Hasta El Ultimo Momento /// Minsung One Shot///

Capítulo Unico

Nota N°317

Me llamo Jisung, soy sobreviviente de un apocalipsis zombie, desde que el ataque no me crucé con ningún humano, excepto uno, pero ese intento matarme ni bien me vio.

Mi familia...Bueno, ellos son...... No, eran humanos. Un zombie infecto a mi hermana menor, Yuna, ella infecto a mi madre y luego a mi padre. Yo me aleje de ellos, simplemente no podía matarlos, eran mi familia.

La invasión comenzó el año 2019, en esa época yo tenía quince años, estábamos de vacaciones en Canadá. En Estados Unidos comenzó la epidemia. Un científico estaba realizando experimentos en la base militar con un hombre indigente, por lo que se decía, el científico se sobrepasó con una sustancia que suponía hacer a la gente indestructible, ósea, prácticamente querían hacer al hombre de acero, lo que en verdad paso, fue que hacían experimentos con indigentes para que cuando una bala atravesara su cráneo este se regenerara -aunque no hubiera mucha diferencia con lo anterior dicho-, causando así la vida infinita, lo cual les convenía al estado por si ocurría una guerra, así los soldados no murieran.

El virus se propagó desde Estados Unidos a México, de México a toda América Central y luego a América del Sur, por último, los zombies lograron traspasar la frontera de Estados Unidos y Canadá, para ese momento todo el lado Oriental se estaba preparando para lanzar una bomba de este lado del mundo, pero nadie sabe la razón por la que ahora, siendo el año 2024, la bomba no fue lanzada.

Ahora con veinte años, estoy solo, no conozco a nadie, mi única compañía es un perro que encontré por ahí buscando comida, cuando lo encontré él estaba comiendo basura, me dio pena, entonces me lo quedé. Era tan solo un pequeño pastor alemán* descuidado en medio del apocalipsis

Lo único que como es lo que cazo, y algunas plantas que son comestibles. En este momento agradezco haber asistido a los exploradores, por suerte ellos nos enseñaron cuales eran las plantas comestibles y las venenosas.

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Nota N°318

Hace unos diez minutos aproximadamente me encontré con un zombie cuando fui a buscar agua en un rio de por ahí, en ese momento llevaba mi arma descargada, vaya suerte la mía. Pero por suerte me cruce con un buen samaritano, un hombre, (que he de admitir, estaba muy bueno, o quizás me faltaba un hombre en la vida, mi última pareja termino conmigo para irse con otro un año antes de la invasión) me salvo la vida, le agradecí y cada uno se fue por su camino, no lo volví a ver al regresar del rio con dos bidones de agua bien cargados, por suerte, había un carrito de compras ahí, así que lo aproveche.

Habían pasado unas tres semanas desde que me cruce con ese tipo, pero ayer me lo cruce otra vez, esta vez, él era el corría peligro, y yo le salve, me agradeció y esta vez me dijo su nombre, era Minho, yo le dije mi nombre. El me pregunto si tenía un lugar en donde quedarme, le dije que no, puesto que cada un mes yo cambiaba de ubicación por si algún zombie me seguía hasta mi guarida; aunque no lo parezca esas bestias son astutas cuando se les da la idea.

Como buena persona, me ofreció vivir en su guarida, la cual era el viejo departamento de su familia el cual estaba muy bien escondido, dudando por su bondad, vamos, que un hombre bueno en pleno apocalipsis zombie no se consigue, quizás me violaba o me torturaba y luego me partía en pedacitos me metía en una cacerola con agua hirviendo, y me comía, nunca se sabe. Pero yo acepte, si me negaba posiblemente los zombies me descubrirían un día de estos.

Cuando llegamos a nuestro destino me sorprendí, pues él había dicho que vivía en un lugar modesto, ¡Modesto mi trasero! Él vivía en un edificio gigante, y por lo que me conto, tenía un piso completo para él solo, con vista entera a Ottawa, simplemente hermoso.