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Eric miraba por la ventana. Le llamaba la atención como los copos de nieve caían suavemente sobre las hojas de los árboles y los techos. Mañana se tomaría un tiempo para pintar ese bello paisaje con sus acuarelas. Se había apartado de la fiesta el ruido y las luces de colores, ya lo estaban volviendo loco. Maldijo a Stan por haberlo convencido de esto.

"Vamos Cartman las fiestas son el lugar perfecto para hacer algo que nunca te animarías. Ya es hora que se lo digas y dónde mejor que en una fiesta?"

Esas palabras, esas estúpidas palabras.
Ojalá tuviera la valentía para plantarse al frente de ese adorable niño rubio y decirle todo lo que sentía. Nunca se enamoró así de alguien y por eso le era tan difícil.
Stan se acercó cuidadoso con dos vasos de alcohol. Uno para él y otro para Eric. Este lo recibió gustoso.

- Y? ya es hora gordo. Que esperas ? Una invitación?

- Cállate Marsh. No es tan fácil.

- Claro que lo es. Recuerda lo que ensayamos con Kenny.

Y hablado de el roma. Kenny apareció entre la multitud acercándose a ellos. Rodeo a Eric con un brazo.

- Ya lo encontré amigo. Está en el sillón solito.

- No lo sé chicos. - Buscó a Butters con su mirada y si era como dijo Kenny estaba sentado solo con un vaso entre sus manos con una cara triste. La gente a su alrededor bailaba enloquecida. Wendy y Bebe ponían un CD en la radio. Empezó a sonar la canción "Play Date". Ese era el plan. Ponían la canción de Melanie Martínez la cual era la artista favorita del rubio. Lo descubrió cuando entro a su alcoba y vio un gran póster de esa chica justo en la puerta.

Tu me llamas al teléfono, te siente tan lejos.
Me dices ven aquí, hay algunos juegos que quieres jugar.
Estoy caminando hacia tu casa, no hay nadie en ella.
Solo yo y tú y tú y yo solos.

Ahora el paso dos era acercarse e invitarle un trago. Tercer paso irían a su habitación y le contaría todo.

Solo estamos jugando a las escondidillas.
Me es difícil respirar abajo de las sábanas, contigo.
No quiero jugar ningún juego.
Estoy cansada de perseguirte, ir detrás de ti.

Camino lentamente hacia el susodicho este lo vió y compartieron una sonrisa.

No me importa una mierda de ti, de todos modos
Quien dijo que a mi me importa una mierda
Tú nunca prestas tus juguetes o hablas
Supongo que solo soy tu hora de jugar

sabes que me importa un carajo todos los días
Supongo que todo el tiempo te dije la verdad
Comparto mis juguetes, me dejaras quedarme?
No quiero dejar esa hora de jugar contigo

Nunca le había prestado atención a lo que decía esa canción.

Qué diablos ?

Por alguna extraña razón. La letra de aquella melodía lo hizo imaginar a un chico de piel blanca y rizos rojos. Tenía que dibujarlo ahora mismo o  corría el riesgo de olvidar aquel rostro.  Era el chico mas bonito que alguna vez imagino. Se acercó nuevamente a sus amigos.

- Stan entretiene a Butters, dile que en en breve voy a buscarlo.

- Qué? Pero a dónde vas?

Eric no escucho esa pregunta ya estaba subiendo los escalones de a dos para llegar lo más rápido posible a su alcoba.
Los dos amigos se miraron extrañados.

- Pero qué le pasa?

- Se fue cagar. 

- Que diablos Kenny?

Mi amigo imaginario [KYMAN Y BUTTMAN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora