cero

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―¿Có-Cómo? ¡Esto es una maldita broma, ¿verdad?!.

Sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas, continuamente le empezó a doler mucho el pecho. Sentía mucha angustia en ese momento. Quería desparecer. Eso no podía ser posible; su amado esposo no podía haber tenido un accidente.

No.

Imposible.

Esto debería ser una broma de mal gusto de parte de su pareja. No quería creerlo. No quería verlo acostado en esa blanca y espaciosa habitación. No. No. Nunca. Sabía que no podría soportarlo, que se iba a romper en mil pedazos.

―Lo sentimos, señor Kim, esto no es una broma.

Y después de esa oración, tiró el celular en un lugar equis de esa sala tan ordenada y limpia. El móvil se abrió y seguramente se rompió al ser arrojado con tanta dureza al suelo. Al igual que su dueño. Sintió que su alma dejaba su cuerpo, pero después regresó. No debía desvanecerse. Debía mostrase bien por Jungkook. Tenía que ser fuerte, porque, ¿quién más lo será por él? Exacto: nadie.

amantes oculis meis » taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora