Molissa en los 2000's

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28 de febrero del 2000

Alt me miró y sonrió.
Dejó caer su mano sobre mi muslo, todo parecía ir muy rápido, pero me gustaba.

Dejé caer mi cuerpo sobre su regazo, al parecer no había nadie en aquel estacionamiento un lunes por la madrugada.

-¡Oh, cariño! .- sus ojos estaban clavados sobre los míos, solo éramos el y yo con nuestros corazones agitados y las respiraciones entre cortadas .- Eres mi pequeña ¿lo sabias? .- amaba que me dijera pequeña, era cómo un calambre vibrante sobre mis caderas cada que lo decía.

Tomó un mechón de mi cabello y comenzó a jugar con el, yo seguía sobre su regazo y mi falda de cuadros dejo ver un poco mi entre pierna al flexionar mis rodillas. Nos mirábamos y nada más.

Amaba a este chico, amaba sus ojeras tan marcadas y su piel pálida, sus ojos ámbar suaves y su cabello castaño claro.

- ¿Que quieres hacer? .- pregunté curiosa .- No hemos hecho nada interesante aún y ya casi amanece y tendré que ir a clases.

- Humm,  te veo tan delicada y linda que me conformaría con solo mirarte y admirarte frente a mi.

- ¡Vaya! .- respondí

En ese momento mi corazón se acelero más, ese cosquilleo en mi estomago me hacía dudar de una forma en que nunca pensé que lo haría o al menos no tan pronto.
Acerqué mi rostro al de el y uní nuestros labios en un cálido beso, pasé mis manos sobre sus hombros y acaricié el cabello de su nuca.
Pude sentir como su pecho palpitaba muy visiblemente. Nuestras lenguas jugaban con desesperación, como si de esto dependiera para seguir vivos. Comencé a sentir todo mi cuerpo hacerse cada vez más cálido, separó sus labios de los míos.

- ¡Maldición! .- dijo entré susurros .- Cariño, eres lo mejor que me ha pasado.

- ¿Ah, si? .- sonreí aun con una parte de mi sobre sus labios.

Todo esto se volvía cada vez mejor, sus manos pasaron rápidamente de mi cabello y mis mejillas, a mi cintura y mis caderas. El cosquilleo volvió. ¿ A caso puede haber algún otro chico como el ? De verdad que me volvía loca y no me podía imaginar a otro chico de esta forma. Era hora de subir un poco de tono, comencé a hacer pequeños movimientos circulares con todo mi cuerpo, mis entre piernas rosaban con su regazo y tragar saliva se le dificulto más.

- ¿    Que tratas de hacer ? .- esa voz, ¡ Dios mio ! Era tan perfecta,    alzó una ceja y sonrió.

- No    lo se, quizás algo que te provoqué placer, imagina lo que quieras    .- guiñé

Lo hacía suave y lento, como sabía que le gustaría a el, sus mejillas se ponían rojas y sus parpados caía, aquel chico noble quería cerrar sus ojos y disfrutar. Quería sentir más de la cuenta por un momento,sin culpas ni preocupaciones.

- ¡Oh, Dios! .- exclamó ya libido

Sabía que el esperaba esto desde hace meses, amaba el hecho de que aún quedaba un poco de inocencia en el, aún era un pequeño chico que apenas entraba a la universidad.

Poemas de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora