LA DESPEDIDA

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Era un día como los demás, un viernes, en realidad no tan común ya que ¡Era Viernes! En fin lo importante era el último pedazo de la etapa escolar de segundo año, un año y se acababa todo, pero por mientras todo era muuy bueno, ya que un descanso se merecía, todos contentos con la adrenalina pura sabiendo que ya no tendrían por lo mientras tareas de que preocuparse ni aburrirse de las largas clases de los maestros.

Paulo el mejor alumno de todo el plantel, sabía que era un día horrible no tenía ganas de seguir ahí, sabía que no tenía esperanzas de estar en pie, su conciencia sabía que este era el fin de una era, pero lo malo es que nadie, absolutamente nadie lo sabía.

Hace par de días atrás sus padres de Paulo se dieron un tiempo para pensar y charlar acerca de los estudios de Paulo, se dieron cuenta que la situación era mucho más fácil si él estudiase en otra escuela con menos trayecto de ruta para ahorrar tiempo y no esforzarse de más, el plan ya estaba hecho, y encajaba bien, había una escuela llamada Frenk Soft, que estaba más cercas de su hogar, al fin y al cabo Paulo tuvo que despedirse de todo.

Paulo desde que sus padres tomaron la decisión ya sabía lo que el destino le esperaba, pero sentía que decírselo a todos sería muy malo y haría las cosas peor por eso lo dejo en su conciencia no se lo conto a nadie más.

Siguiendo con lo demás ya faltaban pocas horas para que se fuera lo último que quedaba de clases, le entregarían sus documentos y todo, era evidente que también un diploma ya que era el mejor de todos, todos lo adoraban era de los mejores, nunca debes de dudar en él.

Sonó la última campanada la que haría sentir el peor dolor a el deprimido Paulo, sin posibilidad de evitarlo pensó que esto sería rápido solo tomaría sus papeles y se iría sin decir nada, pero la cuestión no fue asi, todos se reunieron en la plaza cívica, algo estaba pasando, las cosas no iban de acuerdo, qué era lo que pasaba, cuando era el año pasado no recordaba aquello, algo había cambiado, ahora se entregaría a cada uno sus calificaciones y todos estarían presentes, el no sabía de eso, era muy raro, por lo que aún siendo el más inteligente y haciendo el mejor plan de todos algo puede salir mal y arruinarlo todo.

Era la decepción, y más porque le entregarían su diploma y no podría irse hasta el final, se sentía mal ya que tendría que esperar y cada minuto que pase es cada recuerdo que pasara por su mente y no lo soportaria.

Después de que pasaron unas cuantas personas ya se sentía muy nervioso intentaba ocultarlo todo hasta que paso él, todo diez menos en artes un maldito 9, pero eso no importaba ahora sintió algo por dentro, una prenostalgia no lo podía evitar, estaba al frente de todos, y no pudo evitar sacar una lágrima, pensó que se darían cuenta, pero nadie lo vio, sentía que todo se iba.

Ya estaba desesperado llegaban los diplomas, los cuales no eran muchos, y empezó a recordar todo, a sus amigos, a las experiencias que tuvo y sobre todo lo que hicieron, aunque casi no le gustaba estar con sus amigos, y más por su secreto que no lo dejaba ser lo mejor de él.

Llegaba el último momento, el definitivo, pronunciaban su nombre:
Paulo Luis Rosario Hernández, y al momento,  el que estaba dando el nombramiento, el director de la escuela dijo: es un honor tener a este gran alumno que nos a dado muy buenos resultados y espero que próximamente de muchos más.
Paulo sintió algo raro después de él "más",camino con cuidado y miro hacia el lugar donde estaban dando los diplomas, todos se pusieron de pie y aplaudieron, sabiendo que tenían a una gran persona en frente de ellos.

Siguió caminando hasta llegar al pequeño escenario que tenían para repartir los diplomas, saludo a la maestra de español, el maestro de matemáticas, a la subdirectora, a los dos prefectos, a la secretaria del director, y por su puesto al más importante el que le diaria el diploma el gran prestigioso director, con una sonrisa en su rostro se miraron a los ojos y Paulo contesto igualmente con una pequeña sonrisa que él en el fondo sabía que era falsa.

Era un bonito diploma que sin duda Paulo guardaría en sus cosas más valiosas, en ese momento se sentía de lo mejor y más aliviado, más feliz, pero aún así sabía que todo estaba mal, y más cuando a el director de le ocurrió la idea de pasarle el micrófono para que pueda decir algunas palabras.

Él no lo quería negar porque pensaba que sería una falta de respeto y el tratando de no tartamudear dijo:
Gracias a todos por creer en mí y ser parte de este crecimiento que yo he dado hacia mí y a la escuela todo su apoyo, todas sus alegrías, todas las cosas que aprendí gracias a los maestros y amigos, hacen que yo me vaya contento de este gran lugar que solo guardara grandes recuerdos y mucha nostalgia, les prometo nunca olvidarlos.

Todos pusieron cara de confundidos, nadie sabía que pasaba, en ese momento Paulo huyó, mientras todos le preguntaban que había pasado, él no quería contestar y se fue, su papá lo estaba esperando en el auto.

Sin decir nada el entró, su papá no era de tanto hablar por eso nadie dijo nada hasta llegar a casa. Su mamá lo esperaba al igual que su hermano mayor para almorzar, a la hora de comer Paulo siguió sin decir nada hasta que su mamá le dijo:
Que pasa hijo te veo un poco triste me imagino que fue por lo de la escuela.
Paulo la voltio a ver y su rostro cambio un poco más triste de lo que ya estaba, su mamá supo que eso era lo que pasaba y le dijo: Yo sé que es un poco feo alejarte de tus amigo y de todo lo que haz hecho pero, es lo mejor para nosotros y más para ti, y cuando pasen los días te darás cuenta y te sentirás mejor.

Terminaron de comer y Paulo se fue a su cuarto a reflexionar lo que había pasado.

Tijeras y PegamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora