Mami

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Estoy asustada en un sitio oscuro y frio. Es realmente espeluznante estar aquí, todo parece de mentira. No me acordaba que tan asquerosa y oscura era mi mente.

Es de rutina por las noches divulgar en mi mente o mejor dicho "revolver la basura".

Lágrimas espesas recorren mis mejillas hasta llegar a mi cuello y perderse en las sábanas.

No puedo dejar de sentir esa opresión, ese dolor en mi pecho.

No puedo dejar de recordar ese momento:

" —¡No papá ya no le pegues!— grite con un sollozo en la punta  de la lengua.

El sonrió mientras lloraba, era un cínico. Estaba enfermo.

No me hizo caso y abofeteo la cara de mi madre con dolor.

No tenía palabras para describir el sentimiento que me gobernaba.

El saco una navaja, yo conocía esa navaja, la vi tantas veces. Es de mi madre, la tenía por si las "dudas".

—toma Judit, has lo que haces siempre.— sonrió mi padre con tristeza.

Ella agarró con una enorme sonrisa de psicópata la navaja que le ofrecia mi padre.

Y la posicionó en su cuello, miro a mi padre con gracia y luego a mi, no había vida, tristeza ni alegría, no había sentimientos en su mirada. Sus ojos estaba vacíos.

Sin más undio la navaja en su cuello rápidamente y con una enorme sonrisa siniestra cayó al piso salpicando sangre para todos lados. Incluso a mi.

Mire su cuerpo inerte, y luego mire a mi padre quien se escondía en una esquina da la sala agarrándose la cabeza entre las rodillas con las manos. El estaba llorando y mi madre están muerta.

Más linda la escena no podía ser.

—hermanito.—grite mirando hacia el piso de arriba.

El bajo lo más rápido que puedo y al ver la escena sus ojos se aguaron.

—es hermoso.— pronuncio llorando con alegría mientras se acercaba a mi.—¡Dios!, esta escena me pone mucho.— beso la comisura de mis labios para luego con su lengua abrir mi boca y devorarme."

—mmm que delicia...— gemi ante el recuerdo de tan sexosa noche  entre mi hermanito y yo luego de tan excitante escena.

Miro al lado mío el cuerpo inerte y congelado de mi madre.

Le acarició su cabecita.

—Ojalá estuvieras viva así esa hermosa escena se repite.— mire la cabeza de mi papá que contaba en una vidriera del techo.— ¿Verdad papi?.—

Bueno tal ves debe estar enojado por haberme fallado su cuerpo.
Que va ya paso. No vale la pena llorar por querer que se repita.

Sonreí y volví a masturbarme con el pene de mi padre.

Soy toda una loquilla.

Mi hermosa víctima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora