Capítulo 2: El azote.
Paso 3 meses de entrenamiento, y el cuerpo de la niña estaba en forma, debido al ejercicio, era la hora de probar el resultado del entrenamiento. Fue a la puerta y desafío a los dos guardias a un combate tratando de escapar, los guardias se rieron y desprevenidos Nía les lanzó una piedra en cabeza dejando inconciente a un guardia, el otro bloqueo hábilmente y ataco a la niña, con la vara, golpeando la mejilla de la niña, aunque Nía tenía suficiente resistencia para acercarse al soldado y darle un golpe directo en la cara al soldado.
Una mujer mayor estuvo observando la pelea desde una altura considerable, y tenía una vista perfecta.
El guardia se quitó el casco por el daño, y observó que su casco de acero, tenía una avoyadura en su casco, la niña era fuerte, pero no mucho tiempo paso y el guardia logró darle un golpe en la cabeza, dejándola en el suelo, al parecer el guardia se había confiado.
-¡Guardias!- grito la mujer por arriba, -lleven a esa niña a la zona de azote-
Los soldados no desobedecieron a la mujer y se la llevaron a una zona de azote. La niña fue desnudada y encadenada de manos y pies sobre una roca en pose de oración. Unos soldados, un contador (que estaba a cargo de contar los azotes), los esclavos que estaba allí como ejemplo de que les pasaría si no obedecían y la mujer observando.
-¡Comiencen!-Grita el contador-son solo 30 azotes. ¡1!-
Y cuando el contador grito el número 1, un azote de un soldado tocó la espalda desnuda de la niña, dejándole una marca de sangre en la espalda, y ella se retorcio del dolor, y casi se desmallaba. ¡2!Y otro azotaso toca la espalda de la niña. Gritos y llantos de dolor se escuchan de la niña, y la roca donde estaba de rodillas se llena de sangre y lágrimas.
¡3!
El guardia se quedó en un shock medio pensativo.
-Que pasa,-dijo la mujer a un lado- ya te cansaste-
-no- Respondió el reptil- solo que no puedo azotar a una niña pequeña desnuda y llorando. N no me siento bien, me siento repugnante-.
Con un gruñido, la mujer le quitó el látigo al guardia y les ordenó que se fueran.
-Yo- Dijo la mujer- lo aré.¡3!
Y la mujer con una fuerza de maldad golpeó a la niña. Se notó la fuerza que le puso al látigo, que la sangre de la niña rebotó hacia todos los esclavos. Una mujer se levanta y dice -Como le puedes hacer eso, sólo es una niña- dijo alterada, un soldado la voltea a ver y le dice -Callate, o tú quieres estar en su lugar- la mujer se sentó en silencio sin pronunciar una palabra.
¡4!
La mujer golpeó más fuerte con cada latigazo. Y enserio, gritos espeluznantes de dolor provenían de la niña, llantos y dolor se veían en su carita.
¡19!
La chiquilla, al tomar un pequeño descanso de los azotes, apenas podía tener abiertos los ojos. No eran de como si fuera a dormir, si no como si se fuera a desmayar por el dolor. La mujer con la sangre en las manos, lamía sus dedos con sa sangre de la pobre niña que ya no podía con más azotes, la cara de maldad de la mujer se miraba en sus ojos como de literalmente de serpiente venenosa, quizá por que de esa especie provenía. -Cambie- le dice el contador (por que debido a la sangre, el látigo, debía ser lavado y por eso años que agarrar otro). La mujer, con malas intenciones, agarro una especie de látigo de la mesa de látigos, que parecía una garra de leopardo para desgarrar carne. -¿Estas loca?- Dice otro almirante -¿Quieres matarla?-.
-Vale, vale vale- entonces agarro un látigo igual al anterior, y se preparó para los últimos azotes.La niña en realidad se encontraba en una muy mal estado, y medio inconciente, un soldado se le acerca y le dice al oído en susurro -Tranquila niña, sólo faltan 10, aguanta un poco más y descansaras- la mujer se preparó, y mientras al fondo, una niña de la misma edad de Nía de 5 años se acercó a ver los que estaba pasando. Era una niña de un vestido amarillo que hacia referencia a un vestido dorado, y con cabello café claro, y los ojos cafés, y llevaba como calzado unas sandalias amarillas con unas piezas de Rubí y piedras preciosas (obviamente no era una esclava), era la misma princesa de Zacor. Veía como torturaban a la niña Nía, y con el aspecto de su cara con susto y pánico, no le gustaba.
¡21!
¡22!
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¡24!
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¡28!La mujer con su maldad apunto a rostro de la niña, haciéndole una enorme herida en el rostro en la parte de su rostro. su ojo ahora, no solo soltaba lágrimas, si no también sangre.
¡29!
Y con alivio el contador al fin iva a contar el último azote.¡Yyy 30!
La malvada mujer, usando todas sus fuerzas, le dio el último latigazo, y un ruido extremadamente fuerte se escuchó por todo el campo. La sangre de la niña no solo había rebotado a los esclavos, si no a la princesa que presenciaba todo. La pequeña niña, del dolor, no grito, se quedó callada, y como si se hubiera desmayado en la roca, tardó un tiempo, y grito... pero este grito era diferente, los esclavos y los soldados sentían el dolor, y algunos lloraban. E incluso el contador, empezó a llorar.
-Vale- Dijo la malvada mujer -Ya termine. Ahora llevársela a que los doctores la limpien y que vuelva a trabajar.
-Ven niña- Dijo el contador con un soldado limpiandose las lágrimas y la desencadenaron. La niña cayó pero estaba consiente y se mantenía fuerte.
- Vamos linda- Dijo el contador - Vamos a que te curen los latigazos. Pero la mujer regresó.-Saben- Dijo la mujer -Ahora que lo pienso, esa niña es familiar-.
Viendo a la cara lastimada de la niña, empezó a formar otra imagen de la misma niña que había agarrado del pelo y atrayendo hacia la carroza de esclavos. Y era la misma, la misma niña que ella le había matado a sus padres.-Jaja- río la mujer -Eres tu, la niña a la que sus padre mate- La niña Nía levantaba la cabeza con suspenso y tristeza -si, jeje, recordaría tu carita adorable por donde fuera- Dijo viendo a la niña- bueno no tan adorable Ahora. Dejatla, yo me la llevaré al hospital.
La desencadenaron, y la niña se desploma en el suelo temblando, y con la espalda ensangrentada y la zona derecha del ojo, le quedó una enorme marca del látigo con sangre. La mujer levanta a la niña y se la lleva al en un pasillo directo al hospital, todos los esclavos que se lastimaban en el trabajó.
-Valla, valla, valla,- dijo la dama malbada que dicha belleza era grande como su maldad -pero si que tienes valor al intentar escapar de esa manera tan estúpida-.
La niña se le queda viendo mientras camina a la mujer, pero esos ojos le parecían familiares, pero no recordaba en donde, en el camino que iba cargada pero con los piesitos arrastrandos, pensó en todo el camino.
-¿Qué pasa niña?- Pregunto la mujer -No me recuerdas ¿verdad?-.
-¿Que?- Dijo la niña, -quien eres-
-No recuerdas- Dijo la mujer -Yo soy Destora. Y yo mate a tus padres-.Los ojos de la niña quedaron tan abiertas como platós, y con lágrimas en los ojos.
-Pobre niña estúpida, ¿no lo recordabas?- Nía se quedó mirando al suelo mientras Destora hablaba -Yo era la mujer con máscara... Tu padre era un feroz guerrero... Aunque no rival para mi... Tu madre fue valiente. Pero eso mismo causó su muerte... Y entonces te vi... Una niña enclenque y estúpida. Sabia que serias una estupenda esclava. Así te lleve envés de matarte, así que por mi, estas aquí.
-Se que debes tenerme miedo- Desia la mujer. mientras Nía agachaba la cabeza al suelo, recordando y con rencor en su cara -Pero es normal que lo tengas Jejeje-.Nía levanta la cabeza, con ira en su cara, y palabras que sorprenden a Destora.
-Boy a matarte- Destora la observaba con inquietud -Te juro, por mis padre, por mi honor. Y para sentirme bien con migo misma... Que te asesinare- Dijo Nía con un odio inmenso hacia Destora.
-Hehh- río Destora -Suerte con eso- Dijo Destora y dejó de cargar a la niña, llevandola arrastrando a la niña de su hermoso cabello rubio. Las heridas de su espalda, tocaban la arena calentada por el sol, provocando que el desgarro de su espalda, ardiera como el infierno. Nía se retorcia y lloraba, y con más mala gana, Destora para por un camino empedrado con piedras con puntas afiladas, y cuando pasaron por el camino, las rocas quedaron color de sangre, y trozos de carne quedaron sobre las rocas.Al llegar, Destora lanza a la niña sobre la mesa bruscamente. Nía, temblaba en la mesa, y sentía demasiado ardor en la zona donde fue azotada.
-Pero que le pasó a esta niña- Dijo la enfermera.
-Fue azotada por intentar escapar- Respondió Destora -vendarle las heridas, limpiarla y que vuelva a trabajar- ordenó Destora.Los doctores la curaron rápido, y tenía vendas en el torso y el la parte derecha de su rostro. Y continuó trabajando, y a la vez, entrenando para seguir fortalecoendoce. La niña a pesar del ardor y dolor de sus heridas, seguía y seguía trabajando y entrenando... Para que la próxima vez. Si tenga éxito en su escape.