Capítulo 2

49 6 1
                                    

Joaquín

Estaba cansado al llegar de las grabaciones, lo único que quería hacer era llegar a mi casa y tumbarme en mi cama hasta que pudiera; y así lo hice. Estaba listo para empezar con una merecida siesta cuando escuché sonar mi teléfono indicando que me estaban llamando, lo tomé y no pude evitar sonreír ante aquel nombre en la pantalla.

Dieguito

-Hola amor, ¿cómo te fue en tu primer día de grabaciones? ¿Todo bien?- Escuché decir del otro lado del teléfono, me gustaba que se preocupara tanto por mi.

-Muy bien, solo tuvimos que repetir escena 2 veces y ah...¡conocí a tu amigo!

-¿Emilio?

-Si, él hace el papel de Aristóteles Córcega, mi "crush"- Hice énfasis al mencionar la última palabra. 

-¿Tú crush? Ah.- No pude evitar reír ante sus notorios celos, a veces bromeábamos así cuando estamos con otras personas pero los dos sabíamos que seríamos incapaces de hacernos daño de esa manera, así que se quedaba a manera de juego.

-Si, mi crush, yo digo que te vayas poniendo las pilas porque si no, Aristóteles Córcega se apoderará de mi corazón.- Escuché que se rió a través del teléfono, yo solo podía sonreír.

-Ese ya lo tengo yo, tanto el de Joaquín Bondoni como el de Cuauhtémoc Lopez, así que de eso no me preocupo.

Continuamos hablando hasta que se hizo de noche, no podíamos parar de reírnos ante todo lo que decíamos, estaba siendo un buen día. 

Emilio

Estaba algo cansado después de todas las grabaciones, aunque no hicimos mucho esfuerzo pues solo repetimos escenas 2 veces, aún así en lo único que podía pensar era en dormir. 

Habían pasado ya 2 horas desde que me había dormido cuando unos golpes en la puerta me despertaron. Enseguida me paré asustado para ver quien era, abrí la puerta y la vi a ella, parada con una gran sonrisa.

-Regresé- la escuché decir y enseguida los ojos se me abrieron como platos, estaba tan feliz de verla.

-¡María!, te extrañé tanto chula.

-No te quedes ahí parado y abrázame.

Tenerla de regreso conmigo y poderla abrazar como lo estoy haciendo ahora hizo sentirme de mil maneras, de verdad la extrañaba tanto, sabía que en unas semanas se tendría que ir de nuevo pero la disfrutaría en todo momento posible.

-Te extrañé mucho más chulo- al escucharla decir eso la separé del abrazo y le di un pequeño beso en los labios.

-Pasa, sabes que mi casa es tu casa.

-Perdón por haberte levantado, tenía tantas ganas de verte.

-Tomaste la mejor decisión al venir aquí.

Nos sentamos en el sillón café que se encontraba en mi sala y nos quedamos hablando hasta el anochecer acerca de todo, estar con ella me hacía feliz.

𝑷𝒂𝒓𝒂 𝑸𝒖𝒆 𝑵𝒂𝒅𝒊𝒆 𝑺𝒆 𝑬𝒏𝒕𝒆𝒓𝒆  {𝑬𝑴𝑰𝑳𝑰𝑨𝑪𝑶} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora