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Dicen que el amor fue un invento de JiMin o, que al menos, si no lo inventó, sí se ocupaba de gestionarlo, de ponerle el final feliz a una historia de amor, o el triste, o amenizar una relación con un toque de pasión, o de celos. En cualquier caso, no podemos obviar, que el propio JiMin tuvo su apasionada y escandalosa historia de amor, una historia de amor divina.

JiMin, el dios del amor, el distribuidor oficial de pasión en el mundo, el más bello de los dioses, estaba casado con el dios herrero, Changmin, el único dios deforme, feo, defectuoso, incapaz de suscitar ningún deseo ni siquiera en el dios del amor. Se trataba de un matrimonio de conveniencia, así que JiMin, en vista de que su marido no era muy apropiado para los asuntos de cama, ejercía, como casi todos los dioses griegos, una promiscuidad pública y notoria.

A nadie le importaban los amantes, mortales o no, de JiMin, y es que los escarceos sexuales estaban bien vistos entre los dioses. Lo que no estaba tan bien visto era tener un amante oficial, ni mucho menos amar a otro que no fuera tu marido. Y eso era precisamente lo que le ocurría a JiMin, que estaba locamente enamorado del dios de la guerra, el fornido y valiente YoonGi y con él mantenía un relación en secreto; una infidelidad en toda regla.

YoonGi no era un amante más de el dios del amor, era su verdadero amor. Dos fuerzas, pasión y guerra, que estarán irremediablemente unidas para siempre, por mucho que quieran separarlas. Porque no se puede obviar el factor violento, el arrebato de deseo de los amantes más pasionales. Así, JiMin y YoonGi eran la pareja perfecta, pero aquello era una historia de amor imposible, era un amor prohibido.

JiMin, el más bello de los dioses, había recibido como esposo por disposición de Namjoon al menos agraciado de los dioses, a Changmin el dios de la fragua, que era cojo y siempre andaba tiznado y sudoroso debido a su trabajo.

Era previsible que el bello dios del amor engañara a su esposo con jóvenes divinidades de mayor atractivo. Uno de los elegidos fue YoonGi, dios de la guerra, apuesto y vigoroso.

Las mujeres que osaban rechazar el amor del dios YoonGi terminaban siendo violadas brutalmente. Porque él perseguía ninfas con la misma furia devastadora que empleaba en la batalla. Partía para la conquista amorosa como si marchase a una campaña militar confiando en su fuerza pero con JiMin fue diferente...

Para obtener su amor, YoonGi abandonó las actitudes brutales. Se aproximó ofreciéndole su cuerpo perfecto, como un desafío a la capacidad amorosa de el bello dios. Le dijo palabras de afecto. Lo colmó de ricos presentes. La amistad entre ambos fue aumentando cada día, hasta que se dieron cuenta de que estaban enamorados. Hicieron planes y elaboraron ideas para unirse en el amor.

Mientras Changmin, el deforme marido de JiMin, trabajaba la noche entera en la forja. YoonGi visitaba clandestinamente a el sensual amante.

Se sentían felices. Solamente una cosa podía estropear la aventura: Hoseok, el Sol, una divinidad a la que no le gustaban los secretos.

YoonGi trató de tomar todas las precauciones posibles para no ser descubierto por el Sol. Cada vez que iba al encuentro de su amado, llevaba al joven Sehun, su confidente, mientras se deleitaba en los brazos de JiMin, el amigo vigilaba la puerta del palacio con la misión de advertirle el momento que comenzaba a aparecer el Sol.

Una noche el fiel guardián, exhausto y aburrido, se adormeció. YoonGi y JiMin se amaban, mientras tanto, intensamente, olvidados de las preocupaciones.

El día amaneció claro y hermoso. El Sol despunto y sorprendió a los amantes, que dormían abrazados.

Indignado por la traición a Changmin, Hoseok salió en busca del deforme herrero y le contó lo que había visto.

Changmin dejo caer el hierro que forjaba. Sintió que las fuerzas le faltaban. Agradeció al Sol la verdad. Estaba avergonzado y humillado por el acontecimiento.

Y pensó que la fea acción no podía quedar sin venganza. Después de mucho reflexionar, el armero divino tuvo una idea y se puso a trabajar. Con finísimos hilos de oro confeccionó una red invisible, pero tan fuerte y resistente que ningún hombre (ni ningún dios) pudiera romperla.

Cuando termino su obra fue al encuentro de su esposo. Ocultando su odio y su tristeza.
Armó disimuladamente la red en el lecho manchado por la deshonra y dijo a JiMin que debía ausentarse por algunos días. Sin más explicaciones, se despidió y partió.

YoonGi, que lo espiaba todo, apenas vio alejarse a Changmin corrió a la casa de su amante. Sin contener su deseo, apenas vio a JiMin le dijo: "Ven querido, al lecho: gran placer es el amor. Changmin está de viaje, según creo, camino a Lemnos".

Se acostaron felices y no se dieron cuenta de que estaban aprisionados por la ingeniosa red construida por el esposo traicionado.

En ese instante, Changmin, que había fingido alejarse, retorna y sorprende a los amantes, presos en la trampa de oro.

Nunca sintió tanta vergüenza y tan intenso odio. Parado en el umbral de la puerta, llama la atención de los otros olímpicos: "Namjoon padre y todos los restantes dioses bienaventurados e inmortales, venid aquí a presenciar una escena ridícula y monstruosa:

Por ser yo cojo, JiMin, hijo de Namjoon, me cubre continuamente de deshonra.

Ama a YoonGi, el destructor, porque es hermoso tiene las piernas derechas, mientras que yo soy defectuoso de nacimiento.

Pero la culpa no es mía, sino de mis padres, que habrían hecho mejor si no me hubieran engendrado.

Venid a ver este lamentable espectáculo, y como se fueron a dormir, en brazos uno del otro, en mi propio lecho. Pero por mucho que se amen, no creo que deseen quedar así acostados.

Pronto querrán levantarse, pero mi trampa, mi red, los retendrá cautivos, hasta que el padre de el devuelva todos los presentes que le di por su imprudente hijo. Hermoso es, pero no tiene decencia porque no domina sus raptos pasionales".

De no mediar Hoseok tal vez nunca habrían sido libertados los amantes. Taehyung acabó aceptando las palabras conciliadoras del dios y los soltó.

Yoongi se quedó en el Olimpo, para tratar de olvidar la ridícula situación sufrida, esperando los albores de una nueva guerra...

JiMin, avergonzado, se retiró a Chipre, su isla predilecta...

YoonGi resentido, castigó a su amigo Sehun, que por olvidar su deber provocara la situación:

Lo transformó en gallo (en griego, Alektryón: gallo), condenándolo a advertir para siempre a los hombres de la salida del Sol.

Y fruto del gran amor del dios YoonGi y de el dios JiMin nació el dios del Amor Junkook (Eros), que con sus flechas no distingue entre dioses y hombres y todos y cada uno de ellos son presa de su gran poder...

• EL DIOS DEL AMOR • | YOONMIN ⚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora