BÚSQUEDA IMPLACABLE

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Volé por los infinitos cielos en mi avión de papel, en ese que construí con la intención de tenerte cerca, no tenía rumbo, mi única guía era que al cerrar mis ojos aparecían los tuyos, y con eso bastaba, con eso me sentía a salvo, con ellos en mi cabeza sabia a donde ir.

A lo lejos divisé un lugar mágico, del suelo se elevaban decenas de edificios y casas de colores, mire por la ventana de mi avión, ¡ Bienvenido a un lugar sin nombre! decía, estaba en el rincón más tenebroso de todos, pero bueno..
Había llegado, estabas cerca, no había duda de ello..

Lo que temía ocurrió, mi combustible era escaso, caería pronto al suelo , el desespero se apoderó de mi, como era posible que estando tan cerca, habiendo atravesado medio mundo para verte; moriría de una manera trágica y absurda, pero no, no estaba dispuesto a irme, no hoy, no antes de abrazarte, no antes de decirte que mi viaje había valido la pena, había valido la vida...

Ante el clima inclemente con mi causa, decidí saltar, decidí arriesgarme a lo desconocido, mis compañeros de viaje, una maleta de tirantes, un improvisado paracaídas y una foto tuya en mi cartera, bastaban.

Empecé a caer, las ráfagas de viento jugaban con mi nefasto cuerpo, iba y venía como las hojas en otoño, abrí el paracaídas y el descenso empezó. No salió tan bien como esperaba , un árbol me dio la bienvenida, el paracaídas se hizo añicos, rebotando como una pelota golpeaba de árbol en árbol hasta que caí al suelo, un desmayo producto de las heridas fue inevitable.

Desperté, me dolía hasta el alma, mis manos casi inmóviles, casi por inercia e instinto fueron directamente a mi bolsillo, la cartera no estaba ¡Mierda! no estaba tu foto..  no podía ser peor.

Estaba mareado, me costaba mantener abiertos los ojos, hacia calor, se escuchaban ruidos, chasquidos, golpes, una voz femenina opaco todos los sonidos.. ¡Hasta que por fin despiertas! dijo mientras trataba de sanarme . Me senté con dificultad sobre el suelo, una mano, un vaso de agua se acercaron a mi boca, bebí y la miré..

Mis ojos se abrieron como platos al instante, sus ojos cafés brillaron a la luz de las lámparas que colgaban en ese lugar, brillaban de un café tan intenso que podías perderte en ellos, las constelaciones y millones de universos no descubiertos eran nada comparado con esos ojos, no había duda.. Te había encontrado.

Casi balbuceando le pregunte por mi cartera, la vi caminar hasta un estante y la tomó de allí, caminaba de regreso a mi cuando tropezó y cayó al suelo, con ella la cartera, la fotografía voló por los cielos y cayó ante sus ojos, hubo silencio..

Nuestros ojos fijamente se miraron al instante, soy yo dijo, eres tu concluí, te he buscado desde hace tiempo, los cielos me han quedado cortos y a lo mares les falta tamaño para capturar la inmensidad de mi viaje, pero ahí estabas, a centímetros de mi, como pude y sacando fuerzas de no se donde, camine de rodillas ante ti, mis manos fueron directamente a tu rostro, seguidamente acaricie tu cabello liso, hilos de seda que colgaban de tu cabeza, me heche a llorar,fue inevitable.

Nos fundimos en un abrazo de esos que sientes que las almas se tocan, mi corazón latía con fuerza, tus mejillas empezaron a ponerse del color de los atardeceres, era magia. Tomé tus manos, miré tus ojos, bese tus labios, mi vida comprendida en ese instante, era real, estaba pasando.

Tome la foto, mi compañera de viaje durante muchos calurosos días e inclementes noches, mi guía y mi fortaleza, aquel retrato que imagine entre sueños estaba frente a mi, y lo mejor, no solo en un viejo papel, en ese momento estuve más que convencido de lo que sabía desde que empecé a buscarte... Había valido la pena, había valido la vida.

CARTAS A ELA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora