•°• D O S •°•

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🥀

Disciplina, coordinación, precisión y enfoque. Busco perfección, no alguien que al final de cada pelea termine con diez cicatrices nuevas.

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Jodida y podrida mierda.

Soplo fuerte para apartar un cabello escurridizo de mi rostro. Mi coleta alta en este momento debe estar vuelta un nido de pájaros ni siquiera quiero pensar la situación de mi vestido.

Mi tobillo derecho está palpitando. Y duele como el infierno.

Levanto mi cabeza como un depredador para ver de dónde viene la maldita ráfaga de balas. Pero solo quiero golpear mi cabeza contra el suelo cuando veo de quién se trata.

- ¡Ya imbécil! ¡Para!- me siento en el suelo y levanto los brazos como puedo, me apunta tembloroso y cuando reacciona se paraliza.- ¡Ya está muerto cálmate!¡ Todos están muertos! ¡Es más! Casi me matas a mi.

El me mira y suspira.

-Estas herida Gal...- dice en un susurro.

Bufo.

-No lo estaría si hubieras sacado esa cosa hace 20 minutos- lo miro con una ceja levantada y a la espectativa-¿Qué haces aún allí parado? Tengo un agujero en el hombro y balas incrustadas en el tobillo que tú pusiste allí- sacude la cabeza frenéticamente.

Se dirige hacia mi y ayuda a levantarme.

A veces me pregunto ¿cómo puedo llamar amigo a este imbécil?

-Si te hace sentir mejor... Tú culo y piernas se veían infernales mientras los pateabas con esos jodidos tacones.

Si, por esto...

Silencio nos rodea mientras me ayuda a ir a su oficina, no es incómodo, solo... Es silencio.

-Si me hace sentir mejor.- digo sería.

Él se ríe bajito.

Después de unos minutos hacer unas suturas en las heridas y sacar las balas de mi tobillo. Salimos del establecimiento de Histeria y nos dirigimos a un restaurante de comida rápida, Gregory me prestó unas ropas de las las bailarinas del local.

Muero de hambre acababa de llegar de un viaje de 12 horas y las comidas en los aviones no son de mis favoritas.

Tomamos una mesa.

Suspiro y veo como él está perdido en sus pensamientos mirando hacia la ventana.

Los dos sabemos que ya es hora de la conversación seria. Sin rodeos está vez, lo miro fijamente, aunque él no lo hace.

-Tienes que decirme que está ocurriendo, si no, no podré ayudarte.- el se acomoda en su asiento y  me dirige una mirada de tensión.

-No sabía nada de lo que acaba de pasar- yo lo veo incrédula y me rio con amargura.

-¡Por supuesto que no ibas a saberlo! ¡Eras su objetivo! De eso se trata.- su mirada verdosa y alterada me observa.

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2019 ⏰

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