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Jennie caminaba de un lado a otro por todo el local, con una bandeja y varios alimentos allí, incluyendo panes, pasteles, jugos y café caliente.

Una mesa de madera se encontraba cerca de la puerta del local, en donde estudiaba y no paraba de escribir, una joven cuyo nombre es Lalisa. Ésta escribía los apuntes del día de hoy, pues, no asistió a clases por la simple razón de que se sentía mal, y, una amiga de aquella le presto todo lo que había escrito en horas de clases.

La mayor se acercó a la del flequillo y con una sonrisa se dispuso a hablar y hacer su trabajo, que, era atender a los clientes que entraban cada día.

—Hola, ¿se le ofrece algo?—preguntó sosteniendo ya su bandeja vacía entre sus brazos, esperando la respuesta de la del flequillo.

Lalisa desvió su vista de su cuaderno de notas y miró a la que le estaba hablando, sonrío.

—¿Hay café? ¿Café caliente?—contestó y devolviendole una pregunta más.

A Lalisa le encanta el café, ya sea frío, caliente, helado. Amargo y dulce también. Le encanta. No sabe y no comprende por qué las personas no les gusta tal líquido, ¡para ella se lo podría beber como si fuera agua! Sin su café caliente de todas las mañanas no sobrevive, definitivamente no, creo que moriría, aunque suene un poco exagerado.

—Uhm, sí, hay café caliente —contesta Jennie lista para anotar tal pedido—. ¿Pedirá café caliente?

—Sí—responde con firmeza lista para beber el líquido que tanto le gusta.

La del cabello castaño asiente con una sonrisa y se dirige a la barra del local, busca con la mirada a la maquina de café y prepara la taza para la del flequillo. Aquel no dura tanto en hacerse y ya listo Jennie lo toma y lo coloca en su bandeja para dirigirse a la mesa junto a la puerta. 

Al llegar allí Lisa aparta todos sus cuadernos para que la mayor pueda colocar su taza de café caliente sobre la mesa.

—¡Tu café caliente!—Lisa ríe por el comentario de la mesera.

—Gracias —toma la taza con sus manos y bebe un sorbo, cierra los ojos saboreando el líquido en su boca, el líquido que tanto le gusta—. ¡Está muy rico el café, gracias!—dice finalmente con los ojos abiertos.

—Es un placer—Jennie hace una reverencia para luego volver a su trabajo.

Ya se hacía de noche por lo que la menor tuvo que irse antes de que anochezca y las calles de Seúl se tornaran oscuras y peligrosas. Jennie suspiró al ver como la del flequillo salia por la puerta lista para irse.

Por alguna extraña razón ella quería volver a ver a Lisa, esa misma a la que le gusta el café caliente.


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⏰ Última actualización: Apr 04, 2019 ⏰

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( CAFÉ CALIENTE ) .ೆ ̖́‧  jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora