Vida normal.1

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-Suena de nuevo ese maldito despertador, es lunes y son ya las 8:15 de la mañana... mierda, llego tarde

-KATEEE,DESPIÉRTATE YA-gritó mi madre

-no tenía ganas, simplemente quería quedarme entre las sábanas, con ese pijama de gatitos que tenía puesto y viendo los árboles balanceándose por culpa de una suave brisa.

KATEE, ¡qué no te lo vuelva a repetir! ¡Levántate!- gritó de nuevo mi madre- ya voy, ya voy- respondí calmada.

Al vestirme me dirijo a la cocina a comer mi desayuno.

-¿mañana es el baile, cierto? Porque te he comprado un vestido precioso, quedarás monísima- No se si iré a ese dichoso baile, solo hace que me deprima al saber que soy la única que no tiene una pareja- dije en voz baja- Claro que iré mamá, gracias por comprarme el vestido- le dije a mi madre con una mueca en el rostro.

Ya era la hora de irme al colegio, llegaba tarde, así que tomé la bicicleta para ir a la escuela, está quedaba a 2 calles abajo de mi casa. Las clases fueron más aburridas de lo que ya me esperaba, las primeras horas se pasaron rápidas. Hasta que en la clase de filosofía (estaba escuchando un poco de música, el profesor no se entera de nada) entra la alumna nueva, era una chica con piel blanca pero no mucho, tenía el pelo súper largo pero un pelín ondulado, era delgada y con algunas pecas en su rostro, a comparación de mí que tengo el pelo liso y corto, piel más o menos morenita y con ojos almendrados. Su rostro expresaba rigidez y seriedad, al punto que un sentimiento negativo recorrió mi cuerpo cuando centro su mirada en mí. Mire a otro lado para parecer que no me di cuenta, pero sentía esos ojos clavados en mi imagen. Al fin ella se sentó en uno de los pupitres que estaban a mi lado, ni se presentó ni nada, como un robot siguiendo órdenes se sentó en la silla y sacó el libro correspondiente con la tarea. La clase se sumergió en un abastecedor silencio, la presencia de la chica impactó a todos los presentes.

Era tiempo del almuerzo, no tengo muchos amigos, así que normalmente como sola en una de las mesas del comedor, ese día no me sentía especialmente cómoda, habían por todas partes muchos carteles del baile de mañana, y me sentía bastante obligada a ir, no quería que me señalaran como la rara, más de lo que me señalan, y no, no soy el típico caso de acoso escolar, simplemente soy invisible, paso desapercibida por los pasillos del colegio, a veces me pregunto ¿realmente estoy viva? ¿O me pasará como en el sexto sentido, que resulta que he sido un fantasma todo este tiempo? Esas preguntas me recorrían la cabeza de vez en cuando, pero mis pensamientos fueron interrumpidos cuando apareció esa chica con la cara rígida, parecía un maniquí como los que suelen haber en los escaparates de las tiendas, a diferencia de que ella era una humana. Se sentó enfrente mío, acomodó toda su comida y su bebida, y empezó a comer poco a poco, tal y como las propias gallinas lo hacen. No sabía bien que decir, me resultó un momento bastante incómodo, pero por la expresión de aquella chica, podía deducir que ella no sentía nada en aquel momento, ni vergüenza ni incomodidad, tampoco felicidad o tristeza... nada. Termine de comer, solo podíamos oír el escándalo que había en el comedor.Agarre la bandeja donde solo habían migas y restos de comida, la dejé en la pila con el resto de bandejas, y decidí salir por la puerta principal. Fue entonces cuando una mano fría cubrió mi hombro, tuve un pequeño escalofrío por todo mi cuerpo, me di la vuelta lentamente, al terminar ese pequeño giro y poder ver con claridad lo que se encontraba atras mío, pude ver ese mirada rígida, con un tono de seriedad me dijo:

-me llamo Sasa, un placer.- me dijo esa chica.- v-vaya un placer Sasa, soy kat.- me interrumpió - claro, se quien eres, se muchas cosas de este sitio, pero gracias por volverme a recordar la información.- dijo Sasa con un tono un poco más amable.

Después de eso salió por la puerta, por la cual yo tenía que salir. Me quede un poco sobresaltada, al parecer era una chica bastante maja.

Volví a mi casa con la bicicleta, tenía que estudiar para un examen del jueves, y también tenía que probarme ese maldito vestido. Al llegar solo se encontraba mi hermano en la mesa del comedor, preparando la cena.

¡Hola ratona! He preparado unos filetes de pechuga, aquí tienes el salero si ves que están muy sosos, de postre hay helado.- Dijo con euforia. A mí Hermano le encanta el helado, sobre todo el de chocolate. Me senté para probar aquellos filetes, estaban bastante bien para haberlos cocinado mi hermano. Después de cenar me fui a dormir

-mmmm que bien se está en la cama después de un día ajetreado.- dije en alto.

Mi madre no llegaba hasta las 12:00 así que hasta ese hora podía ponerme con las tareas. Al terminar todo, me quede en mi cama escuchando un poco de música, recordé todo lo que me ocurrió ese día, y recapacitando un poco tampoco era para tanto... no sabia lo que decía✨

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