La desgracia de Sudith

Hola, soy Osmelia y me gustaría compartir la experiencia que tuvimos con mi familia cuando le diagnosticaron CÁNCER a Sudith, mi hermana.

Solíamos vivir en una quinta muy linda y nuestra familia está conformada por mi hermana Sudith de 10 años, mi padre Daniel , mi madre Florencia y yo, Osmelia, una chica de 15 años recien cumplidos.

En este momento estamos viviendo en EE.UU, tuvimos que mudarnos, ya que, en el lugar donde estaba nuestra quinta (Casa situada generalmente en las afueras de una ciudad que tiene un amplio jardín y, ocasionalmente, piscina )no existía ningún tratamiento eficaz para el diagnóstico de mi hermana. Eso fue muy doloroso para mi... tuve que despedirme de todas las personas que había conocido allí y además iba a tener que alejarme por mucho tiempo de la casa en la que viví toda mi vida, pero bueno, todo por la salud de mi hermana.

Para que puedan entender mejor les voy a contar cómo empezó todo.

Estábamos en Marzo, iba a ser nuestro primer dia de escuela y yo y Sudith estábamos muy ansiosas, se nos hacía mucha ilusión tener nuevos compañeros, ir camino a la escuela juntas, tener nuevos profes.

Al llegar a la escuela nos deseamos toda la suerte del mundo y yo me fui por el lado de la secundaria y Sudith por el lado de la primaria, ya que nos llevábamos 5 años, pero parece que la suerte no sirvio de mucho...

Nosotras entramos a clase a las 7:30am y salimos a las 4:00pm, pero a las 9:40, a punto de terminar mis clases de alemán, me llamó una profesora de la primaria diciendome que Sudith había tenido como un mini episodio de convulsiones acompañadas con vómitos y que no paraba de gritar mi nombre, cuando fui a verla estaba sentada con lágrimas en los ojos en la camilla de la enfermería escolar y la enfermera estaba llamando a mis padres explicandole la situación para que pasen a buscarla.

Cuando Sudith me vio, lo primero que hizo fue romper en llanto y abrazarme, me dijo que se sentía muy mal y estaba temblando, porque además de asustarse en el momento ella es muy sensible en este tipo de situaciones.

Cuando llegaron mis padres a retirarla para llevarla a casa, les pedí si me podían llevar a mi también y por supuesto, me dijeron que si. Al llegar a casa mi padre acompañó a Sudith a tomarse una siesta y me pidió con mucha amabilidad a mi y a mi madre nos ocuparamos de la comida, y así fue, hicimos una deliciosa ensalada rusa y llamamos a toda la familia a comer, todos terminamos muy satisfechos, nos había salido de lujo y hasta ahí todo iba bien, pero a la hora de dormir mi hermana empezó a gritar llorando otra vez, todos alertados pegamos un salto de la cama y fuimos corriendo a su cuarto para ver qué le pasaba, ella nos conto que habia vomitado la cena y que sentia un dolor muy fuerte en la cabeza que no podía soportar, mientras mi madre llamaba a una ambulancia para que la atendieran en emergencias me pidió que le tomara la fiebre a Sudith, y tenía 39º, la verdad es que todos estábamos muy asustados, porque no sabíamos qué le pasaba a mi pobre hermana.

Al llegar la ambulancia, agarraron a mi hermana de a dos hombres y la colocaron en una camilla, tambien le dieron calmantes y anti-convulsivos para que no sufriera tanto. Llegamos al hospital y la mandaron a hacerse un estudio de sangre y unas cuantas resonancias, terminó con los estudios a las 3:00am y la llevaron a un cuarto de internación, nos dijeron que los resultados de los estudios estarían para mañana a la mañana, nunca me imaginé que mi hermana se iba a tener que quedar en hospitales por tanto tiempo, en ese momento no tenía ni la menor idea de todo lo que nos esperaba por delante.

La primer noche durmiendo ahí fue una muy fea experiencia, a cada rato entraban enfermeras a ver el estado de mi hermana que estaba dormida en la camilla, se escuchaban los sonidos que provocaban las maquinas medicas y cuando salias al pasillo de las habitaciones para relajarte un poco, te encontrabas con una o dos personas llorando en silencio. Al día siguiente, el médico llamó a mis padres para darle los resultados de los estudios que mi hermana se había hecho y quedaron pálidos, sin palabras, mi padre estaba conteniendo las lágrimas y mi a mi madre le bajo la presión, ya con eso me fue suficiente para saber que la cosa no iba bien. Cuando mis padres ya estaban un poco más fuerte me contaron de la situación, me dijeron que Sudith tenía un tumor maligno en la zona de la cabeza, eso se llamaba cáncer y la iban a tener que operar lo mas antes posible para que el tumor no se expanda por su cuerpo y le genere otras dificultades, en ese momento me senti vacia, como si alguien me hubiese destruido todo el mundo con un solo chasquido, también me enteré de que después que la operaran debíamos ir a una clínica médica de EE.UU para que pueda recibir los tratamientos adecuados, y así fue, poco a poco vi como iba perdiendo cada cabello de su hermoso pelo lacio a causa de la radioterapia, como su piel iba perdiendo el color y se tornaba a una palidez enfermiza y como sus defensas y fuerzas iban bajando cada vez más, sin límite alguno, pasó de ser una niña super activa a ser alguien que apenas podía moverse en su silla de ruedas por la debilidad que le causaban los fuertes tratamientos, sus sonrisas por un lado expresaban todo el dolor y terror que sentía, pero ella siempre trato de mantener el ánimo.

Recuerdo que yo me hacia la payasa para hacerla reír, le llevaba sus juguetes favoritos y si no estaba muy mal de las defensas podía interactuar con los otros niños del hospital. Los médicos que venían a atenderla, vestían con unas ropas muy coloridas para darle más seguridad y tranquilidad a los niños que se encontraban en el hospital, y así pasaron 5 meses de sustos, tratamientos, risas y mas que nada mucho dolor, pero todos esos minutos luchando, valieron la pena.

Ya pasaron 3 años desde que le dieron el alta médica a mi hermana y pudimos volver a casa, pero igualmente ella tuvo y va a tener que seguir haciendo estudios para ver si todo está en orden, su pelo ya creció, su tono de piel volvió a tener color y aunque le costaba un poco la actividad física estaba muy feliz, porque ella le pudo le pudo ganar la batalla a la enfermedad.

Actualmente estamos en el 2019, empezamos la escuela hace más de dos meses y aunque a veces mi hermana falte por que dice que le duele un poco la cabeza, que en realidad es porque no está acostumbrada a la rutina, me pone super contenta que pueda vivir como una niña de su edad otra vez.

Yo estoy yendo a la psiquiatra diariamente para controlar todas las angustias que me quedaron de la situación, pero por suerte todo va mejor, poco a poco nos volvemos a acomodar a nuestras vidas diarias, y aunque mi vida y la vida de mi familia no vuelva a ser lo mismo después de esto, siento que nos volvimos en unas personas mas fuertes y comprensivas, y vamos a estar para cualquiera de nosotros en todo momento que nos necesitemos, porque mi familia y yo somos un equipo y vamos a salir adelante con todo.