Capítulo 1, parte 1.

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Te protegeré, daría incluso la vida para salvarte.

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Capítulo 1: Cumpleaños feliz.

Por más que quería dormir no lo lograba, mis ojos estaban pegados en mi suave y acolchada almohada, la vibra mañanera en la casa me hacía tener escalofríos, siempre era lo mismo, desde que llegó a mi vida cada día tuve que ser obligada a tener esa rutina.

Pero omitiré aquello por un tiempo y pensaré en algo que me tiene confundida, un sueño.
Habia soñado con él, la persona desconocida. El mismo sueño por un mes entero, y hoy, se cumplía el primer día de otro, era algo tan simple, ni siquiera era algo tenebroso, pero, ¿porqué tendría qué estar buscando respuestas por algo tan insignificante y no por las palizas qué recibo cada día?

Ahora voy a eso.

Desde que mi madre y mi padre firmaron el divorcio, hubieron mayores cambios en mi vida, hubieron buenos y malos, pero mayormente malos.

Hubiera al menos vivido más cosas buenas si mis dos incopetentes padres no hubieran peleado por mi custodia como dos niños queriendo quitarse un Juguete. Pudieron haber hecho el acuerdo de tenerme en turnos o algo así, pero nunca pensaron que podían alejarme de ellos.

Mi tía Sara, la hermana de mi madre fue la elegida para tenerme en cuidado, mi madre estaba totalmente en desacuerdo con que mi tía me cuidara, ya que ellas siendo hermanas, no comprendian como llevarse bien.

Y al que llamo demonio, uno de los mayores problemas que llegaron a mi vida; Oliver, el hijo mayor de mi tía Sara, él que le dio inicio a esas horribles crisis de pánico, a esos cambios rotundos de mi personalidad. Él decía que me estaba a ayudando a quitar el miedo, pero agresivamente no era una forma de quitármelo.

Dos golpes, tres golpes, cuatro golpes, no era suficiente, quería que me defendiera, que fuera valiente, que no me dejara pasar a llevar. Pero sus golpes me hacían sentir débil, mi cuerpo era debil, como cualquier otro de una niña de tan solo 7 años, y hasta el día de hoy , ahora que dan inicio mis 13, el comienzo de mi adolescencia, lo siento como si estuviera muerto por dentro.

El miedo era el problema, el miedo que debía derrotar era el problema, era un miedo hacia mi primo que no he podido derrotar. tantos dias, tantos meses, Tantos años. Ha causado tanto daño en mi, que ha provocado cambios que no desearía qué él se enterase.

No solo era yo la que debía soportar ese duro entrenamiento, también su hermana menor, Elisa, que también está jodida como yo. Odiaba con toda su alma a oliver por hacerle daño, que lo único que anelaba era estar lejos de él...

Mis pensamientos se esfumaron por La puerta que se abrió de golpe, permitiendome ver a ese molesto chico, mi primo, observandome con seriedad. Se preparó para hablar.

-Feliz cumpleaños niña, ahora dame 20 vueltas alrededor de la casa.

Resoplé, levantándome para iniciar el mandado. Él agarró mi brazo.

-Estoy bromeando, alistate, llegaras tarde. -Salió de mi habitación.

Y me quedé ahí parada ,confundida, pensando en que cosas tramaba ese molesto chico.

La puerta se abrió nuevamente, era Oliver.

-Sangwoo está aquí.

Y el dolor en mi pecho comenzó, al oír siempre ese nombre me causaba mucho dolor, el nombre de mi "mejor amigo" causaba que mi mente estuviera al borde del colapso. Tener que ocultar todo a él causaba más dolor en mi, odiaba que se preocuparan por mi, odiaba tener que contar mis problemas a las personas que quería. No quería que mi vida personal tuviera que ser la preocupación de otra persona, porque quizas él, ya tenía problemas, y yo no desearía que sus problemas se mezclaran con los míos.

No soy una buena amiga, tampoco soy una mejor amiga, lo digo porque odio saber la vida privada de las demás personas a las que llamo amigos, odio tener que preocuparme por si ellos sufren estando en sus hogares, puede sonar muy egoísta de mi parte, pero debo asumir que estoy enferma. Mi mente ya no es la misma, los demás nunca lo han notado, pero ha medida que pasó el tiempo, mis pensamientos y mis acciones cambiaron, especialmente mis sentimientos, se transformaron en friealdad y pesadez, en simplemente falta de preocupación.

Actuar siendo una joven ejemplar duele, actuar duele, ser falsa duele, sonreír duele, reír duele, pero debo asumir que cuando estoy fuera de casa el dolor se torna en uno más suave. Estar sentada simplemente en un salón rodeada de personas que están ordenadas en filas y columnas me hacen sentir más relajada, el silencio, el orden, el respeto era acojedor, pero cada vez que llegaba el momento de tener que salir al receso y tener que agruparse entre amigos era un caos para mi. Escuchar sus problemas, lo que hacen después de clases era molesto, provocaban que mi mente pensara en mil maneras de matarme. No me importaban sus vidas en absoluto, ellos podrían estar mintiendo y estar en la misma situación que yo. Pero tampoco voy a investigar la vida de cada uno de ellos, si quieren mentir que mientan, y si quieren callar, mucho mejor para mi.

Y Sangwoo...

Sangwoo a sido la persona que más se ha preocupado por mi, y es por eso que me duele, tener que ocultarle mi vida, no poder contarle mis problemas y tener que ser la misma chica que conoció a los 6 años. Mentirle que llevo una vida maravillosa está bien, si le contara la verdad no sé que cambios habrían, ¿buenos o malos? ¿Y qué caso tiene? Ya estoy enferma,  prefiero guardar mi vida privada como un secreto.

Mientras bajaba por las escaleras, ahí estaba él, mostrandome una sonrisa, aquella sonrisa extraña como yo la llamaba.

Mi amigo también tiene un secreto, me pregunto qué pasará en su cabeza, qué estará pensando ahora mismo mientras lleva pegada esa absurda sonrisa.

Sangwoo amigo mío, ¿Estás sufriendo al igual que yo?

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Siguiente parte 2.

Secretos♡° Oh Sangwoo y Tu °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora