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Del amor entre el dios JiMin y el dios YoonGi nació Jungkook ("eros" - "amor" en griego), un bello niño de rizos dorados, coronado como el más revoltoso de todo el mundo celestial. Se pasaba el día revoloteando con sus blanquitas y esponjosas alas lanzando flechas al azar, ocasionando numerosos amores inoportunos.

Un día, este niño creció y se convirtió en un apuesto joven. A los oídos de su padre JiMin había llegado el rumor de que un joven hermoso llamado Taehyung estaba cautivando el mundo con su belleza, la cual rozaba lo divino, hasta el punto de ser confundido con el propio Dios del Amor.

Érase una vez un rey y una reina que tenían tres hijos, de los cuales el menor, llamado Taehyung, era el más inteligente y bello.

Tantas eran sus virtudes que despertó los celos de JiMin, el dios del amor y la belleza, quien decidió mandar a su hijo Jungkook a herirlo con una de sus flechas, para que se enamorara del peor monstruo de la tierra.

Cuando se disponía a cumplir la orden, Jungko se pinchó accidentalmente con una de sus flechas y al instante quedó perdidamente enamorado de Taehyung.

Tan grande era su pasión que decidió pedir ayuda a Hoseok, el dios de la luz y la verdad, para ganar su amor, quien hizo desaparecer de inmediato a todos los demás pretendientes.

El rey, intrigado por esta situación, también pidió consejo al dios Hoseok, quien le recomendó que la llevara a la cumbre de una montaña para que un dios la desposara.

Como no era bueno contrariar a los dioses, a pesar del dolor por tener que separarse de su hijo, los padres cumplieron con su mandato.

Cuando Taehyung se quedó sólo, lloró desconsoladamente hasta quedarse dormido. Cuando despertó, se encontró recostado sobre una alfombra de hierba fresca, en el jardín de un magnífico palacio, escuchando una voz que le decía que ese palacio era suyo y que podía disponer de todo lo que había.

Sin saberlo se había convertido en el amado esposo de Jungkook, quien sólo lo visitaría por las noches, para que Taehyung jamás pudiera ver su rostro, porque deseaba ser querido como un hombre y no como un dios.

Si alguna vez su curiosidad lo vencía, ambos se separarían para siempre, porque donde hay amor no debe existir la desconfianza.

Pero como Taehyung se aburría durante el día, quiso que vinieran sus hermanos a visitarlo, deseo que su esposo le concedió, aún sospechando que no sería una feliz decisión.

Al ver la felicidad y la opulencia en que vivía Taehyung se apoderó de ellos la envidia y decidieron urdir un plan para arruinarle la vida.

Apelando al hecho que Taehyung nunca había visto a su marido, sus hermanos le llenaron la cabeza de dudas y recelos, forzándolo a descubrir su rostro mientras dormía y a llevar un cuchillo por las dudas.

Fue así como una noche Taehyung se atrevió a iluminar su semblante con una lámpara, quedando maravillada por la gracia y belleza de Jungkook, que al ver la luz se despertó, decidiendo marcharse, por no haberse respetado su condición.

En su desesperación, Taehyung pidió ayuda a los dioses, quienes le dijeron que tendría que pedirle perdón a JiMin, el padre de Cupido, a quien sin saberlo había ofendido.

JiMin lo despreció, sin embargo le dio una oportunidad; tendría que pasar tres duras pruebas, que eran más que imposibles de realizar, pero que Taehyung logró cumplir con la ayuda de la naturaleza, que lo quiso ayudar.

JiMin lo acusó de hechicero; y deseando vencerlo, lo sometió a una última prueba aún más difícil. Debería bajar al Averno y llenar un cofre con una parte de la belleza de SeokJin, deidad de vida, muerte y resurrección y base de un mito de la primavera.

Sabiendo que eso era más que imposible, Taehyung decidió suicidarse arrojándose desde lo alto de una torre. Pero antes de caer al vacío escuchó una voz que le prometió guiarla durante su travesía; pero con la condición que una vez que se llenara el cofre con la belleza de SeokJin no debería abrirlo jamás.

Taehyung hizo todo lo que le aconsejó la extraña voz, pero un deseo vehemente de curiosidad la obligó a abrir el cofre.

Cuando la caja se abrió, un sueño mortal lo invadió y se desplomó sobre el camino como fulminado por un rayo.

Jungkook, que lo había estado buscando, lo encontró, pudo volver a encerrar el sueño en el cofre y después lo despertó con un beso.

Lo alzó con suavidad y levantó vuelo llevándolo con él hasta el monte del Olimpo, donde Namjoon, dios del firmamento los unió oficialmente en matrimonio para siempre.

• EL DIOS DEL AMOR • | YOONMIN ⚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora