Rose pasó todo el domingo en su casa durmiendo ya que en las últimas noches las pesadillas no han dejado que su sueño sea tranquilo, se siente cansada con ojeras hasta el suelo, sólo lo arreglaba sus largas pestañas que al dormir proyecta la ilusión de la noche, larga y tranquilizadora, sería más tranquila sin las pesadillas que tiene todo el tiempo.
En la mañana se fue a trabajar como cualquier otro día, al llegar a la oficina estaba en el sofá dormida dulcemente Ava, se veía tan... Tranquila, nunca en el tiempo que la conocía la había visto tan tranquila, sus pestañas no tan largas como las de rose estaban un poco curvadas hacía arriba, Rose le colocó una manta que ella tenía para colocársela en las piernas cuando se sentaba.
No la despertó, al igual que ella tenía enormes ojeras, todos necesitamos un descanso y Ava tomó esa pequeña fracción de tiempo para dormir sin ninguna pesadilla como Rose la noche anterior.
Ava despertó de golpe ya faltando 15 minutos para terminar la cita, Rose la miró alerta levantando la vista de su libro.
-¿Qué pasó?- dijo con un hilo de voz.
-Te quedaste dormida, Ava. No quise despertarte ya que siempre te veo cansada.
-Oh... Lo siento.
-No te preocupes, puedes seguir durmiendo, no tengo más pacientes y... -Dijo en un susurro- No te cobraré la sesión - Le giñó el ojo y Ava rió en voz baja.
-No, quiero hablar-
-Ok, Soy buena escuchando- dijo señalando los dos títulos
-Ja ja, que buen chiste- Dijo Ava sarcásticamente - Ya en serio
-Ok, Ok. Empieza-
-Estos últimos días he sentido un peso enorme después de lo que te conté, como si alguien estuviera en mi espalda-
-¿Te has hecho exámenes médicos?, puede ser salud-
-No, es diferente, además las voces en mi cabeza aumentan progresivamente, mi hermano me dijo que cuando me quedé ayer dormida en el sofá hablé dormida... Pero no era mi voz era más grave, dijo que hablé otro idioma o algo así. ¿Qué crees que sea?-
Rose se quedó perpleja en su asiento, algo que nunca iba a olvidar era cuando fue al psiquiátrico de Alabama, una paciente de Georgia la instalaron ahí porque tenía altos niveles de descontrol mental, estaba en la última habitación de una pasillo largo y bien iluminado, la asignaron a Rose ya que el Doctor Pepper no podía atenderla como de costumbre.
Al entrar a la sala estaba fría y con un olor totalmente extraño que la hizo arrugar la nariz de inmediato, la paciente, Marta, estaba de manos atadas al asiento mirandola fijamente, no pasaron ni 10 minutos cuando el caos ya había empezado, Marta gritaba en lenguas diferentes y rasguños aparecían por sus brazos.
A Rose la sedaron y al despertar estaba en su oficina, su compañera de trabajo le dijo todo lo que había pasado, la mujer después del altercado murió a manos de un padre que la exorcizaba, estas cosas se ocultan en hospitales y retenes psiquiátricos para no alterar a la población de lo que ocurre realmente en la mayoría de los casos, los internan dando un diagnostico grave para poder arreglarselas dentro del instituto médico.
De repente a Rose le dio una puntada en el corazón, La mujer murió por un exorcismo y en el caso de Ava si Adam logra poseerla (Si no lo hizo ya) y la única salvación era un exorcismo en el cual lo más probable era... Su muerte.
Claro, todo encajaba: El cansancio extremo, la delgadez que sufre, al contrario de un embarazo por causa del íncubo su voz cambia a diferentes lenguas y se vuelve más grave, Había la posibilidad de que Ava estuviera poseída en ese mismo momento ó incluso antes y no se habían dado cuenta, Había hasta la posibilidad de que le pasara lo mismo que... Marta.
Rose se despidió rápidamente de Ava y su hermano Michael entró en la sala para hablar un momento con ella, Ava esperó.
-Hola- saludó él con una sonrisa que hizo que Rose olvidara por completo.
-Hola-
-Señorita Pheellman, quería saber, claro si es de su agrado... ¿Quisiera salir a comer algo conmigo después de las 5:30pm?, claro -se apresuró a decir de nuevo - Si quiere.
-No soy de tener relaciones con los familiares de mis pacientes me parece algo... No ético- La sonrisa de Michael se apagó- Pero... Podría hacer una falta con usted- Sonrió.
-Asombroso, ¿Podría darme su número?, por favor-
Rose le extendió su tarjeta.
-Claro... la llamaré más tarde- dijo en ademán de despedida pero extrañamente se quedaron mirando a él los ojos de Rose le daban serenidad mientras a ella los de él le recordaban el lugar donde descansaba cuando niña, la playa.
Rose estaba tranquila y sin recordar lo que había pasado hasta que entró a su auto, ahí le inundó el pánico de nuevo por la situación de Ava, no podía morir no le podía pasar nada de eso, trató de nublar su mente con un calmante y se apresuró a volver a su apartamento. El efecto del calmante no duró mucho hasta que vio la patrulla de policía en donde ella vivía.
ESTÁS LEYENDO
AMIGOS IMAGINARIOS| ISABELLE D'MAR
Horror-"Ok, Ava. Háblame un poco de ellos" -"A ellos no les gusta que hable a sus espaldas" Iniciativa: #LiteraturaOculta