Castiel estaba explicando que su nombre real no es exactamente su nombre y que la dimensión donde el venía era algo peculiar.
"Eres increíble."
Isaac alzó sus cejas viendo como el gato adolescente estaba sentado en el escritorio de Derek.
"Esto es maravilloso. Siempre quise que pertenecieras a la manada."
Erika miraba a Stiles quien estaba sentado en uno de los escritorios de la biblioteca.
"Yo debí escuchar a Scott cuando me dijo que no aceptara la mordida."
Boyd empezó a reír. Era sarcasmos porque le gustaba pertenecer a algo. Aún que el otro 50% era cierto de estar dudando.
"Gracias Erika. Y Boyd no me hagas convertirte en sapo."
Stiles empezó a reír por las caras que los cachorros estaban haciendo. Asombro, sus caras brillaban de asombro al ver a Stiles como si fuera un mago poderoso que todo lo sabe.
Derek iba caminando a paso lento por todo el bosque. Debía pensar sobre tener a un humano en una manada de hombres lobos.
Bueno, un humano mágico. No había problemas en aceptarlo porque Stiles es realmente asombroso y maravilloso pero Derek se auto castigaba ya que el no debía ser feliz por que por su culpa murió su familia. El no merecía ser feliz."¡Ay por favor!."
Castiel apareció aún lado de el. Derek lo miró con una ceja levantada y decidió ignorarlo.
"Eres igual que mi papá Dean. Como dijo mi papá Castiel y mi tío Sam.
¡NO TE CASTIGUES ASÍ! ¡TU NO TIENES LA CULPA DE NADA!."
Castiel el gato adolescente estaba moviendo sus brazos como lo haría Stiles y fruncía el ceño. Sus ojos deslumbraban de poder mágico.
"Cállate, tu no sabes nada."
Derek gruño y saco sus garras pero al momento de atacar el humano gatuno había desaparecido.
Castiel volvió a la biblioteca un poco molesto. Odiaba cuando los humanos hacían aquello. Toda su vida vivió con sus padres. Un ángel y un cazador quien se habían enamorado–Algo prohibido para los ángeles pero su abuelo Chuck–El Dios que todo lo ve y todo lo sabe había hecho a su hijo Castiel así y no tenia nada de malo. Lo que su abuelo le enseñó esa vez es que las reglas no sirven cuando se trata de amor y que el destino de las personas se puede cambiar.
"El destino es una mentira de los dioses."
Castiel el gato adolescente lo sabía. Había cambiado el compañero de Stiles quien era una boa por el mismo, un nefilim poderoso jugando a ser una mascota mágica.
Aún que sabía que al regresar iba estar castigado por jugar a ser Dios. Su padre Dean era un exagerado pero sabía que su papá Castiel lo iba defender al saber que unió a dos almas gemelas a estar juntas.
"Ni Jeff podrá detenerme."
Castile sonrió al ver como Stiles se quedó dormido con los cachorros en el gran escritorio de la biblioteca.