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Y ahí estaban, como si fuera una dulce coincidencia del destino, una alineación cósmica de los diferentes acontecimientos, frente a frente, JongDae observándole sentado mientras se calentaba las manos con una humeante taza de chocolate y sobre sus hombros se encontraba la chaqueta del mayor para que entrar en calor a causa de la recién tempestad que lo habia empapado. Aquello solo hizo a JongDae sentir mucha envidia de su chaqueta, ya que era la que envolvía el pequeño cuerpo de aquel chico.

Imaginando su olor, mesclado con la humedad de su cabello, saboreando la exquisita piel de su cuello hasta llegar a sus hombros y zampar sus dientes dejando una marca que pronto relamería y lo posicionaría como suyo. Aquellos pensamientos que divagaban en su cabeza con solo mirarle tomar su chocolate... y ¡Joder! Maldijo ese momento cuando la espuma de la bebida caliente se habia quedado impregnada sobre su labio superior, viendo como la lengua quitaba los restos con suma delicadeza.

¡Ese chico lo está provocando!

Las ganas de estamparlo contra la mesa y hacerlo suyo se apoderaban de su ser. Quitar aquella inocencia de sus ojos, hasta el punto de dilatarlos de placer, aquel chico lo estaba enfermando, lo estaba enloqueciendo con solo su presencia.

—Muchas gracias por invitarme a este chocolate hyung.

—No te preocupes. Podrías enfermarte si te ibas empapado.

—Perdón las molestias...

Dijo soltando una risita inocentona que lo único que hacia era calentar más al mayor.

—¿Y que hacías a esta hora por estos lugares?

Necesitaba saberlo, necesitaba respuestas.

—Y-yo, pues, fui a jugar a la sala de video juegos con mis amigos.

—Ya veo.

Esos malditos mocosos que colocaban sus manos en su cuerpo. No lo toleraba.

—Y ¿usted hyung, que hacia por estos lugares? ¿Vive cerca?

En realidad, vivía a 45 minutos de la escuela de MinSeok, pero no le iba a decir que habia ido hasta allá solo para espiarlo, cuando la cuestión era esa.

—No, en realidad solo vine a dejarle unos libros a un amigo que vive por esta zona.

Mintió.

—Ya veo... entonces creo que yo tuve suerte de encontrarlo.

Esa maldita sonrisa debería ser ilegal, la forma de decir aquellas palabras acompañado de esa expresión facial solo hizo que el pulso de JongDae se acelerara al mil por ciento, ese poder que posea ese chiquillo era inhumano, ¿Cómo era posible que nadie se diera cuenta de eso? Pero eso no era lo que le aterraba, lo que le aterraba era que alguien mas lo notara, notara todos aquellos encantos y tuviera el mismo deseo enfermo que él lo tenía, y no dudaba que eso pasara.

—Y dime MinSeok, por cierto ¿Esta bien que te llame así?

—Esta bien por mí, hyung... ¿A usted le molesta que lo llame así?

Me encanta...

—Por mi está bien no te preocupes, así que dime MinSeok ¿Eres nuevo? Porque he trabajado en esa cafetería y no te habia visto.

Se cruzo de brazos esperando la respuesta del chiquillo quien despues de sorber su chocolate se acomodo en la silla para responder correctamente.

—S-si, vine a Seúl para estudiar, mi primo JunMyeon y yo vivimos juntos, mis padres piensan que él sera un buen ejemplo para mi.

—Ya veo...Es bueno que pienses eso de tu primo.

—Es como el hermano menor que siempre quise.

Dangerous - ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora