Luego de hablar con ella ocurrió un apagón en esta parte de la ciudad, todos los chicos se volvieron locos, fue algo muy chistoso, Jongup se encontraba bañándose cuando todo ocurrió, así que salió del baño desnudo preguntando qué es lo que había sucedido, algo a lo que ya estábamos acostumbrados a ver pero agradecí que no estuviera aquí, porque apuesto que se hubiera sonrojado.
Todos buscaron algo para iluminar ya que cuando me comunique con el manager Kang me dijo que no regresaría la luz hasta que los técnicos la arreglaran y eso ocurriría hasta mañana temprano; en una caja Youngjae encontró tres velas y Zelo junto con Himchan encontraron dos lámparas; todos decidieron pasar la noche en la sala, ya que ahí estaba más fresco que en las habitaciones, pero en cambio yo preferí quedarme en mi habitación, necesitaba trabajar mientras llegaba.
Me encontraba escribiendo una canción, pronto saldría un nuevo álbum y la necesitábamos, pero aún se me dificultaba algunas cosas. Mi mente vagaba en el espacio tratando de buscar las palabras que me hacían falta para completarla, hasta que sentí como delicadamente alguien tocaba mi piel y rodeaba mi cuello con sus brazos acercándose a mí para poder recargar su cabeza en mi hombro derecho, ocasionando que mi cuerpo se relajara luego de reconocer a la persona que con solo sentir su fresco perfume mi corazón se acelerara; la chica de la que he estado enamorado desde hace tres años y con la cual tengo una relación desde hace año y medio; la chica que me ha comprendido, apoyado y que en ocasiones ha sido mi fuente de inspiración.
-Me asustaste- le dije
-Lo siento, pensé que ya me habías visto.
-No te preocupes- Trate de seguir con mi trabajo, pero no pude, me recargue en el respaldo de la silla –Ven- se enderezo y en seguida se sentó sobre mi regazo pasando sus manos por mi cuello y ocultando su rostro en este. Ella comenzó a jugar con la manga de mi camiseta para seguir jugando con mi cuello, pero esta vez rosaba su nariz con mi cuello ocasionando la doble aceleración de mi corazón y la excitación de todo mi cuerpo; la aferre más a mí con la mano que estaba sobre su espalda, mientras que mi otra mano estaba en su pierna y subía a su cintura; continuo así y luego paso a besar mi cuello, subió a mi oreja; una de las cosas que teníamos en común era que nos gustaba disfrutar con lentitud los momentos, pero claro había veces que deseábamos algo más pasional y este no era la excepción.
Moví mi rostro hacia el de ella para luego besarlo como tanto ansiaba, pasar mi lengua por sus labios y morderlos hacia que deseara algo más, que al parecer capto mis intenciones luego de meter mi mano por debajo de su blusa, se levanto de golpe frente a mi; la luz de la vela que se encontraba en el escritorio hacia resaltar su hermosa silueta que me quita el aliento, recorriendo con mi mirada su cuerpo aún cubierto por sus ropas; sus profundos ojos como el océano que me miran despojándose poco a poco cada una de sus prendas, haciendo arder mi interior deseando realmente su cuerpo, sintiendo una rara sensación.
Me tomo de la mano para levantarme de la silla y guiarme a la cama, pero en el traslado me despojaba de mis ropas sin despegarnos la mirada. Me senté en el borde de la cama y arriba ella; muy lentamente con gran detalle toque su cuerpo, causando esos pequeños que siempre he amado.
Esa sensación revolotea cuando mi mano toca su cuerpo desnudo, sintiendo lo excitada que esta; cierra sus temblorosos ojos, entregándose por completo a mis brazos, recostándonos en la cama; mi boca no paraba de recorrer su cuerpo, volviendo su respiración muy entre cortada.
Sus manos también no paraban de recorrer mi cuerpo, lanzando mi corazón a sus oídos; nuestros cuerpos ya no podían más, pedían casi a gritos otro tipo de contacto, así que me acomode para llevar la noche a otro nivel.
Con tan solo sentirme dentro de ella sus uñas se enterraban en mi espalda, arañándola. Movimiento tras movimientos en un lugar que no podía llegar ahora viene más cerca, ya no puedo parar, acercándola más a mi cuerpo, sintiendo cada uno de sus temblores y escuchando como concluía diciendo mi nombre en voz alta.
Mi rostro termino en su cuello respirando su aroma que tantas veces me embriagaba, podía sentir su agitada respiración; pasar la noche con ella, amarla es mi felicidad.
Apoyada en mi brazo derecho, le susurraba lo mucho que la amo, sintiendo como su tuviera el mundo entero con un dulce beso, dándome cuenta otra vez que no puedo alejarme de su lado, esta noche con ella, el tiempo se ha detenido.
-Mi nena… - me mira – Te Amo- y sonríe.