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Kun es un ser de luz, ángel puro y bello, si le preguntas a Xiaojun que es Kun para él. Hay veces en las que podía llegar a ser hasta confuso, no lo entendía, pero el único pensamiento que jamás abandonaba su mente era que el aura bonhomía característica de Kun lo atraía como si fueran polos opuestos destinados a estar juntos, bueno, eso pensaba él.
Actualmente se encontraban en uno de sus tradicionales viernes de películas. Kun reposaba su cabeza en el regazo de Xiaojun mientras este acariciaba su suave cabello ya casi por inercia, disfrutando de ese íntimo momento que compartía con su mayor.
—Xiaojunnie— llamó suavemente el ahora pelinegro.
—dígame.
—¿No piensas que el departamento es algo grande para nosotros dos?— al menor de ambos le pareció bastante curiosa la pregunta del mayor, pero aún así contesto con un seco 'no' mientras volvía a la labor de juguetear con el cabello de 'dandan', pero este se incorporó en el sofá mirándolo a los ojos, conociendo la debilidad de Xiaojun, los ojos de Kun. Sus preciosos ojos color avellana lo estaban mirando fijamente buscando persuadirlo; tenía una idea en mente y necesitaba su aprobación— ¿que piensas de que alguien más viva con nosotros?— medio susurró la pregunta, asustado, Dejun lo sabía por el brillo que adoptaron los ojos del otro.
—¿Porque? Yo creo que estamos bien los dos, no tenemos dificultad con las cuentas ni con la comida— Kun hizo un mohín inconsciente antes de sonreír y volver a recostar su cabeza en las piernas de Xiaojun. Suspiró resignado antes de preguntar: — ¿que tenías en mente kun-ge?
Kun negó y volvió su vista al televisor siendo sorprendido por la acción de Xiaojun de apagar el televisor. Nuevamente se sentó en el sofá, solo que esta vez abrazó uno de los cojines del sofá con el corazón cargado de angustia— de verdad que no es nada, vuelve a prender el televisor, la película estaba buena.
—Gege, sintonicé el canal de las tele tiendas hace unos quince minutos esperando que te dieras cuenta en algún momento— el menor sonrió con gracia al sonrojo del mayor sintiendo por incontable vez las denominadas mariposas en el estómago— vamos, sabe que puede confiar en mi.
Kun asintió con vergüenza ocultando su sonrojado rostro en el cojín, sintiendo los latidos de su corazón golpeando fuertemente contra su pecho, era algo complicado de decir por que no todos los días vas por ahí diciéndole a tú compañero que tienes un enamoramiento en un chico nuevo de tu facultad y que quieres hospedarlo en el mismo departamento que compartes desde hace años con una persona dulce y buena hasta que él encuentre un buen lugar dónde quedarse.
—¿recuerdas a Wong Yukhei? El chico que vino hace un par de días a cenar— la expresión de Xiaojun pasó de ser una sonrisa a una mueca de desagrado. No pudo evitarlo, eran obvias las intenciones que tenía ese mono-jirafa con su gege. Dejun no estaba dispuesto a ceder su puesto de vencedor en esta guerra, así que de todos modos asintió como respuesta— bueno... él es nuevo aquí en Corea, y como ambos somos chinos, y él también es chino, cre-creí que podíamos ¿hospedarlo? durante un pequeño tiempo— la expresión oscura en el rostro del menor y la atmósfera oscura que inundó la sala de estar no pasó desapercibido para Kun — ¡Si no quieres está bien! Ambos vivimos aquí, y no creo que sea correcto que meta a un completo extraño para ti si tú no quieres.
Kun lo ha dicho, es un completo extraño, ¿que pasaría si ese chico es un psicópata? ¿o un violador? ¡Puede ser de todo! ¡y se está aprovechando de la inocencia y gentileza de su Kun-ge!
—¿Te gusta?— la pregunta no era acorde al contexto, pero quizás era la única que podría dejar tranquilo al corazón de Xiaojun.
