Capítulo único

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Se paseó nuevamente por frente de la puerta mentalizándose si en verdad iba a hacer aquello, si en verdad iba pedir aquel favor.

Se sobresaltó cuando la puerta de la habitación se abrió.

—Vas a hacer un puto hueco enfrente —gruñó Bakugō apoyándose en el marco de la puerta. Ochako se encogió un poco y le lanzó una tímida sonrisa— ¿Qué quieres?

—Yo bueno, te quería pedir un enorme favor —le comentó la chica. La verdad, Ochako no se hubiera atrevido a pedirle aquel favor al antiguo Bakugō, ese con el que comenzaron el año anterior, pero con respecto al paso del tiempo, el chico se fue abriendo un poco más.

O eso creía.

Bakugō frunció el ceño.

—¿Un favor? —le preguntó él. Ochako juntó sus manos, como una súplica.

—¡Por favor! Entrena conmigo —exclamó ella. Bakugō enarcó una ceja, nunca se esperó que cara redonda le pidiera entrenar. Usualmente sus entrenamientos nada más eran con Kirishima, puesto que sus quirks eran totalmente compatibles, porque se tenían la confianza para tomarse la libertad de pelear con todo.

Se sintió honrado, el orgullo floreciendo en su pecho al saberse una opción de entrenamiento para la chica, sin embargo...

—¿Por qué yo? ¿Por qué no el nerd? Es tu amigo ¿no? —Ochako se sonrojó un poco, provocando que Bakugō enarcara una ceja.

—¿Porqué no Deku? Te diré porque no Deku... porque... —y se colocó más roja, comenzó a balbucear y murmurar tal y como el idiota del nerd.

—Cállate. Sigue así y ni lo consideraré —gruñó Bakugō.

—Es solo... una sorpresa.

—¿Sorpresa?

—Deku es muy fuerte, y cuando pelee con él quiero que me vea fuerte —Bakugō rodó los ojos. Muy bien recordaba al idiota murmurar a su espalda lo fuerte y hábil que Ochako era varias veces en clase.

—Él te ve...

—¡Sé que me ve fuerte! —exclamó ella y Bakugō gruñó, no le gustaba que lo interrumpieran—. Pero... es algo que necesito en verdad, ser más fuerte —y ella lo miró. Bakugō notó la determinación en sus ojos marrones, tal y como la vez que pelearon en el festival deportivo.

—Te lo advierto, cara redonda. No seré amable —Ochako frunció el ceño y luego le lanzó un puñetazo. Bakugō hizo una mueca furioso y Ochako notó que la había cagado.

Le lanzó una sonrisa de disculpas mientras retrocedía.

—A las seis, en el gimnasio —ordenó Bakugō para luego cerrar la puerta. Ochako sonrió mientras se alejaba.

.

Una de las razones por las cuales Ochako no podría entrenar con Deku era porque...

No. Se. Podría. Concentrar.

NO.

Si tan solo en los entrenamientos en conjunto con su grupo de quedaba hipnotizada. Ella solía ser la única chica cuando los cuatro (Deku, Iida, Shōto y ella) iban al gimnasio una vez por semana. El gimnasio estaba afiliado con la UA y los estudiantes tenían un descuento.

Ochako usualmente entraba a una cámara y se disponía a flotar todo el tiempo que aguantaba su cuerpo, mientras que Iida corría en la caminadora, Shōto entraba en una cámara de calor y Deku trabajaba algo de pesas.

Malos entendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora