La vida a veces nos depara una serie de sorpresas, pero como esta, ninguna✨
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.Kate, una chica de 14 años, se encuentra con otra chica aparentemente de su misma edad, Sasa, y ella es muy poco común.En la noche del baile escolar, nada será lo mis...
Mi madre por fin llegó del trabajo y mi hermano estaba sentado en el sofá, viendo una serie que le encanta. Parece ser que no hablé mucho sobre mi familia, primero tengo a mi madre, se llama Sally y es viuda, papá murió cuando yo nací, no tengo ningún recuerdo de él , pero en casa es preferible no hablar del tema, siguiendo con mi madre, se parece bastante a mi, pero tiene los ojos mucho más grandes que los míos, pero por lo demás es idéntica a mi. Mi hermano si conoció a papá, y él murió cuando tenía 8 años, y fue un golpe muy duro para él. Se llama John, el es castaño, morenito como yo, pero tiene unos ojos azules preciosos, es el típico popular del instituto, el que siempre tiene tías atrás suyo.
Mamá:hola cariño ¿qué tal el día? John:bien... y el tuyo Mamá:muy bien,gracias cielo
Si, y esas son las únicas frases que comparten mamá y John en casi todo el día.
Me fui a dormir en cuanto terminaron su "conversación". Al día siguiente era el baile, por suerte el miércoles era fiesta, de esta forma la gente que se pille un pedo tendrá resaca, pero en su casa. Al ser el baile salíamos antes del colegio, lo cual no me desagradaba, bueno, en verdad no me importaba mucho. La idea de tener que ir al baile, como ya dije, la detestaba, me sentía obligada a nivel social, y para que engañarnos, nadie va al baile del colegio, van para luego tener una excusa para ir de fiesta, además,una parte de mi, pequeña claramente, si quería ir al baile, obviamente le hice caso a esa pequeña consciencia que rondaba por mí.
Las clases, como siempre, fueron monótonas y aburridas pero aquella chica, es decir, Sasa no vino ese día al colegio.
Seguro que no quiere ir al baile, es nueva, por eso no viene hoy, así nadie le pregunta nada del baile-pensé. Sabía de sobra que era la peor excusa que podía imaginarme, pero el cerebro humano prefiere mantenerse en una mentira que le haga sentir bien, a una verdad que le haga sentir mal.
Llego ya la tarde, quedaba una hora para el baile. Ya casi estaba mi peinado listo, me hice un moño y me puse un vestido azul, me llegaba hasta las piernas, tiene un volante que rodea el pecho y unas mangas que sirven para darle al conjunto un toque especial, el vestido estaba rodeado de algunas flores. No soy muy de zapatos elegantes, así que me puse mis zapatillas converse.
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Mamá: ya es la hora del baile, ¿estas emocionada? Kate: claro que lo estoy-dije con una expresión un tanto seria. En el fondo no quería engañar a mi madre, diciéndole que si tenía ganas de ir al baile. Pero no quería que me hiciera preguntas de porque no quiero ir, me incomoda bastante.
