrar el matrimonio de el jefe, el Señor Brandon y su actualmente esposa la Señorita Laura. Entre todos los murmullos se podía captar el sonido resonante de unos tacones, con dificultad una muchacha estaba pasando, empujando suavemente los codos de las personas. Hoy era un día bastante malo ya de por si para la joven, así que no pensaba quedarse parada dentro de el edifico.

Cuando por fin pudo salir de el edificó, sintió como si le hubieran echado un balde de agua fría. Las calles eran muy distintas a como normalmente estaban, el pasto llegaba a verse como el color de las hojas en otoño. El frío y la soledad de el lugar le implantaron una desconfianza a la chica, pero ignorando esos pequeños detalles. Camino intentando apresurar el paso hacia su destinó, el cielo rugía de forma violenta con sus truenos, mientras que un ambiente húmedo se insertaba en el lugar. La muchacha apresuró el paso, pero cuando aparto su vista de el suelo, la punta de sus costosos tacones quedo atrapada en una ranura de la acera.

El impacto de la cara contra el concreto la dejo en shock. Se sentía perdida, escuchando un zumbido en sus oídos, apenas pudo percibir el sonido de las primeras gotas de lluvia cayendo, como un especie de piano natural. Mientras su pie se entumecía y su impotencia crecía, se levanto a duras penas de el suelo. Estaba quitándose el calzado pues este estaba echo un desastre, la tela de el zapato se había desprendido dejando ver partes al desnudo de este y un tacón estaba completamente doblado. Una perdida muy dolorosa pues estos habían costado cuarenta dólares, su pelo se pego a su antiguamente hermoso vestido de marfil. Otras ráfagas de viento estaban azotando todo el lugar. Sentía el agua escurrirse entre los dedos de los pies, cada paso resonaba con un gracioso chapoteó y sus ropas estaban tomando otro color por el efecto de el agua.

Enojada y cansada de todo, arrojo sus tacones al suelo, enrollo sus piernas con sus brazos y oculto su rostro en un pequeño agujero que quedaba. Pasaron los minutos y todo estaba en silencio, solo se escuchaba la melodía de las gotas cayendo y algunas sombrillas abriéndose. Sus pensamientos divagaban trivialmente en distintos temas, estaba tan absorta en sus pensamientos que no llegaba a escuchar los sonidos exteriores, tampoco tenia la capacidad de distinguir cosas o simplemente actuar.

Quedo helada cuando sintió que repentinamente las gotas dejaron de hacer contacto con su cuerpo. Levanto la mirada y se encontró con un gran paraguas abierto, protegiéndola de el agua. Un chico sostenía el paraguas, la oscuridad de la noche no dejaba ver claramente como era, pero entre tanta lluvia y silencio, pudo admirar dos enormes ojos grises, casi que llegaban a brillar como dos perlas. Con la mano temblorosa la chica tomo el mango de él artefacto, sintiendo a su paso otra mano que se interponía. Fue como un instinto entrelazar los dedos con el muchacho y ambos tomar el paraguas. Ella se levanto y aun sin poder hablar con coherencia solo salieron unos balbuceos por los siguientes minutos.

— Gracias -fue lo que consiguió decir después de una rápida lucha interna en su cabeza. Apretó la mano de el chico y este la miraba, analizando cada pequeña parte de ella -

— Puedes quedártelo - Sintió una fuerte corriente de energía llegar a su pecho, la voz de el chico encendió una chispa dentro de ella. Sentía como un fuego al escuchar esa raposa y sensual voz, abrió la boca quedándose unos minutos callada, pensando en muchas cosas que le gustaría escuchar salir de aquellos labios. Como si le hubieran dado una fuerte cachetada, volvió al mundo, se quedo perpleja unos segundos "¿estuve callada minutos, simplemente pensando en su voz?" esas palabras se repitieron en su mente repetidas veces -

— N-No podría... es tú paraguas -dijo notablemente avergonzada, sentía un fuerte calor en la mejillas y un fuego que dentro de ella crecía. Su mirada paraba en los labios de el chico, sintiendo una necesidad de saber a que sabrían. Algo grande estaba pasando en la muchacha, algo muy grande-

— No importa, quédatelo -Otra vez una gran energía se fue a su pecho, sintiendo como el corazón le explotaría en cualquier momento y como se deleitaba escuchando esa voz. En un segundo habían pasado todas esas cosas por su cabeza, el chico se dispuso a irse, pero ella era demasiado orgullosa y pasional como para dejar escapar aquella oportunidad-

— ¡Espera! -El se volteó desconcertado, y ojos se abrieron como platos al sentir unos labios posarse en su mejilla derecha. Su corazón latía de manera incontrolable, mientras la muchacha deseaba seguir estando a tal distancia. Pero se separo y con una mano se despidió, dejando a un confuso y rojo chico en medio de la lluvia-

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No creo que tomen enserio esta novela, pues literalmente tengo poca edad y no soy una escritora profesional. Pero esta idea a estado en mi cabeza desde hace 1 mes y pensé que tal vez aquí podría compartir mi creatividad. Espero que les guste la novela, no actualizaré tan seguido, tal vez 1 vez cada dos semanas.

Bueno, sin mas que decir, ¡Adiós!