Nido ❁ Larry (Omegaverse)

You

Louis llevaba una semana soportando a su ingrato inquilino.

A pesar de que sólo lo veía unos cuantos minutos durante el desayuno y unas horas después del anochecer. Ya tenía suficientes quejas como para echarlo a la calle con todo y su maltrecha guitarra.

Dejaba la llave del grifo abierta cuando se lavaba los dientes, tocaba algunos acordes en la madrugada, tomaba largas duchas que lo dejaban sin agua caliente y por si fuera poco se burlaba del revoltijo de mantas que simulaba su nido.

Estaba harto.

Quería echarlo, pero no podía darse ese lujo. No después de pasar meses enteros buscando un inquilino. Necesitaba el dinero y no podía renegar de los sacrificios que tenía que hacer. Debía soportar al alfa hasta que hubiera ahorrado dinero para su cachorro o hasta que otro huésped más agradable apareciera.

La puerta se abrió y revelo a la razón de que sus mejillas se tornaban rojas por la ira casi todos los días.

Harry paso por la puerta con su piel y ropa manchada por pequeñas motas de agua. El alfa limpio sus lodosas botas en la alfombra blanca, esa que Louis cuidaba como si se tratara de una reliquia china.

El rechinar de los dientes del omega atrajo su atención. Harry miro a su alrededor buscando su casero, sólo le tomo unos segundos encontrarlo.

Louis estaba sentado en su "nido".
Sus mejillas estaban rojas y tenía bolsas negras bajo sus ojos. Él acariciaba su barriga y lo miraba con desprecio.

Harry sonrió para sí mismo.

—Veo que has estado trabajando en tu nido.

Louis asintió.

—¿Qué le parece Señor experto en nidos? —dijo alzando una ceja— ¿Cumple con sus expectativas?

Harry llevó dos dedos a su barbilla y dio un par de vueltas alrededor del revoltijo de mantas. Su mirada se dirigió a las sábanas y se detuvo en el vientre del omega. Hizo una mueca y ladeó la cabeza.

—Cuando era un niño me filtre en una galería de arte exclusiva para gente rica. Recuerdo que existía una pintura de un hombre español, un tal Pablo Pisazo...

—Picasso—corrigió Louis.

—Como sea—Harry se recargo contra la pared—La pintura tenía muchas formas raras y parecía difícil de comprender, pero cuando me detuve a observarla deje de buscarle un significado y me concentre en lo que me hizo sentir.

Louis estaba tan atento que ni siquiera noto los golpecitos de su bebé. Llevó una mano a su vientre para darle un poco de atención.

—¿Qué te hizo sentir?

—Nada —Harry se encogió de hombros—sólo quería decir que tu nido es igual de feo que esa pintura.

Louis entrecerró los ojos y soltó un bufido de frustración.

—Creó que te equivocaste de profesión—dijo con acidez— La música no es lo tuyo, sin embargo, serías un excelente payaso.

—Gracias—Harry hizo una leve reverencia— tú serías una gran musa para el Señor Pilaso, deberías enviarle una foto de tu nido para que la tome como inspiración y haga más pinturas feas.