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El día era encantador, un día en donde te gustaría ir a la playa, estar en el parque mientras comes un helado o bien quedarte en tu casa viendo la tele y dormir un rato.

Todo estaba en silencio cuando el peli rosa abrió los ojos siendo cegado por la luz del día, con el ante brazo se tapó y gruño un poco tratando de cubrir completamente.

—Maldita sea...— murmuró tallando sus ojos, una vez logro que estos se acostumbraran los abrió lentamente. 

Se levanto de la cama y se sacudió como un perro sonriendo, aún con su sonrisa se acercó a su espejo e hizo una sonrisa más grande al ver su cuerpo de pies a cabeza y las pequeñas marcas púrpuras y algunas tornadas ya rojas marcando la mayor parte de su cuerpo.

Amaba ser marcado o ser demandado como suyo, claro, el nunca lo aceptaría por orgullo pero aún así el lo sabía muy a fondo.

Y más aún si sabía cómo eran los ataques de celos de sus compañeros de casa.

Compartía la casa gracias a la universidad, era una hermandad muy buena con la que está.

Todos homosexuales, claro, dentro aún del clóset la mayoría, el y a otros dos ya se les había doblado la tortilla, y el se desmintió cuando en una de las muchas fiestas que hicieron al principio de comenzar el año, fue encontrado por sus seis compañeros de hermandad con un chico haciendole un oral en su habitación.

Su reacción en ese momento tan excitante que tenía fue solamente voltear los ojos y cerrar la puerta en cara de los seis chicos con la mandíbula casi al piso.

Con la llema de sus dedos delineó lentamente las marcas que tenía en su manzana de Adán, suspiro y se sentó en la esquina de la cama viendo a un punto fijo.

El descubrió que cada uno de sus compañeros tenía una debilidad por el aunque no fuera muy notorio, el lo sabía.

O creía creer eso.

En el primero en notarlo fue en Jungkook, el más pequeño de la casa, fue en el cumpleaños del menor cuando supo. El estaba muy borracho y a plena madrugada fue y se escabulló en la cama del peli rosa, el nombrado confundido le pregunto que hacía aquí y el peli negro solo respondió que extrañaba su olor y que dejara de ver a Jaebum, un chico con el que entonces salía y aún sigue viendo, ún par veces lo ha invitado a casa no precisamente a estudiar.

Eso estaba claro en las marcas que ahora tenia, obviamente no solo de Jaebum, algunas eran de Suwoong y otras de Jackson. Digamos que Jimin no era conformista, le gustaban los tríos, los cuartetos hasta las orgías aunque nunca haya estado en ninguna ya que a las personas que les ofrecía eso, se negaban rotundamente diciendo que era algo enfermo, asqueroso y que no podrían ver un a una persona con más de cinco hombres.

Y el de tan solo imaginarse en una orgía, se pone duro.

Jackson había accedido a un trío con el junto con Suwoong, Jimin solamente fue el que recibió ya que a los otros nos no les apetecía ser penetrados por el ano, preferían sentir las calientes paredes que apretaban su miembro y los hacían llegar al mejor orgasmo de sus vidas.

—Si no bajas en diez minutos, dice SeokJin que no te guardara pizza de ayer.— la voz detrás de la puerta lo hizo dar un pequeño brinco y asintió en respuesta sabiendo que no lo veía. —Apúrate.

Y de nuevo el silencio apoderó su habitación.

Suspirando nuevamente se levantó de la cama y tomo su bata blanca que le tapaba hasta la mitad de sus muslos, ocultando las marcas que hacían en ese lugar.

Las marcas amenazaban con mostrarse cada vez que daba un paso ya que la bata se levantaba, bien pudo ponerse algo mas, pero la tentación de hacer enfurecer a sus amigos era más grande que cualquier otra cosa.

Bajo las escaleras tallandose nuevamente los ojos ya que aún tenía sueño y se acercó al comedor sin hablar.

Hizo una leve reverecia con la cabeza y se sentó en la única silla vacía que le correspondía, sin mirar a los demás tomo un pedazo de pizza y lo llevo directo a su boca comenzando a mascar tranquilamente.

Sentía la mirada de los chicos sobre el, pero no les daría el gusto de verlos pero si de enfadarlos.

—¿Se les perdió algo?— preguntó dejando la pizza en el plato y levantando la mirada para ver a los cinco chicos sentados a su alrededor con un trozo de pizza en sus bocas  —¿Qué tanto me ven?

—Ayer no nos dejaste dormir.- hablo por fin el mayor de todos. —Jimin...— suspiro. —Te hemos dicho muchas veces que si vas a... Ya sabes, traer más de un hombre a casa, por favor nos avises para poder irnos...

Su voz salió con incomodidad viendo hacia el chico que tenía aún su mirada de total indiferencia

—Pero si nisiquiera hicimos tanto ruido Hyung, fue más el rechineo de la cama, no es mi culpa.— se justificó alzando los hombros y dejándolos caer. —Aparte... Ellos se fueron acabando, no fue mucho.

Su sonrisa se hizo más grande aún cuando al notar que la vista de cinco de los chicos veía directo a sus clavículas con las cejas justas en claro desagradó.

Río un poco y miró a Yoongi quien sólo lo miraba a el con semblante serio y con sus labios apretados.

—¡¿Cuántas malditas veces debo decirte que no dejes que te marquen?!— grito el castaño levantándose de golpe de la mesa.—¡¿Cuántas malditas veces, Park?!

Decir que Jimin no se impresionó por su comportamiento, sería mentira. El sabía que a su compañero le molestaba que lo marcarán, lo tenía claro cada vez que el lo decía casi en un regaño.

Pero se sorprendió porque el jamás había gritado o siquiera dejar de sonreír con cada palabra que decía.

Realmente estaba impresionado.

—Hoseok...- llamo levantándose lentamente también. —Las marcas desaparecerán, tranquilo.

Espetó con una sonrisa tratando de calmarlo, los demás ya sabían que si alguno de sus compañeros llegaba a estar peleando con otro, era mejor dejarlos solos ya que sabían que no podrían aguantar en meterse y comenzar a golpearse.

La primera y última vez que lo hicieron, todos terminaron realmente lastimados.

—¡Te lo he dicho muchas veces, mierda!— grito nuevamente rodeando la mesa y llegando hasta el, a lo que Jimin dio pasos para atrás —¿Quieres enserio verme así...? 

—N-no

—Entonces hazme caso, entiende que no es agradable ver tu cuerpo así marcado.

—Para mi es agradable— contesto frunciendo el ceño.

—Pero para mí no lo es, así que si quieres salir de aquí quiero que me prometas que no dejaras nuevamente dejarte hacer marcas, ¿Me escucha-

—¡No!— grito antes de que terminára— ¡estás loco!

Y antes de que pudiera decir algo más, sintió cómo su mejilla ardía a más no poder y la pequeña gota de sangre salir de sus labios, con ambas manos todo la herida y comenzó a buscar a Hoseok con la mirada pero el ya no estaba.

Y en vez de querer llorar o correr para regresarsela, corrió hacia su habitación para bajar la maldita erección que tenía ahora en sus pantalones.

Estaba jodido.

Muy jodido.

silly •PJM x BTS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora