En la boca del otro || ᴅᴇᴀᴅᴘᴏᴏʟ & ᴍᴀʟᴇ!ʀᴇᴀᴅᴇʀ 🔞 [ᵒⁿᵉ⁻ˢʰᵒᵗ]

死 S H O T 侍

▩━━━━━━◈━━━━━━▩

Diariamente los enfrentamientos contra los infames villanos se volvían cada vez más agotadores y achacosos, tornándome casi paranoico por la presión pública y moral.

— ¿A dónde vas, ****? —inquirió inquieta la esbelta chica que se cubría con las arrugadas sábanas la parte inferior de sus muslos.

Inspeccioné una última vez en el reflejo del ovalado cristal mis rígidas facciones, cogiendo posteriormente la chaqueta de cuero negro que se hallaba tendida sobre el respaldo del sofá, inserto la llave en el cerrojo dando un par de vueltas, de esta manera abriendo la puerta.

— ¡****! —me giré al escuchar su agudo llamado.

— Sólo iré a dar una vuelta y, de paso comprar algunas cervezas —le contesto arisco, como si se tratara de lo más obvio.

— Disculpa cielo —miró apenada sus manos temblorosas.

— Vuelvo enseguida —le hago saber en cuanto cierro la puerta.

Inflando mis pulmones con el gélido aire nocturno, sonrío excitado del por venir. Subo al deportivo rojo que se aparcaba frente al motel, enciendo el motor escuchando el cautivante ronroneo de este, acaricio el manubrio encuerado en negro con ambas manos y, piso el acelerador dejando atrás el motel junto a la mujer que no volvería a ver nunca más en la vida.

Alcé mis ojos, los cuales estaban cubiertos por las gafas que generalmente portaba de civil, leyendo el nombre del club nocturno donde la llamativa iluminación mostraba a una mujer alzando sus largas piernas, dejando en claro que se trataban de strippers.
Al ingresar, instintivamente las atractivas mujeres envolvieron sus brazos a mi alrededor trayendo entre sus aterciopeladas manos un cóctel de drogas y llamativas bebidas alcohólicas que eran ingeridas con brevedad, entre tanto ellas agitaban sus gordos traseros al son de la partidura metálica.

Me atrajo la oscuridad, quizás las llamativas luces o el aroma del sudor de diferentes personas mezclado en uno solo, el que se deslizaba por mi piel desvaneciendose junto aquellas tensiones y angustias que envolvieron mi cabeza hasta la locura en su momento.

Mi vista inesperadamente  se había vuelto difusa, mi cabeza daba vueltas y solo oía las risas que reverberaban entre ellas en sinfonía.

Traté de hacer memoria una vez más en el momento en que mis ojos se acostumbraron al resplandor proveniente de la habitación, la que examiné por breves segundos.
Mi cuerpo se sacudía ligeramente aún afectado por las sustancias anteriormente ingeridas, atrayéndome al colchón ignoré mi situación y, me dispuse en volver a los cálidos brazos de morfeo.

Una vez que mis músculos se relajaron y mi respiración se había suavizado, un escalofrío caló mis huesos de repente.
Manos con largos y delgados falanges que ascendían apartir de mis rodillas acariciaban inquietas el extremo inferior de mis boxers. Tardé varios segundos en reaccionar, cuando su voz, todavía rasposa por las toxinas, se hizo escuchar debajo de las sábanas.

Mi sorpresa no fue tan grande al darme cuenta que alguien trataba de ejercer la somnofilia, era más bien...— Es hora de levantarse mi querido amigo, estoy deseoso por volver a jugar —susurra pícaro.

— ¡¿..!? —lo revelo removiendo las sabanas que cubrían gran parte de mi cuerpo, provocando que dicho sujeto quede al descubierto— ¿Qué mierda estás haciendo? —farfullo ronco, llevando rápidamente una mano a mi cuello por debajo de la manzana a causa del ardor en mis cuerdas vocales.