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Era un día como otro cualquiera, el primero de la segunda semana de instituto. Jimin era un chico de cabello rubio, delgado aunque con unos abdominales bien marcados, una carita hermosa, tímido y  bastante inocente, aunque  eso cambiaba cuando  estaba con Yoongi... Él le producía miedo, aunque a  la vez le excitaba demasiado. En el instituto era  el nuevo alumno, demasiado tímido, demasiado inocente, con las mejores notas... Por ello, era odiado por todos los alumnos, sobre todo por Yoongi, aunque amado por los profesores.

Jimin se dirigió a su taquilla, tomó sus libros y cuadernos y comenzó a caminar hacia su clase, vestido con una fina camiseta de un color marrón pastel, unos vaqueros ajustados azules y unas zapatillas negras. Al entrar en la clase, no se sorprendió al recibir miradas de asco y desprecio por parte de sus compañeros, por lo que simplemente suspiró pesadamente antes de dirigirse a la primera fila y sentarse, esperando que llegase el profesor.

Jimin se sumergió en sus pensamientos, hasta que escuchó que Yoongi, un chico no mucho más alto que él, con el cabello negro, al igual que su vestimenta diaria, lo llamaba desde su pupitre, lo que rápidamente lo puso nervioso. Miró a su mayor, y en cuanto vio que le hacía una seña para que fuese hacia él, se levantó vacilando, aunque caminó hacia Yoongi con miedo, quién solo le miró fijamente a los ojos.

–Te espero en el baño a la hora del receso–. Murmuró el pelinegro en un tono frío y serio.

–¿Pa-para qué?– Preguntó el menor casi en un susurro.

–Ya lo verás... Tú solo ven y sabrás para qué–. Le respondió antes de tomar el cuello de su camisa y acercarle a él, sonriendo de lado–. Te encantará–. Susurró en el oído de Jimin, quien de inmediato notó su cuerpo tensarse.

–Pero y-yo no quiero ir...

–Entonces no te preocupes, yo te llevaré hasta el baño... De mala manera, pero te llevaré.–Yoongi rió levemente y fijó nuevamente su mirada psicópata en los ojos del rubio.

–Está bien... Iré...– Terminó por rendirse y apartó la mirada del mayor.

–Así me gusta... Ya puedes sentarte.

El menor asintió, y comenzó a caminar temblorosamente hacia su lugar, mientras que Yoongi se dedicaba a morder su labio y mirar de arriba abajo al chico.

En cuanto Jimin se sentó, el profesor apareció alegremente por la puerta, saludando como de costumbre y dirigiéndose a su mesa para poder comenzar a dar la clase de matemáticas, en la que, como de costumbre, Jimin atendía y Yoongi dormía o usaba su móvil.

micaela07_ & minyoongi_neko

Danger •YoonMin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora