One shot: Yeonbin +18
El bar estaba absolutamente lleno de personas. Muchas de estas eran personas muy conocidas en el lugar y otros llegaban por primera vez como en el caso de Soobin que solo iba acompañado con su mejor amigo Beomgyu a uno de los más lujosos, caros y peligrosos bares de Seúl. Comenzó a mirar a todas partes tratando de sentirse a gusto con el lugar.
Soobin era un chico alto de veintiún años recién cumplidos. Sus facciones eran tan perfectas que parecía haber sido esculpida por los mismos dioses, unos ojos marrones profundos, un cabello marrón claro que brillaba con las luces neones del lugar y unos hoyuelos que podían traer loco a cualquiera que se le acercara.
En definitiva, era perfecto.
Inicialmente Soobin no quería venir a este lugar, todo lo contrario, Beomgyu lo obligó a venir porque se había graduado de la universidad y quería celebrarlo como se debe. Saludó a unos cuantos amigos que se encontraba en el lugar y se limitó a sentarse disfrutando del ambiente que se vivía.
Por otro lado estaba Yeonjun tomando unos tragos desde la otra esquina de la barra, siempre asistía a este bar por las noches y se quedaba hasta las seis de la mañana aproximadamente. Estaba acostumbrado a esta vida y la disfrutaba al máximo. Sus ojos estaban clavados en el menor de cabello azabache, rió al notarlo tan perdido en un ambiente que no era para él en lo absoluto, tomó un sorbo más de trago al notar como se movía hasta la pista de baile.
— Deberías dejar de verlo Yeonjun, sabes perfectamente que es hijo del enemigo. — La voz de Taehyun se hizo presente, era el mejor amigo de Yeonjun y sabía que en cualquier momento cometería un error.
Soobin era hijo de las peores personas de esta ciudad, la red de mafia que poseían era realmente inmensa y no cualquiera tenía el privilegio de estar con él. Siempre traía un cuerpo de seguridad y era bastante raro que justo esta noche nadie lo acompañara. A simple vista parece un joven bastante torpe e inofensivo pero su familia era la más poderosa de la cuidad y no se dudaría que también del país.
— Sabes que es imposible Taehyunnie, es jodidamente precioso. — Respondió Yeonjun sin quitar los ojos
— Pero peligroso.
— Eso lo hace más excitante, ¿Se llama Soobin, verdad? — Taehyun asintió.
Yeonjun no quitaba la vista de él, se veía totalmente perdido en un lugar en donde no debería estar. Nadie se acercaba a él porque conocían su historia, sabían lo peligrosa que era su familia y ninguna persona con sentido común se acercaría a él porque podría morir en cualquier momento.
Salvo Yeonjun que había estado atraído por Soobin durante mucho tiempo.
Tomó un sorbo gigante de uno de los tragos y caminó hacia la pista de baile. Varios cuerpos pegados el uno al otro al bailar. Cuerpos sudando por la caliente temperatura que se vivía y muchos besos por doquier que subían de tono con las intensidades de movimientos corporales.
Llegó a la altura de Soobin y se acercó sigilosamente a su oreja, tocó la mano del menor erizando automáticamente su piel. Soobin miró de reojo a Yeonjun mientras trataba de bajar lo enrojado que se encontraban sus tiernas mejillas. El cuerpo de Yeojun chocó con la espalda de Soobin logrando que se escapara un pequeño jadeo de sus labios.
Era increíble lo que el tacto de Yeonjun podía producir en el menor.
— Te invito un trago, acompáñame. — Susurró cerca del oído del menor erizando su piel, segundos después dejó un pequeño pero excitante beso en el cuello del menor.