La frescura del comienzo, de un nuevo nacimiento que una y otra vez huye buscando una vía de escape que lo aleje de este cíclico abril. El natural renacimiento celebra su muerte sin colorido porque de tanta lluvia, ya va el agua por cuatro veces mil. La inundación ahoga mi corazón y se me derrama a base de graves lágrimas.
Marchita, marchita el alma que queda cabizbaja y triste como un girasol en un día sin estrella. Se me ennegrece y pudre el tronco exponencialmente hasta tintarme entero: pierdo las hojas de mis recuerdos, pierdo el verde de mi esperanza y pierdo mi follaje a la vez que se me va cayendo el pelo.
Solitario, cada vez tengo más cerca a la vejez junto a la muerte. Desubicado, nunca integrado, como un pobre árbol de acera de una gran ciudad. Sin tierra en la que arraigar mi hogar. Estiro mis ramas hacia la calle por donde pasea la gente: ciegos de injusticias y sordos al murmullo del grito hecho viento que resuena entre las hojas ya amarronadas.
Echos de menos mi bosque y entrelazar las ramas sin miedo a quedarnos sin un nuevo día. Echo de menos mi verde y mi espesura, ser la vista de la belleza. Echo de menos la tentación causada por los frutos rojos, echo de menos el brillo de los ojos.
Echo de menos la luz que no quema y echo de menos el agua que calma la sedienta garganta. Echo de menos la vida relajada retirada sin contaminante sufrimiento. Echo de menos el sentimiento nunca umbrío, los días en los que el Sol nunca se apagaba.
Echo de menos que la frescura del comienzo renueve los cimientos de mi vitalidad y pensamiento.
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Escapando de abril (#Scapril)
PoetryRecopilación de 30 textos. Cada uno se corresponderá con los días de abril. La categoría de cada día está también predeterminada, al tratarse de un reto de escritura que encontré por Twitter, llamado Scapril. De momento ya voy con retraso (vaya) Es...
