37. | La rosa en mi pecho

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-Mat me siento muy mal - puse mi mano en mi frente, me sentía mareada, el estaba manejando un poco estresado

-¿Que tienes? - me miro de arriba a abajo con preocupación 

-No se - solté un pequeño gemido de cansancio, sentí como mi vista se nublo para luego cerrar los ojos

(***)

Me desperté mareada y con la vista borrosa, pestañe varias veces para que mi vida mejorara y me dejara ver con claridad, cuando pude ver mejor me di cuenta que estaba acostada en una camilla, a leguas se veía que estaba en un hospital. Mire mi brazo y había una aguja clavada en mi brazo, de ella salia un pequeño tubo que se conectaba a una bolsa de suero clavada en el, le tengo trauma a las agujas y rápidamente la tome temblando para quitármela hasta que alguien tomo mi mano exclamando un fuerte ¡No!, al ver Mat estaba conmigo, yo estaba asustada no sabia que hacer, el me dio una mirada dulce y me deposito un pequeño  beso en la frente susurrando un "Todo estará bien" que necesitaba, cerré mis ojos y me quede un rato así. Sin darme cuenta me quede dormida.

-¿Megan? - escuche a lo lejos una voz, abrí un poco mis ojos y vi la silueta de una persona alta, un poco delgada, supuse que era el cuerpo de un hombre, al abrir mis ojos completamente Robeth estaba al frente de mi con una sonrisa

-¿Roberth? - sonreí levantándome un poco

-¿Como estas? Mat me dejo cuidándote, los chicos están afuera - señalo la puerta con su dedo pulgar - esperando que despertaras porque tienen que entrar de dos en dos

-¿Y porque tu estas aquí solo?

-Ya te dije Mat me dejo cuidándote el es el único que ha estado aquí contigo - yo mire el suelo- ademas de nosotros - solté una pequeña carcajada

Mat no se que haría sin ti

-En fin si quieres le digo a los chicos que pasen - el camina hacia la puerta tomando la perilla

-Si claro esta bien - solté una pequeña sonrisa cansada, el salio de la habitación.

Acomode un poco mi cabeza ya que estaba un poco ladeada causándome dolor en el cuello, cerré unos segundos mis ojos para recordar aquella horrible escena, estoy segura de que esto me dejara una marca, una cicatriz, una herida en mi vida, ¿Porque me habrá pasado esto?. Envidio a esas chicas se su primera vez tal vez fue a los 18 17, tan linda romántica, o tal vez en el asiento trasero del auto, o escondidos en el baño mientras su madre esta en el comedor mirando televisión, no me hubiese importando donde fuese mi primera vez, o si fuera salvaje o delicada, lo que en realidad me importa, me duele y me mata por dentro es que no fue con alguien a cual amaba, no digo con Mat porque tal vez esto sea un amorío de chiquillos, aun tengo 15 años y no soy lo suficiente madura para pensar en mi misma, pero estoy segura de que nunca me hubiese arrepentido de haber perdido mi virginidad con Mat o cualquier otro chico.

Un sonido me hizo abrir los ojos, la puerta abriéndose llamo mi atención y vi como entraron Ana y Victoria, sonreí al verlas pero esta vez no podía diferenciarlas, son gemelas pero pues igual no son idénticas como tal, quizás estoy ida y fuera de mi, al igual que débil

-Megan estábamos preocupadas - dijo Victoria

-¿¡Estas loca, como te vas a ir a un callejón en la noche tu sola!? - pregunto un poco molesta Ana, Victoria le dio un pequeño golpe en las costillas - Auuu - Victoria le abrió los ojos con exageración como si le dieras señas de la que esta cagando, lo cual me hizo reír

-Cosas mías - mire mis manos las cuales tenían uno que otro rasguño, raspón o cicatriz

-Bueno lo importante es que estas bien - Victoria se acerca y se sienta en una silla que estaba al lado de mi cama

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